El ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, visitó este jueves Villa María, donde recorrió obras destinadas a las primeras infancias que se financian con fondos del gobierno central, y se reunión con numerosos intendentes del interior provincial.
El acto central de su visita fue en el barrio Las Acacias, uno de los sectores de más bajos recursos de la ciudad, donde se remodeló un Centro de Promoción Familiar y jardín maternal para 80 niños y niñas de 45 días a tres años de edad.
Zabaleta dijo que son más de 300 las obras en toda la Argentina con carácter social, entre las que hay 80 espacios de primera infancia como que le se remodeló en esta ciudad.
Previo al acto, habló de la recuperación de los índices de empleo y pobreza que se conocieron en las últimas horas, y dijo que “sin ninguna duda” será una tendencia que se irá consolidando. También reivindicó la conversión de planes sociales en “empleos genuinos” y rechazó las protestas y acampes de organizaciones piqueteras frente a su ministerio.
Piquetes y privilegios
“Un conflicto no se resuelve con otro conflicto. Hay que dejar de jorobarle la vida a los demás”, dijo sobre los cortes de tránsito en la avenida 9 de Julio, por la que “circulan miles de personas que van a su trabajo y necesitan poder transitar”.
Zabaleta ratificó que no devolverán los beneficios suspendidos a personas que actuaron con violencia en la protesta contra el tratamiento del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
“El plan Potenciar Trabajo no se generó para que vayan a tirar piedras al Congreso y atentar contra la democracia. Se generó para acompañar a millones de argentinas y argentinos que tienen que ir en el camino hacia el empleo genuino”, declaró.
En ese sentido, el intendente de Villa María, Martín Gill, agradeció al ministro y al presidente Alberto Fernández “por la decisión de que los recursos se pongan en generar trabajo, incrementar la educación y reducir la pobreza”.
Y respaldó las críticas de Zabaleta a los piquetes frente al ministerio: “Mientras otros están haciendo lío en Buenos Aires y acampando, quizás, para conservar privilegios, en vez de conseguir un trabajo digno, la apuesta es esta, recorrer el interior y generar trabajo genuino”, dijo en su discurso.
“No son los planes los que le cambian la vida a la gente sino el trabajo y la educación”, remató Gill.
Con respecto a la vigencia de los planes sociales, Zabaleta estimó que unos 30.000 se reconvirtieron en empleos formales y que hay alrededor de 1.200.000 personas que perciben algunos de los programas.
“Nada para festejar”
Zabaleta consideró que, si bien “hay un millón de argentinos y argentinas que salieron de la pobreza”, todavía “no hay nada para festejar”.
La decisión, dijo, es consolidar las actuales políticas sociales, vinculando los programas a la generación de empleo y el fortalecimiento de economía popular.
Afirmó que los valores de recuperación son muchos mejores que el gobierno anterior y lo atribuyó a “un modelo de país vinculado a la inversión pública y privada, al trabajo”.
Pidió que el gobierno, la oposición, y la sociedad en su conjunto entiendan que se debe volver a una mesa de discusión y ponerse de acuerdo en generar trabajo, luchar contra la pobreza, mejorar el sistema educativo y el de salud.
