La elección nacional del próximo 26 de octubre tiene en Córdoba un capítulo especial: en la provincia que hizo presidente a Javier Milei, el Gobierno provincial puso a jugar a Juan Schiaretti, pero no pudo retener a todo el peronismo bajo esa candidatura.
Así, el exgobernador, cuya imagen positiva llega hasta el 70% según distintas encuestas, compite contra un candidato desconocido que tiene como principal activo representar a la escudería de La Libertad Avanza. Es el choque de dos tanques que compartieron una porción del electorado, y habrá que ver a cuál de los dos candidatos elige la mayoría de los votantes pendulares.
Luis Dall’Aglio, de la consultora Delfos (que mide habitualmente para el Gobierno provincial), sostiene que la clave estará en el “voto pragmático” que encarará el electorado que quedó huérfano tras la desaparición de Juntos por el Cambio.
“Hay una falta de eficiencia en el discurso del sacrificio, porque ese sacrificio no da resultado. Entonces, aparece el plano pragmático que pondera los atributos personales del candidatos por sobre los ideológicos”, dice el consultor.
Desde la consultora Explanans, Martín Notarfrancesco dice que “la conducta electoral cordobesa invita a proyectar un piso de 30 puntos” para cada una de las listas, la de Schiaretti y la de Gonzalo Roca. “Es posible que entre estas dos listas se repartan el 70-75% de los votos. En la distribución de bancas concentrarían 7 u 8 de las 9 en disputa”, dice el consultor.
El politólogo Nicolás Meloni, de Pulso Social, coincide respecto del reparto de bancas: “Schiaretti está por encima de Roca por 3 ó 4 puntos, con el libertario apuntalado por la marca. Natalia de la Sota emerge con 12 puntos, llevándose el 80% del voto kirchnerista y el resto del peronismo ortodoxo”, dice al convalidar un reparto de 4-4-1.
Cuando en Pulso Social preguntaron a sus encuestados si su voto era inamovible, un porcentaje de los votantes de Schiaretti y los de De la Sota respondieron que no, que podrían cambiar su opción.

Así, los peronistas no K que apoyan a De la Sota podrían regresar a Schiaretti si éste emerge como opositor a Milei (“una narrativa difícil por el apoyo a distintas leyes del Gobierno”, dice Meloni); mientras que votantes de Schiaretti podrían emigrar a Roca (Milei) si el Gobierno nacional reconstruye cierta expectativa hoy destruida: “En dos meses, la imagen positiva de Milei cayó 12 puntos”, dice Meloni.
¿Cambio de escenario?
En un mismo sentido, desde Explanans opinan que aunque “a principios de este año el escenario se presentaba muy favorable para La Libertad Avanza”, el oficialismo nacional cometió errores como ningunear a Luis Juez, mientras que Rodrigo de Loredo no pudo hacer confluir al radicalismo con los libertarios.
Entonces, La Libertad Avanza apostó por la mano derecha de Gabriel Bornoroni: “Se trata de la lista de Milei, sin importar mucho quienes la integren; con Milei en alza es una cosa, con Milei en baja, y crisis de gobernabilidad es otra”, dice Notarfrancesco.
En ese marco, opina: “7 de cada 10 cordobeses tienen una imagen positiva del exgobernador Schiaretti, y si sumamos que la maquinaria electoral cordobesista es única en la provincia, y de las más aceitadas del país, parece ser la lista con más resto para encarar la recta final”.
Para Meloni, en cambio, el Gobierno nacional llega al tramo final con un “stock de buenas noticias” que le puede servir para incentivar a que los desencantados con Milei vayan a votar. “El resultado final dependerá de la participación. En esta coyuntura, una baja participación afectará más a LLA que Provincias Unidas”, dicen desde Pulso Social.
Dall’Aglio considera que la participación rondará el 63% y en un contexto en el cual el Gobierno nacional “perdió expectativa” de los cordobeses desde febrero, en la seguidilla de escándalos que inició el caso $Libra. “Hay una desconexión entre la macroeconomía de Milei y la microeconomía del votante”, dice Dall’Aglio.
Notarfrancesco, por su parte, dice que “la dinámica de la campaña, la coyuntura económica, la activación de la militancia y los escándalos nacionales son las variables que definirán el resultado final”.
Las chances de Mestre
En Delfos consideran que resta por definir a quién pertenece una de las bancas. Según esta hipótesis, la que está en riesgo es la de Laura Rodríguez Machado, quien busca la reelección como cuarta candidata de La Libertad Avanza. Se la podría arrebatar Ramón Mestre.
“La posibilidad de un reparto de bancas 4-3-1-1 obedece a que el radicalismo tiene una extensión territorial que podría levantarse para apoyar esta ‘versión pura’ que representa Mestre, más allá de la interna”, dice Dall’Aglio.
Para Notarfrancesco no hay dudas de que De la Sota “logró despegarse del resto de las 15 listas”, pero no descartó (en lo que sería una “sorpresa”) que “entre en zona de 15% y dispute dos bancas”.
“En el plano de los batacazos, aunque poco probables, podríamos dejar apuntado a Ramón Mestre, si logra cautivar a un electorado radical no representado”, agrega. Delfos es la única de las tres encuestadoras consultadas para este informe que le da al radical una posibilidad de “ser el canal de representación” para una porción de los huérfanos de Juntos por el Cambio.
Finalmente, Dall’Aglio apunta que recién las dos últimas semanas de campaña el electorado no politizado pone la lupa sobre las elecciones, una conducta gravitante en un escenario de 14% de indecisos. “Hay desencantados con todos, con Milei inclusive; y una sensación de frustración porque el Gobierno volvió a pedir prestado a Estados Unidos: hay una conciencia popular de que no es una buena señal”, dice.