Cuando el lunes último Rodrigo de Loredo expresó con claridad que está “listo para gobernar (la provincia de) Córdoba” y anunció que “asume ese desafío”, Juntos por el Cambio tembló: con su salida del mapa electoral capitalino, la oposición pierde al candidato que aparecía en las encuestas como el “natural” para dar esa batalla: que Hacemos por Córdoba abandone el Palacio 6 de Julio.
El cimbronazo repercutió en el peronismo: el repliegue de quien aparecía como el favorita en las encuestas envalentona a más de uno, que considera que sin De Loredo se “garantiza” el “efecto cascada” que tendría la postulación a gobernador de Martín Llaryora sobre el electorado capitalino.
En Juntos por el Cambio, cuatro dirigentes expresaron su intención de buscar la postulación a intendente, y un quinto sembró la ciudad de ambiguos pasacalles con su apellido, pero evitó el pronunciamiento.
En cancha está desde hace varios meses Juan Negri, actual jefe del principal bloque opositor en el Concejo Deliberante.
“En lo personal, no modifica nada mi estrategia: tengo la decisión firme de ser candidato a intendente y de someterme a las reglas internas para lograrlo”, dice Negri, para quien es “natural” que él y De Loredo no tengan “miedo a disputar el poder”.
Anticipa que habrá un lanzamiento formal de su candidatura en pocas semanas, entre la finalización del mundial y las fiestas de fin de año.
En el análisis, talla que sin De Loredo en el escenario, el nombre de Negri es conocido, y por lo tanto tiene incidencia en las encuestas que circulan por estos días frenéticos para la política cordobesa.
“Las fórmulas deben ser conformadas por quienes aseguren el triunfo y lideradas por quien más mida”, dice Negri como método general, una ecuación que le rinde a él porque en cualquier escenario De Loredo no sería candidato en la ciudad, ya sea como postulante a suceder a Juan Schiaretti o a Manuel Calvo.
Campamento PRO
Hasta aquí, Juan Negri es el único radical plantado como candidato a intendente, pero en centenario partido nadie descarta que –sin De Loredo– haya más postulantes. Al contrario.
En el PRO todavía intentan descifrar el acercamiento explícito de De Loredo a Mauricio Macri: ”Mauricio pidió un PRO más fuerte y acordó con Rodrigo; lo que también agita el fantasma 2019″, dice uno dirigente que se sienta a la mesa de decisiones amarillas.
El desorden se exhibe también en los precandidatos a intendentes de ese espacio: por ahora, tres.
Quien recorre la Capital desde hace tiempo es Soher El Sukaria. “Seguimos caminando la ciudad porque todos tenemos el derecho y las capacidades para representar a Juntos por el Cambio”, dice la diputada nacional.
Respecto de De Loredo, opina: “Rodrigo hacía tiempo que venía hablando de la ciudad de Córdoba, pero no ha continuado ese posicionamiento en los últimos tiempos. Pero lo importante es que Juntos por el Cambio es una alianza, y no todo nace y muere en un candidato”.
Por esto, asegura que su “posicionamiento para administrar la ciudad de Córdoba es genuino”. De cualquier modo, abre una hendija: ”Lo único que puede hacer cambiar mi postulación es una decisión del partido a nivel nacional”, un ajedrez que excede a las piezas locales.
Uno de los últimos arribados al PRO, pero que cosechó poder interno tras sentar a su prima y socia Carmen Álvarez Rivero en el Senado Nacional, es Sebastián García Díaz, quien también se anota para suceder a Llaryora.
Aferrado en la interna partidaria a Patricia Bullrich, dice que la candidatura de Juntos por el Cambio para la Intendencia le corresponde al PRO.
Argumenta: ”Luis Juez y Rodrigo de Loredo son candidatos a gobernador y deberán resolver el orden, por lo que lógico que el PRO como socio de Juntos se quede con la candidatura en la ciudad de Córdoba”.
En ese marco, él dice: ”Voy por todo”. “Desde el primer día dije explícitamente que si Rodrigo era el candidato a intendente, yo bajaba mis pretensiones y daba un paso al costado. Al buscar él la proyección provincial, me siento con el derecho a reclamar ese candidatura, por la que vengo trabajando hace muchos años, desde cuando fundé Primero la Gente”, dice García Díaz, aliado a Juez en la interna contra De Loredo.
Finalmente, el tercer amarillo de la lista es Javier Pretto, exintendente de La Carlota, pero radicado en la capital provincial, quien –como otros dirigentes de Juntos por el Cambio– apuesta a la fórmula provincial Juez-De Loredo. O viceversa.
“El PRO no tiene candidatos bien posicionados, al igual que otros partidos de la coalición, por lo que la cabeza de la boleta en la ciudad de Córdoba debería ser para nosotros”, dice para inflar las acciones de su partido.
Admite que sin De Loredo en el barro municipal “se empioja” la discusión interna, con el peligro latente de que “un adelantamiento de las elecciones” a abril-mayo deje a la oposición “sin plazo material” para organizar una interna.
Pasacalles
La aparición de pasacalles con el apellido “Mestre”, sin aclarar a cuál de los dos hermanos se refiere, alentó la especulación. Según fuentes del mestrismo, los carteles son para instalar a Diego, quien se anotó para suceder a su hermano en 2019, pero se bajó cuando “se impuso la realidad del partido” y proclamó a De Loredo como candidato a intendente.
El martes, en el acto del mestrismo, Diego Mestre ensayó un discurso municipal: ”Tenemos que tener un intendente que no use la Municipalidad como un trampolín”. ¿Se refería a él? “Ya habrá tiempo”, la respuesta que dio.
El PJ no opina de De Loredo, pero celebra la interna
Aunque en el PJ están convencidos que sin el “candidato natural” de Juntos en la ciudad mejoran notablemente sus chances electorales, lo cierto es que la interna oficialista tiene un número infrecuente de anotados para la intendencia; y también, la posibilidad de pergeñar alguna alquimia que sacuda el tablero.
El viceintendente Daniel Passerini ya expresó su deseo de ser “candidato para garantizar la continuidad” de la gestión Llaryora en la ciudad.
Aunque declinó opinar respecto de un escenario electoral sin De Loredo, en su equipo señalaron que “la estrategia es la misma, cualquiera ser el candidato a intendente de Juntos por el Cambio: De Loredo o Juez”.
La mención de Juez tiene una intencionalidad clara: fogonear la disputa y sembrar la desconfianza entre los exsocios vencedores en 2021.
Este sábado, en Voz y Voto, Miguel Siciliano, secretario de Gobierno de la Municipalidad, blanqueó su pretensión de disputarle a Passerini el rol de “continuador” de la gestión Llaryora.
“Yo quiero ser intendente de Córdoba y trabajo para serlo”, dijo Siciliano.
Para él, la lanzamiento provincial de De Loredo corresponde a una estrategia para “marear” a los cordobeses: ”Ellos tiene tensión electoral, en Hacemos por Córdoba tenemos equipo”, dijo Siciliano.
El último funcionario municipal pre inscripto para disputar la candidatura a intendente con el sello de Hacemos por Córdoba es Marcelo Rodio, el secretario de Transporte Municipal.
De los tres, es el único “llaryorista histórico”, ya que integró el “peronismo que viene” desde su fundación en la ciudad de Córdoba.
Sin salirse del libreto respecto del andarivel libre que deja De Loredo –”no modifica mi estrategia”, dijo–, Rodio está tan enfocado como sus competidores internos en quedarse con el sello de la continuidad de la gestión.
“Como parte del equipo de Martín, me siento capacitado y con la experiencia y gestión probada para ser intendente”, dice el precandidato.
En el esquema de los llaryoristas “puros” aparece como precandidato Juan Manuel Cid, actual legislador e integrante de la mesa chica del intendente, a quien conoce desde principio de siglo. A diferencia de los tres anteriores, Cid no ocupa un cargo formal en la gestión, aunque tiene terminales en decenas de despachos.
Aunque no se priva de meter leña al fuego vecino (”Juez parecía el candidato natural a la Gobernación y aparecieron los halcones para apoyar a De Loredo”), Cid cree que más importante que la salida del referente de Evolución de la disputa capitalina es la fecha de elección, una decisión de Llaryora.
Respecto de su estrategia de campaña, Cid apunta que es “100 por ciento digital” y enfocada en “los proyectos de ley que le importan a la gente, como el de regular las protestas sociales”.
“No hay un heredero de Llaryora en la ciudad. El candidato será quien represente a la gestión, ya sea de la ala de funcionarios o de la política”, dice Cid, quien sostiene que él y Passerini son “expresiones genuinas” de cada una de esas alas.
Desde hace un mes, el exvicegobernador y actual presidente de la Agencia Córdoba Deportes, Héctor “Pichi” Campana, tiene puesto el traje de precandidato a intendente, con un claro punto a favor: su alto nivel de conocimiento. “Me siento capacitado y con experiencia”, dijo Campana.
Aunque Alejandra Vigo no descartó disputar la intendencia, lo cierto que no se mueve como candidata para la ciudad, aunque ella es la conductora del peronismo capitalino.
