El dato no deja de sorprender al “círculo rojo” cordobés. Incrédulos, dirigentes y empresarios no le encuentran explicación. La imagen positiva del presidente Javier Milei en la provincia se mantiene arriba del 66%.
¿Qué está pasando?, es la pregunta recurrente entre los que miran encuestas “de las buenas”, aclaran para diferenciarlas de otras que consideran menos creíbles.
Desde el Centro Cívico difunden otros números. Los funcionarios más cercanos al gobernador Martín Llaryora aseguran que el respaldo a Milei está menguando al ritmo del deterioro de la economía.
No sería lo que está sucediendo. Al menos es lo que creen los dirigentes más cercanos del exgobernador Juan Schiaretti.
Nadie le encuentra una explicación razonable a este fenómeno inédito. Un ajuste brutal, en medio de la inestabilidad de los mercados financieros, y una inflación que el mes pasado dejó de bajar. Sin embargo, parece que nada afecta a Milei.
No es un dato menor el respaldo social a Milei. Sin el apoyo de intendentes, legisladores nacionales ni gobernadores, la adhesión que marca las encuestas es vital para el Presidente.
En lo político-electoral, la fortaleza del Presidente en las encuestas desorienta y obliga a repensar estrategias a la oposición, tanto a los “dialoguistas” como a los cristinistas, que ya se pararon en la vereda de enfrente de los libertarios.
En este contexto, Schiaretti tuvo su reaparición pública en Córdoba, el martes pasado, en el acto de conmemoración del 30º aniversario del atentado contra la Amia.
Habitualmente moderado, el exgobernador se despachó con un potente discurso, en el tono y el contenido político. Acusó directamente a Irán de financiar y de ser el autor intelectual del atroz atentado. También cuestionó a Cristina Kirchner por la firma del Memorándum con Irán.
Hubo una frase que para muchos pasó inadvertida. Elogió al Gobierno nacional por impulsar un proyecto de ley para instaurar el Juicio en Ausencia.
El propio Schiaretti presentó una iniciativa similar, una década atrás, cuando era diputado nacional.
A riesgo de simplificación, el discurso del exgobernador se puede resumir políticamente de este modo: palos al kirchnerismo y cierto guiño para Milei.
Esa postura, tal vez, tenga que ver con los mencionados números de las encuestas. Schiaretti está convencido que este no es el momento para enfrentar a Milei. Aunque trabaja en un espacio nacional alternativo.
Diálogos nacionales
El exgobernador se mueve más de lo que trasciende. Y no precisamente cerca de los libertarios. Está concentrado en el armado de un espacio moderado nacional, alejado del kirchnerismo, pero también de Milei.
La nueva versión de la “avenida del medio”, es sintetizada por los schiarettistas puros con una denominación que deja perplejos a los interlocutores: “Vaca viva”.
¿De qué se trata? Un plan político-electoral que contiene a las provincias más productivas del país. Supera los límites de la Región Centro que integran Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Incluye a Buenos Aires, Mendoza, San Juan, La Pampa y las provincias patagónicas, productoras de energía.
“Todos hablan de Vaca Muerta, pero en realidad, lo que sostiene al país es la franja central productiva, que está desarrollada y que puede dar mucho más. Por eso hablamos de ‘Vaca viva’, a la que hay que sumarle Vaca Muerta para sacar definitivamente a la Argentina de las crisis recurrentes”, argumentó un hombre que está muy cerca del exgobernador.
Los límites geográficos y también electorales que marcan los schiarettistas también expone a los dirigentes nacionales con los cuales habla el exgobernador.
Llamativamente, de los nombres que se mencionan, son más radicales y del PRO que peronistas.
“Hace rato que se borraron los límites entre peronistas y radicales. El que analice el escenario nacional con esas consignas se equivoca. Milei está ahí para corroborarlo”, se defienden los schiarettistas, apelando a un convencimiento de su jefe político.
El ex gobernador cordobés habla seguido con los radicales porteños Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti. Volvió a tener contactos con Facundo Manes y nunca perdió el diálogo con Horacio Rodríguez Larreta. Maximiliano Pullaro está cerca, con diálogo fluido con el gobernador Llaryora.
El gobernador mendocino, el radical Alfredo Cornejo, y el entrerriano Rogelio Frigerio (PRO) también participan de reuniones reservadas. Por ahora, estos encuentros tienen el rótulo de interconsultas de dirigentes que ven con intriga y preocupación el rumbo del gobierno libertario.
Los movimientos de Schiaretti a nivel nacional, por ahora, no tienen correlato en Córdoba. El gobernador Llaryora suma a radicales al pregonado “partido cordobés”, la sucursal local del armado nacional de exgobernador. Aunque estos acuerdos son a título personal, que no involucran a una porción de la UCR.
El radicalismo local que intenta liderar Rodrigo de Loredo está lejos de este armado nacional. El diputado nacional ya rompió con Lousteau.
El cordobés no sólo busca quedarse con la conducción del radicalismo provincial. Aspira a ser el referente nacional de su partido, en detrimento del porteño Lousteau, que genera resistencia entre los radicales del interior.
De Luis Juez, ya se sabe. Cualquier lugar, menos cerca del PJ provincial y del “partido cordobés”.
Hay muchas dudas sobre qué harán Juez y De Loredo el año que viene, para las elecciones legislativas. Por ahora, lo único claro es que están más cerca de Milei que del “partido cordobés”. El tiempo dirá si los dos opositores locales estarán juntos o separados
Sin tiempo para pensar en las lejanas urnas, Llaryora tiene que lidiar con los reclamos de los estatales, con los cuales espera acordar en los próximos días.
Mientras, Schiaretti tiene libertad de movimiento para armar un espacio para frenar a Milei. Su plan tiene un nombre oficial: Hacemos Argentina. Pero, por lo bajo, los schiarettistas hablan de “Vaca viva”.
