En el tramo final de la campaña presidencial para las elecciones generales del próximo domingo, en el escenario electoral nacional, la incertidumbre les gana por goleada a las certezas.
No obstante, a pocas horas del cierre de la campaña, hay algunas evidencias que deberán ser ratificadas en las urnas el domingo que viene.
Javier Milei (La Libertad Avanza) encabeza la intención de votos en casi todos los sondeos, por lo cual hay una coincidencia generalizada que es el único candidato presidencial con chances de ganar en primera vuelta.
De no consagrarse presidente electo este domingo, el dirigente libertario al menos tendría asegurado un lugar en el balotaje.
Estas son dos cuestiones que casi nadie pone en duda. Lo demás es un mar de incertidumbre y especulaciones.
Por ejemplo, si hay balotaje, las distintas consultoras no se ponen de acuerdo sobre si el oficialista Sergio Massa (Unión por la Patria) o la opositora Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) llegarán a esa instancia para confrontar con Milei.
Quien llegue al balotaje contra el libertario abrirá un juego de posibles acuerdos electorales que parece infinito.
En el caso que el próximo presidente se defina en la segunda vuelta del 19 de noviembre, Juan Schiaretti, candidato presidencial de Hacemos por Nuestro País, se convertirá en el dirigente más condicionado para concretar un acuerdo, de cara a la pulseada final por llegar a la Casa Rosada.
Más allá del optimismo que muestran los schiarettistas, después del buen desempeño en ambos debates presidenciales, se sabe, que Schiaretti aspira sólo a repetir su cosecha de votos de las Paso o superarla, de máxima.
Para el mandatario cordobés, la prioridad es sacar dos diputados en Córdoba. Aunque algunos dirigentes schiarettistas hasta se entusiasman con una tercera banca, un objetivo difícil, pero no imposible de conseguir en esta provincia.
Para eso, la lista de Hacemos por Nuestro País deberá superar el 27% que alcanzó en las primarias del pasado 13 de agosto.
Otra elección
En el caso de haber balotaje, para el PJ provincial no será lo mismo que el rival de Milei sea Massa o Bullrich.
En el eventual escenario que Massa llegue a una segunda instancia, los peronistas cordobeses no ven a Schiaretti militando para el ministro de Economía, a quien cuestionó duramente en los últimos días de campaña.
De todos modos, que Massa siguiera en carrera presidencial representaría un problema para Schiaretti, y también para el gobernador electo, Martín Llaryora, quien tendrá injerencia en la decisión que tome el PJ cordobés.
En ese hipotético escenario, todo indica que la mayoría de los cordobeses se inclinaría por el candidato de Unión por la Patria, antes que al referente de La Libertad Avanza.
Esa posibilidad pondría a Schiaretti y a Llaryora en una encrucijada, porque Massa es el candidato del peronismo nacional, más allá de que detrás de su postulación están Cristina Kirchner y todo el kirchnerismo.
El gobernador y su sucesor no dan pistas sobre qué harán en un balotaje, amparándose en la posibilidad que Schiaretti aún tiene de competir este domingo.
Tanto dirigentes schiarettistas como llaryoristas coinciden en que la prescindencia podría ser el camino de ambos referentes, ante un mano a mano entre Milei y Massa.
De todas maneras, Massa ya dio indicios en su última visita a Córdoba de que enviará un mensaje envenenado hacia el Centro Cívico y el Palacio 6 de Julio: no le será gratuito al PJ provincial no respaldar a un candidato peronista, que enfrentará a un ultraliberal.
El otro escenario
La otra posibilidad es que al hipotético balotaje lleguen Milei y Patricia Bullrich.
En este caso, Schiaretti y Llaryora tendrían menos compromiso político para mantenerse al margen de la pulseada por el poder nacional.
Si bien es cierto que a principios de junio pasado el gobernador mantuvo negociaciones avanzadas con Horacio Rodríguez Larreta y el radical Gerardo Morales para conformar una gran alianza opositora (el denominado por Schiaretti “frente de frentes”), luego de las duras pulseada por el poder provincial y en la Capital con Juntos por el Cambio, dejaron cicatrices que complicarían un acuerdo político.
La propia Bullrich admitió el lunes pasado que está dispuesta a dialogar con Schiaretti, en el caso que llegue al balotaje.
“Ahora no es el momento de hablar, pero como vamos a estar en el balotaje, voy a dialogar con todos los sectores que quieran un cambio para sumar apoyo”, dijo la candidata de Juntos por el Cambio, en una de las tantas entrevistas que brindó en los últimos días.
Schiaretti siempre puso condiciones para un acuerdo político. Esta postura no es nueva, es desde cuando se lanzó a buscar proyección nacional.
“Para acordar con cualquier otro espacio político tiene que aceptar nuestras propuestas, que son el federalismo, eliminar las retenciones al campo y un reparto más equitativo de los subsidios nacionales al transporte y a la energía”, decía el gobernador, en aquellos días de negociación con Larreta y una parte del radicalismo.
En una posible negociación con Bullrich, el gobernador pondría las mismas condiciones.
Pero hay una cuestión política que dificultaría esta negociación: Juntos por el Cambio es oposición al PJ provincial y un eventual encumbramiento de Bullrich en la Casa Rosada fortalecería a la alianza en la provincia.
Para Schiaretti y Llaryora sería más complejo acordar con Juntos por el Cambio que con Massa, pese a las diferencias que el gobernador tiene con el ministro de Economía.
En este contexto, la postura de la prescindencia parece el camino más seguro para los dos referentes peronistas cordobeses, que siempre se mostraron alejados del kirchnerismo duro.
