Llegan los primeros días de septiembre y los grupos de WhatsApp del colegio explotan de mensajes: “¿Juntamos plata para el regalo del Día del Maestro?”. La celebración, que en 2025 será el jueves 11 de septiembre, moviliza a alumnos y familias a organizarse con un fin: honrar a quienes enseñan, forman y cuidan cada día en el aula.
Los maestros y maestras marcan una etapa muy importante de la vida: la niñez. La cercanía de su rol en la vida de los más pequeños hace que, en ocasiones, algunas maestras al ser llamadas por sus alumnos escuchen “mami”, seguido de “Uy, me equivoqué, seño”. Este vínculo entre alumnos y docentes tiene un día especial en el calendario, en homenaje al fallecimiento del “padre del aula”, Sarmiento.

Sarmiento, padre del aula
El legado de Sarmiento es inmenso. El hombre considerado “padre del aula”, durante su vida, desempeñó los cargos de político, filósofo, pedagogo, escritor, docente, periodista, estadista, militar, gobernador de San Juan y presidente de la Nación entre 1868-1874.
Además, fue el gran impulsor de la necesidad de una ley educativa argentina. Muchas de sus ideas se recopilaron en su texto De la educación popular (1849). Sin embargo, durante su mandato, no llegó a sancionar ninguna. Hubo que esperar hasta el gobierno de Roca, cuando se aprobó la Ley N.º 1420 de educación universal, obligatoria, gratuita y laica.
11 de septiembre, Día del Maestro
En el año 1943 se celebró en Panamá la Conferencia Interamericana de Educación. Educadores de todo el continente americano se reunieron para tratar diversos temas, entre ellos, declarar el 11 de septiembre como el Día del Maestro en América.
La fecha no fue elegida al azar, sino en homenaje al fallecimiento, en 1888, del inmortal Domingo Faustino Sarmiento. La celebración es sumamente significativa en el ámbito escolar, pues destaca no solo la labor de Sarmiento, sino la de hombres y mujeres que hoy continúan con su legado al ejercer la docencia.
La Resolución Oficial
Algunos de los pasajes de la Resolución Oficial de 1943 indican la importancia de la actividad docente, ya que se trata de “una actividad fundamental de la escuela la educación de los sentimientos, por cuyo motivo no debe olvidarse que entre ellos figura en primer plano la gratitud y la devoción debidas al maestro de la escuela primaria (...); que su abnegación y sacrificio guía los primeros pasos de nuestras generaciones y orienta el porvenir espiritual y cultural de nuestros pueblos (...)”.
Además, destaca “que ninguna fecha ha de ser más oportuna para celebrar el día del maestro que el 11 de septiembre, día que pasó a la inmortalidad, en el año 1888, el prócer argentino Domingo Faustino Sarmiento”.
Si bien ya se había instaurado esta celebración oficial continental, en Argentina, el 11 de septiembre como Día del Maestro se adoptó a partir de 1945, mediante un decreto del entonces presidente Edelmiro Farrel.