El debate en el Senado por la implementación de la boleta única como herramienta de sufragio se empantanó y no está claro si el oficialismo y sus aliados de Juntos por el Cambio podrán tener aprobar la iniciativa que cuanta con media sanción de Diputados antes de que finalice el período de sesiones extraordinarias, situación de demuestra lo complejo que es llegar a acuerdos parlamentarios por la atomización del Congreso.
El nuevo traspié de La Libertad Avanza se dio en el plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia y asuntos penales de la Cámara Alta donde el bloque oficialista de La Libertad Avanza (LLA), liderado por Ezequiel Atauche, firmó, junto a senadores de Juntos por el Cambio, el dictamen que tiene media sanción de Diputados. El diseño de esa boleta única es similar a la que se utiliza desde 2011 en Córdoba.
Así, el proyecto de ley que Diputados había aprobado en 2022 reunió en el Senado las firmas de La Libertad Avanza, el PRO, la UCR y del peronista no K Edgardo Kueider, que integra el bloque junto a Alejandra Vigo.
El peronismo se plantó y firmó un segundo dictamen avalando el proyecto de la senadora Mónica Silva, de Juntos Somos Río Negro, el bloque que responde al gobernador Alberto Weretilneck, y que propone una boleta única por categoría, un modelo similar al que utiliza Santa Fe. Es decir una para elegir presidente y vice. Otra para para legisladores nacionales. A su vez, propicia que se elimine el “casillero lista completa”.
Con estos dos dictámenes técnicos sobre la mesa de debate se abre una pulseada política: el kirchnerismo en el Senado no quiere darle a Javier Milei una ley mientras se discute en Diputados la llamada “Ley Ómnibus”.
Ocurre que si en el recinto el oficialismo no tiene los votos para aprobar la ley que viene de Diputados (la boleta única “cordobesa”), y se aprueba él modelo por categoría (la boleta única “santafesina”), el texto debe regresar a Diputados, que recién retomaría el tema en marzo, en el período ordinario.
Ahora, la dificultad agravada es que al tratarse de un proyecto que modifica el sistema electoral requiere una mayoría absoluta: es decir 37 votos afirmativos, por lo que nadie da por seguro que la vicepresidenta Victoria Villarruel ingrese el tema al debate.
