Durante años, los microbios (virus, bacterias, hongos y otros) han sido conocidos por su capacidad de causar enfermedades, epidemias y muertes. Sin embargo, avances como el agua potable, los antibióticos, las vacunas y mejores medidas de higiene han reducido significativamente la incidencia de infecciones como la viruela, la tuberculosis y la hepatitis, contribuyendo a una mayor longevidad en la población.
Hoy sabemos que no todos los microbios son dañinos. De hecho, la mayoría de ellos son beneficiosos para nuestro organismo. Muchos de estos microorganismos residen en el intestino y conforman lo que conocemos como ‘microbiota intestinal’, anteriormente llamada ‘flora intestinal’.
El Dr. Christian Boggio Marzet, pediatra y gastroenterólogo, y director del simposio MicrobiotaBA, advierte que “uno de los grandes problemas actuales es el descuido de nuestro ecosistema intestinal, lo que puede favorecer el desarrollo de enfermedades autoinmunes como diabetes, esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, obesidad e incluso asma”.
Marie Claire Arrieta, microbióloga y bióloga celular de la Universidad de Calgary, añade: “Estas enfermedades son las plagas modernas, y en gran medida surgen porque no estamos alimentando correctamente a los microbios beneficiosos que habitan en nuestro intestino”.
Durante el ‘VIII Simposio Médico Internacional sobre Microbiota y Probióticos’, los especialistas destacaron cinco claves esenciales para fomentar y mantener una microbiota saludable:
1. Parto vaginal y lactancia materna
El contacto con el canal vaginal y la lactancia materna permiten que los bebés adquieran microorganismos benéficos esenciales para su salud a largo plazo. Los nacidos por cesárea, en cambio, están expuestos a bacterias de la piel y del entorno, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades no transmisibles como asma, alergias y obesidad.
2. Alimentación saludable
La dieta moderna, rica en alimentos ultraprocesados, no proporciona el entorno adecuado para un microbioma diverso y saludable. Consumir frutas, verduras y cereales integrales es fundamental para la diversidad bacteriana, mientras que el exceso de harinas, azúcares y grasas saturadas puede causar un desequilibrio en la microbiota.
3. Higiene razonable
El uso excesivo de productos antibacterianos puede eliminar tanto bacterias beneficiosas como perjudiciales. Mantener una higiene adecuada, sin abusar de estos productos, es clave para preservar la salud del microbioma.
4. Uso moderado de antibióticos
Si bien los antibióticos han transformado la medicina, su uso indiscriminado contribuye a la resistencia bacteriana y daña la microbiota, especialmente en los niños. Es crucial utilizarlos solo cuando sea estrictamente necesario.
5. Esquemas de vacunación completos
La disminución de las coberturas de vacunación representa un riesgo para la reaparición de enfermedades previamente controladas, lo que podría aumentar el uso de antibióticos y, en consecuencia, afectar negativamente a la microbiota.
Con un enfoque en estas cinco áreas, es posible promover un microbioma intestinal saludable, crucial para la prevención de las enfermedades modernas que afectan a gran parte de la población actual.
