Javier Milei sufrió el más duro golpe político de sus primeros casi 100 días de gestión. El rechazo del Senado al decreto de necesidad y urgencia (DNU) –por 42 votos a 25– abre una enorme incertidumbre sobre qué sucederá en Diputados y la eventual firma del “pacto de mayo”, además del impacto en varios sectores de la economía.
El intento del Gobierno de minimizar la derrota y de señalar al desacreditado Martín Lousteau elude valorar la reacción político-partidaria que puede despertarse en diversos ámbitos.
La Cámara Baja puede convertirse en un hervidero por el debate del DNU, de la movilidad jubilatoria, del Fondo de Incentivo Docente (Fonid) y de la “ley ómnibus bis”.
Analistas sostienen que, por contrapartida, el golpe parlamentario puede ayudar a fidelizar la masa de votantes que dio forma al 56% en el balotaje, en rechazo al regreso del kirchnerismo y de sus aliados.
Según encuestas recientes, Milei perdió entre 6 y 10 puntos porcentuales de adhesión por el duro ajuste que golpea a todos los sectores, con pocas implicancias para “la casta”, como había prometido en la campaña.
Ahora, el fortalecimiento de exponentes a quienes la sociedad había rechazado –kirchneristas, gremialistas y grupos del radicalismo y del PRO (salieron terceros en la elección general)– puede favorecer la tolerancia al ajuste.
Golpe de incertidumbre
Las dudas sobre cuánto tiempo tendrá vigencia el DNU 70/23 ya impactó en todas las actividades.
Ayer, en el desayuno de la Cámara de Desarrollistas Urbanos de Córdoba (Ceduc), el primer café se destinó a evaluar las implicancias sobre los alquileres.
Los últimos contratos, que se pactaron libremente entre las partes, mantendrán su vigencia, así como los celebrados con la anterior legislación. Pero, ¿qué sucederá en el futuro con los alquileres?
Los desarrollistas calculan que aún el 40% de las propiedades no volvió al mercado. “Si se cae el DNU, la solución ideal sería que Milei sancione un nuevo decreto para los alquileres, por lo que el debate sería sólo sobre este tema y no sobre una enormidad de artículos”, sugirió Gastón Utrera, a cargo del informe económico.
La Ceduc pidió luego a los legisladores nacionales por Córdoba que no apoyen la derogación del DNU.
Las asociaciones rurales –con Cartez en primera fila– y las empresarias defienden la necesidad del “pacto de mayo”, cuya firma puso en duda Milei por lo que consideró “un sabotaje” al Gobierno.
Los empresarios apuestan a una reforma laboral que reduzca las cargas tributarias, lo cual colaboraría en la solución del déficit previsional. En la actualidad, hay poco más de un trabajador aportante por jubilado.
Los pasivos con 30 años de aporte tuvieron una pérdida real de 29% en sus haberes, según el cálculo del economista Patricio Canalis (Idesa). Quienes se jubilaron con moratorias y recibieron bonos sólo perdieron el 14% frente a la inflación.
Aún no está claro qué sucederá con la movilidad jubilatoria y cuál será la compensación para quienes sufrieron la licuación de sus ingresos en el último trimestre, con una inflación de 71,3%.
Golpes al bolsillo
Milei apuesta a la salida del cepo para dinamizar la economía y dar vuelta los golpes que recibió en el Senado y en la Justicia. Un amparo no se le niega a nadie.
El Presidente reconoció que necesita 15 mil millones de dólares para levantar el cepo. ¿Será con una canasta de monedas? ¿Con flotación sucia o libre? ¿Con crawling peg mensual (devaluación administrada)?
No hay certezas, salvo la expectativa de que movilizará los dólares que están en el colchón. Empresas y familias venden a cuentagotas sus ahorros. El dólar blue se mantuvo ayer en 1.025 pesos.
Las acciones y los bonos argentinos no registraron en gran medida el golpe del Senado.
Los usuarios siguen preocupados por la fuerte alza de los servicios (el aumento del gas natural pasó a abril) y los consumidores, por el alza de ciertos alimentos.
Los trabajadores registrados están inquietos por el nuevo piso de Ganancias –sería de 1,5 millones mensuales para el empleado con familia–, mientras que los monotributistas esperan un aumento en los aportes, con actualización trimestral.
“Hay que mirar más a la política que a la economía”, cerró Utrera su presentación. Allí está la clave de lo que vendrá.
