Bajo el cuidado título “Cómo tender puentes en la política partidaria, para trabajar por el bien común”, el sábado próximo confluirán en una actividad política el senador Luis Juez, la diputada nacional radical Soledad Carrizo, y Aurelio García Elorrio, exlegislador provincial y líder de Encuentro Vecinal Córdoba.
El titular del Frente Cívico y la diputada cercana a Rodrigo de Loredo animarán como invitados especiales el cierre de la reunión política anual que desde hace cinco años realiza Encuentro Vecinal Córdoba, el partido de tinte conservador y profundamente opositor al peronismo cordobés.
Los organizadores remarcan que se trata “solamente” de la confluencia de dirigentes de distintos espacios con el noble objetivo de propiciar el “diálogo político” en la provincia. Remarcan que allí concluye todo y que no se trata de un primer paso hacia la eventual conformación de un amplio frente opositor para enfrentar al oficialismo del gobernador Martín Llaryora en el lejano 2027. Una vez al tanto de la movida, en Hacemos Unidos por Córdoba seguramente no tendrán esa misma cándida apreciación del evento en ciernes.
Juez aceptó de inmediato la invitación que le cursaron dirigentes jóvenes de Encuentro Vecinal, impulsores de ampliar el debate sobre el futuro de esa estructura política. Hay en el partido quienes creen que llegó el momento de explorar alternativas. El senador sólo pidió que la reunión no se solapara con el horario del partido de fútbol del que participa los sábados con un grupo de amigos.
El año pasado, el día previo al cierre de la lista que encabezó para la gobernación y que terminó derrotada por la que lideró Llaryora, el senador se comunicó telefónicamente con García Elorrio. Contrarreloj, creyó posible sumar a las apuradas a Encuentro Vecinal a Juntos por el Cambio para fortalecerlo. García Elorrio descartó la invitación. Los tres puntos provinciales que obtuvo el exlegislador fueron exactamente los que le faltaron a Juez para igualar a Llaryora y hacer aun más reñidos esos comicios.
Viejos tiempos
Semanas atrás, cuando Marcos Ferrer tomó las riendas del radicalismo provincial, el legislador vecinalista Rodrigo Agrelo –uno de los pilares de Encuentro Vecinal– fue parte de los invitados extrapartidarios que estuvieron en la Casa Radical para la asunción de las nuevas autoridades.
De Loredo y García Elorrio mantienen un vínculo de respeto mutuo. No hablan en la actualidad como lo hacían en el pasado, cuando fueron colegas de bancadas en la Unicameral. Aquellos eran tiempos de denuncias judiciales compartidas. Ambos estamparon sus firmas en presentaciones por presunta corrupción en la concreción de obras ejecutadas por las gestiones de José Manuel de la Sota y de Juan Schiaretti.
Algunas de esas denuncias también estuvieron motorizadas por dos férreos opositores de aquellos años, que hoy están del otro lado del mostrador y ocupan cargos de relevancia en la fase llaryorista del mismo proyecto político que lleva 25 años en el poder: Juan Pablo Quinteros, ministro de Seguridad y otrora socio político de Juez y luego de García Elorrio, y Liliana Montero, a cargo de la cartera de Desarrollo Humano.
Encuentro Vecinal es un partido de los denominados “chicos”, con una estructura provincial modesta, aunque en crecimiento. Su fortaleza es su núcleo duro, que hizo posible la presencia legislativa ininterrumpida durante 14 años. La primera banca la logró en 2011. El espacio tiene sólidos lazos con la Iglesia Católica. Y también tiene terminales con la extendida comunidad evangélica. Su estable caudal de votos en los comicios provinciales lo hace apetecible como socio de cualquier frente. Más aún cuando se constituyen escenarios de paridad. Hasta ahora, participó siempre en soledad.
“Sin quererlo, porque nada tenemos que ver con el peronismo de Córdoba, hemos sido funcionales al oficialismo en los últimos años”, reconocen puertas adentro algunos representantes de ese espacio.
Para 2025, no descarta trabar una alianza con otros partidos. Encuentro Vecinal necesita presentarse y sacar más de 70 mil votos para no perder la personería nacional.
Prueba piloto
El año pasado, el partido dio la sorpresa electoral en ciudad de La Calera, un bastión peronista del departamento Colón. Fernando Rambaldi se convirtió en intendente en alianza con la UCR y el PRO.
Juez, si bien no formó parte oficial del acuerdo final, fue clave para bajar de la puja a sus dirigentes locales. Rambaldi se sirvió del enfrentamiento de los primos Rodrigo y Facundo Rufeil, que dividieron al peronismo y se quedaron sin nada.
Asoma en ese exitoso ensayo aliancista el germen del debate del que ahora serán parte Juez y la radical Carrizo. Y del que, sin dudas, tomará nota, de manera preventiva, el oficialismo provincial.
