Unos 143 millones de personas en el mundo tienen más de 80 años. Según la Dirección de Población del Registro Nacional de las Personas (Renaper), el grupo de 100 años o más con residencia en el país en el DNI contabiliza 8125 personas en esa franja etaria, de los que 6130 son mujeres y 1995 hombres, de acuerdo al último relevamiento hasta julio pasado.
Los supercentenarios son aquellos adultos mayores que cruzaron la barrera de las 10 décadas. ¿Dónde está el secreto?
Según los expertos, una de las fórmulas para vivir más y mejor es “no perder la ilusión”, “seguir teniendo proyectos, sueños, e ilusiones”. Pero también se encontrarían una dieta saludable o el pensamiento positivo.
Supercentenarios: esto es lo que tienen en común todos
La salud física, mental y emocional son los pilares principales para un envejecimiento saludable.
Manuel de la Peña es experto en estudio de la longevidad. Lleva años estudiando la vida y las costumbres de las personas supercentenarias. Conoció a María Branyas, la persona más longeva del mundo, hasta que el pasado mes de agosto falleciera a los 117 años de edad.
Según De la Peña, a María no le gustaban las personas tóxicas a su alrededor, y que comía un yogur a diario.
Como María, todos los súper centenarios son muy aficionados a la música, les gusta bailar y cantar. Las ondas sonoras, al llegar al cerebro, estimulan positivamente las áreas cerebrales que provocan una liberación de las hormonas de la felicidad, neurotransmisores como la dopamina, la oxitocina, la serotonina y las endorfinas.
“La música, como el ejercicio, dispara nuestro estado de ánimo y la vitalidad. Debemos escuchar música al menos 30 minutos al día”, aconseja el cardiólogo.
La enorme carga de la epigenética
Para alcanzar los más de 100 años, dicen los especialistas, hay dos aspectos muy importantes: un 25% es cosa de los genes y el 75% restante fruto de la epigenética, de esas costumbres sanas, hábitos y estilos de vida saludables que se mantienen en el día a día.
Las personas heredan 20.000 genes y más o menos 2.000 están asociados a la longevidad; pero, también, los hay asociados a la enfermedad, y por ejemplo hay 50 relacionados con sufrir hipertensión arterial.
El pensamiento positivo, clave en el envejecimiento
El especialista afirma también que no conoció a ningún superlongevo que viva pensando en cosas negativas. Todos pusieron en su cabeza los mejores recuerdos de su vida. En su mente, todos tienen recuerdos positivos, y si no sería imposible vivir a esa edad.
“Lo que más envejece son los pensamientos de culpa”, advierte el doctor. A su vez ve esencial mantener la mente activa, tener un propósito vital, “saber para qué y por qué te levantás”. A su juicio, aunque te jubiles, es primordial mantener actividades lúdicas o cualquier actividad para que la mente se encuentre activa.
También asegura que el estrés resta vida, “y sobre todo el estrés emocional, ya que puede provocar hasta un infarto”. Dice que soportamos la presión del día a día y el organismo, que no es inocuo a ello, al final reacciona y se pone en estado de alarma. “Al principio, nuestro cuerpo se adapta a esa situación de estrés. Pero si la presión se mantiene en el tiempo se corre el riesgo de llegar al agotamiento psicosomático que puede dar lugar a neuralgias, fatiga, cansancio, o cefalea y puede llegar un momento de no retorno. Hay que saber gestionar la calma. La meditación, la música, y adoptar la serenidad, son fundamentales en este sentido. Aquí los japoneses y su cultura zen son los números uno”, afirma.
