Un estudio de la Universidad de Harvard reveló que ciertos alimentos ultraprocesados y el consumo excesivo de carnes rojas procesadas podrían aumentar significativamente el riesgo de demencia y deterioro cognitivo.
Se estima que para 2030 los casos de demencia alcanzarán los 78 millones de personas, lo que hace urgente tomar medidas para proteger el cerebro y la memoria.
El alimento que daña el cerebro
Los investigadores del Mass General Brigham, la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard y el Instituto Broad del MIT y Harvard encontró que el consumo frecuente de carnes rojas procesadas aumenta el riesgo de demencia.
Aquellos que ingerían al menos un cuarto de ración de estos productos al día presentaban un 13% más de probabilidades de desarrollar demencia y un 14% más de deterioro cognitivo.
Esto equivale aproximadamente a dos fetas de panceta, una feta y media de mortadela o un pancho. Además, se descubrió que el consumo de carne roja procesada acelera el envejecimiento cognitivo y afecta la memoria verbal.
Pero no solo la carne procesada representa un riesgo. Los alimentos ultraprocesados, como gaseosas, papas fritas, helados y pizzas, contienen altas cantidades de grasas añadidas, sal y azúcar, lo que los convierte en opciones perjudiciales para la salud.
Estos productos son pobres en proteínas y fibra, lo que agrava aún más su impacto negativo en la función cerebral.
El azúcar también juega un papel clave en la salud cognitiva. Su consumo excesivo puede afectar el hipocampo, la región del cerebro responsable de la memoria y la plasticidad cognitiva. Se recomienda que las mujeres no superen los 25 gramos de azúcar al día, mientras que para los hombres el límite es de 36 gramos.
Asimismo, los edulcorantes artificiales, como la sacarina y la estevia, carecen de valor nutricional y podrían perjudicar la memoria si se consumen en exceso.
Otro factor de riesgo es el alcohol, que puede dañar las neuronas y afectar las capacidades cognitivas, contribuyendo a la pérdida de memoria y al desarrollo de enfermedades neurológicas, incluida la demencia.
Consecuencias del consumo de carnes rojas procesadas
El consumo frecuente de carne roja procesada no solo afecta la salud cognitiva, sino que también incrementa el riesgo de otras enfermedades:
- Enfermedades cardíacas: aumenta el colesterol, eleva la presión arterial y afecta el funcionamiento del corazón.
- Cáncer: se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de colon, así como de estómago, faringe, mama y próstata.
- Acidez e inflamación: puede generar daños en los tejidos y desencadenar procesos inflamatorios con diversas consecuencias para la salud.
- Infecciones intestinales: el uso frecuente de antibióticos en animales favorece la aparición de bacterias resistentes, que pueden contaminar la carne y aumentar el riesgo de infecciones intestinales en humanos.
Reemplazar la carne roja procesada por fuentes de proteínas más saludables, como frutos secos y legumbres, puede reducir el riesgo de desarrollar demencia en aproximadamente un 20%.
