Un mazazo. El radicalismo está en la peor de las contradicciones: la segunda vuelta entre Javier Milei y Sergio Massa: el primero, el representante de la oposición, un maltratador serial de la Unión Cívica Radical y de su prócer más reciente, Raúl Alfonsín; y el peronista, un subproducto del kirchnerismo que llegó a esta instancia por el motor de Axel Kicillof.
El primero, claro ganador en Córdoba al quedarse con los votos que otrora fueron de Juntos por el Cambio; el peronista, una barrera a la expansión de Martín Llaryora.
En ese escenario, los dirigentes de la Unión Cívica Radical cordobesa exploran cómo frenar a Milei, a quien consideran “un límite”, sin apoyar a Massa, que sería una traición a la identidad albirroja.
Una primera definición la da Marcos Ferrer, el intendente de Río Tercero y una de las espadas de Evolución, la facción radical que lideran Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau.
“No me gusta lo que pasó, pero no podemos salir al ataque del electorado: los votos son de la gente y nosotros, los dirigentes, no tuvimos una identidad clara y quedamos envueltos en una nebulosa”, abre el paraguas Ferrer.
Luego, se mete en el debate que sacude al partido radical: “Lo que hagamos los dirigentes tendrá un corte casi individual, porque es difícil que podamos incidir en nuestro electorado. Argentina necesita un cambio profundo, pero tampoco creo que tengamos que saltar al vacío y caer en la trampa del populismo de derecha”, dice Ferrer, dejando la posibilidad del voto en blanco como expresión política.
Para Luis Picat, quien lideró la boleta de Diputados y se sentará en el Congreso en diciembre, “los cordobeses le dijeron ‘no’ a Massa”. Picat abrió una puerta de negociación a Milei: “Desde Córdoba, debemos saber leer ese mensaje, aunque a Milei le falta mucho para acercarse a nuestra propuestas”.
Para Picat, “viene un camino de muchos acuerdos, donde Juntos por el Cambio decidirá si acompaña o no; o si impone cuáles son los programas de gobernabilidad”. “El rol de Juntos por el Cambio es ser árbitro del balotaje, por lo que va a ser preponderante su continuidad como alianza y su decisión respecto a los acuerdo que logre con uno u otro partido”, dijo Picat, permeable a negociar con La Libertad Avanza.
La diputada nacional Soledad Carrizo reconoce que la posición del radicalismo “es muy difícil”. “Los votos no son de los dirigentes, son de la gente; como ocurrió en cada una de las elecciones”. “Los dos llaman a un caos: uno, para seguir como estamos; el otro, para saltar al precipicio. Ninguna de las dos opciones me contiene: el peronismo llevó al país a esta situación y Milei no ofrece sustentabilidad”, agregó Carrizo, quien entiende que será difícil que el radicalismo tenga una opinión orgánica respecto de qué hacer en el balotaje.
Javier Fabre, concejal electo de la ciudad de Córdoba, el canal de expresión es el voto en blanco o nulo. “No propicio el voto en blanco, sólo digo lo que voy a hacer: esta es la quinta elección y en la única que fui a votar convencido fue en la municipal, a Rodrigo de Loredo. Ahora tendría que ir a votar por le menos malo de nuevo: o un anti radical confeso como Milei o por un chante peronista”, dice Fabre, quien asegura que el 19 de noviembre meterá en el sobre un voto de Arturo Illia.
En este marco, Fabre analiza que la próximo “grieta” ser la “institucional”, debate en el cual el radicalismo “tiene una oportunidad” de articular a la oposición institucional ante el eventual desbande de La Libertad Avanza.
Para Fabre, “no habrá diálogo directo” entre el radicalismo con Sergio Massa o Javier Milei. El radical aprovecha para deslizar que lo ve “mas cerca a Juez en una eventual transversalidad (con Massa o Milei) que al radicalismo”.
El concejal electo de Santa Francisco Marco Puricelli, con ascendencia además en Franja Morada, considera que “viene un tiempo en el cual el radicalismo, a través de su agenda e historia, tiene una enorme responsabilidad”. Puricelli traza una línea, un límite, respecto de Mauricio Macri: “Si hay alguien que traicionó a Patricia Bullrich, que negociaba ministerios con Milei y ponía un jaque un proyecto de país mientras miles de militantes recorríamos las calles con la propuesta de Juntos por el Cambio”.
Para Puricelli, las propuestas de Milei generan una “profunda preocupación” en el radicalismo; mientras que con Massa “no se termina de saber si detrás está el kirchnerismo y si su agenda de gobierno será de una coalición de gobierno o una repartija de cargas”.
Por su parte, el legislador provincial Dante Rossi, del sector alfonsinista, fue uno de los primeros en marcar el límite que representa para el radicalismo Milei. “La UCR debe debatir si hay que votar en blanco o a Massa. Yo no sé qué voy a hacer”, dice Rossi y aclara que el gobierno que integra Massa es el peor desde el retorno de la democracia.
En ese sentido, remarcó: ”La UCR no tiene que aceptar cargos en el gobierno que viene, sino prepararse para ser oposición en Argentina y hacer un esfuerzo para mantener la unidad de la coalición. Lo que está claro nadie en Juntos por el Cambio puede acompañar a Milei, que acusó a Patricia Bullrich de poner bombas en jardines de infantes”.
