Expertos en enfermedades infecciosas clasificaron la influenza (gripe) el patógeno de mayor riesgo pandémico. Esto se debe a la potencialidad de contagios y su capacidad para mutar, razón por la cual cada año existe una cepa nueva del virus. Cada invierno comienza una nueva temporada de gripe y la amplitud térmica que ha tenido Córdoba a finales de mayo y al comienzo de este mes, es el escenario perfecto para la propagación de virus.
El virus H1N1 se identificó por primera vez en 2009 y rápidamente se propagó a nivel mundial, causando una pandemia. Ser llamado “gripe porcina” en el pasado se debió a que inicialmente se pensó que el virus había pasado de los cerdos a los humanos. Sin embargo, investigaciones posteriores demostraron que el virus tenía componentes genéticos de cepas de influenza humana, aviar y porcina.
Gripe A H1N1: sintomas
Los síntomas de la gripe A H1N1 son similares a los de la gripe estacional.
- Fiebre mayor a 38 grados
- Tos
- Congestión nasal
- Dolor de garganta
- Dolor de cabeza
- Dolor muscular y malestar generalizado
Es crucial reconocer estos síntomas temprano para evitar la propagación del virus.
Gripe A H1N1: prevención
La prevención es fundamental para controlar la gripe A H1N1. Las medidas incluyen:
- la vacunación anual
- mantener una buena higiene de manos
- evitar el contacto cercano con personas enfermas
- cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar
La aplicación de la vacuna reduce las complicaciones, hospitalizaciones, secuelas y muertes ocasionadas por el virus influenza.
Gripe A H1N1: factores de riesgo
Los factores de riesgo que implican la posibilidad de recibir la vacuna:
- Personas puérperas: hasta el egreso de la maternidad –máximo 10 días-, si no recibiera la vacuna durante el embarazo.
- Personas entre los 2 y 64 años que tengan factores de riesgo, quienes deberán presentar documentación que acredite la existencia de enfermedades preexistentes incluidas entre los factores de riesgo.
- Factores de riesgo: obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.
- Personas con retraso madurativo grave en menores de 18 años de edad, síndromes genéticos, enfermedades neuromusculares con compromiso respiratorio y malformaciones congénitas graves
- Personas con tratamiento crónico con ácido acetilsalicílico en menores de 18 años, convivientes de personas con enfermedad oncohematológica y convivientes de recién nacidos prematuros menores de 1.500 g.
