Un día después de que Agustín Rossi, afirmara en el debate de los dos candidatos a vicepresidente de la Nación que la empresa estatal YPF no tiene quebrantos, se conoció que en el tercer trimestre del año acusó un déficit de U$S 137 millones.
Las cuentas de la petrolera muestran un “deterioro en todos los frentes”, afirmó una consultora privada que sigue sus balances y es producto en gran medida de la política de precios a pérdida en la venta de los combustibles.
“Con el precio internacional del petróleo a más de U$S 80 (por) barril, YPF registró pérdidas en sus resultados del tercer trimestre de 2023 y debió sobreendeudarse para mantener sus inversiones. Consecuencia directa del modelo de la nafta a 300 mangos”, afirmó el economista Nicolás Gadano al evaluar los resultados.
Para la consultora IEB, por otro lado, “el intervencionismo en el congelamiento de los combustibles y del barril criollo repercuten fuertemente en los ingresos, márgenes y resultados de la empresa”, indicó.
Es más, por el rojo del tercer trimestre, YPF no tuvo que pagar impuestos a las ganancias, con lo cual, de paso, no le sumó ingresos al fisco.
Las ventas de U$S 2.504 millones caen un 15,9% comparado contra igual ciclo del año pasado. “Luego de varios trimestres de presentar un resultado operativo saludable, la compañía nuevamente entra en terreno negativo reportando U$S 387 millones negativos, explicó IEB.
El Ebitda ajustado también sufre las consecuencias de lo antes dicho: se desploma un 38,5% en el tercer trimestre de 2023 al llegar a U$S 926 millones, lo que implica un margen de 20,5%, frente al 28,1% reportado en el tercer trimestre del año pasado.
Con todo esto, el resultado termina con un rojo de U$S 127 millones, frente a una ganancia de U$S 693 millones del mismo ciclo del año pasado.
Gadano explicó que en general “YPF es una empresa muy rentable”, pero justo el miércoles, con el debate de vicepresidentes, se conoció una pérdida. “Cuando uno mira los precios internacionales del petróleo están altísimos, casi U$S 100 (por barril), pero la decisión de retrasar el precio de las naftas y el gasoil respecto de la inflación y el precio internacional del petróleo, tiene costos”, apuntó.
En declaraciones radiales, el economista subrayó que casi todo lo que produce la compañía estatal lo comercializa en el mercado interno. “Tiene la capacidad productiva para ampliar la producción, y en tanto el mercado interno esté abastecido se pueden agregar barriles para la exportación”, delineó.
Planteó, asimismo, que la política oficial en la materia “no ayuda” al desarrollo de las petroleras para potenciar la inversión en Vaca Muerta.
Los impuestos a los combustibles están en valores mínimos históricos, cuando en realidad todos los países tienden a aumentar los gravámenes a los derivados del petróleo. En la Argentina es a la inversa.
Revertir los precios bajos “es un proceso que después lleva mucho desandar”, explicó. “Ningún país tiene la nafta a menos de un dólar, a 30 centavos de dólar, eso no existe”, dijo.
Como se sabe, el bajo valor de los combustibles fue central en la negociación que el ministro de Economía, Sergio Massa, mantuvo con las petroleras en pleno desabastecimiento de fin de octubre y principio de este mes.
Las compañías resaltaron que el precio del “barril criollo”, situado en unos U$S 50 dólares, estaba muy por debajo de lo mínimo que se paga a nivel internacional, U$S 80 dólares. Massa conminó a las petroleras a resolver el abastecimiento, pero al mismo tiempo autorizó un incremento de 10% vigente hasta febrero, anunció en aquella instancia.
