En un movimiento que generó sorpresa y debate, la diputada María Eugenia Vidal publicó un sugestivo mensaje en su perfil de LinkedIn anunciando que a partir del 10 de diciembre se quedará sin trabajo y que buscará activamente un puesto en el sector privado.
La exgobernadora bonaerense señaló que “llegó el momento de reinventarse” y eligió no asumir ningún cargo político porque “decidió no ceder sus convicciones”.
La misma situación que en 2019
Vidal, quien ya enfrentó una situación similar en 2019 tras perder la elección en la provincia de Buenos Aires, detalló su trayectoria: “Goberné, fui diputada, firmé y redacté leyes, tomé decisiones difíciles”.
Aclaró que, si bien trabajó para organismos internacionales, dio clases, realizó consultorías y asesoró a ONG durante dos años (incluida la pandemia), nunca lo hizo “en relación de dependencia dentro de una empresa”.
Para la política de 51 años, la “reinventarse” es un desafío que conlleva tanto experiencia y contactos como la dificultad de dejar atrás una “zona de confort”.
Pidió recomendaciones a usuarios
La diputada planteó una interrogante clave sobre la inserción de figuras políticas en el ámbito privado y si existe un “riesgo” para un empleador al contratar a alguien con su trayectoria en el Estado.
Compartió aprendizajes de su paso por el sector público, como la importancia de buscar equipos con “buenas personas, idóneas y que tengan las ideas frescas”, o la necesidad de “dar la cara cuando las cosas no salen como lo esperas”.
Finalmente, Vidal solicitó recomendaciones a los usuarios para su búsqueda laboral.
Su situación se enmarca en su reciente decisión de rechazar una alianza nacional entre Propuesta Republicana (Pro) y La Libertad Avanza (LLA), enfatizando la necesidad de una “oposición constructiva” y de mantener la “identidad” de Pro.