No se pelearon, pero nunca llegaron a ser amigos. Una relación política distante, atravesada por la desconfianza mutua. Juan Schiaretti y Sergio Massa compartieron unos meses el espacio del Peronismo Federal, una sociedad electoral fugaz que duró sólo el verano de 2019.
El distanciamiento se mantiene entre el ministro de Economía y el gobernador cordobés, aunque ambos miran con expectativa una misma porción del electorado para construir poder.
Hay otro anhelo personal que los vincula y probablemente los enfrente: ambos aspiran a competir por la sucesión del presidente Alberto Fernández.
Hablando de cuestiones comunes, hay otro aspecto que los emparenta y preocupa: hoy las encuestas no les sonríen y deberán trabajar mucho y suceder muchas cosas para competir con chances en el escenario nacional.
Ninguno de los dos quiere hablar de una eventual candidatura pese a que están trabajando como aspirantes presidenciales.
Plazo y planes
Massa es el ministro con más poder en el Gobierno nacional. Se puso un plazo para comenzar a construir su candidatura presidencial, sin referirse a su máxima ambición.
Cuando asumió el cargo le dijo a su equipo que debía abocarse de lleno a la gestión económica para llegar a abril o mayo de este año, cuando comenzarán a definirse las candidaturas, con una economía estabilizada y una inflación de alrededor del 3 por ciento mensual.
La meta parece difícil de alcanzar. El jueves próximo se conocerá el índice de precios al consumidor de diciembre, que los pronósticos privados estiman que estará entre el 4,7 y el 5 por ciento.
El mes anterior, noviembre, se ubicó en el 4,9 por ciento. Para consolidar una baja el índice de diciembre, debería estar por debajo del de ese mes. Los massistas aguardan que el Indec les brinde buenas noticias. Habrá que esperar.
Massa no quiere que le pregunten por las elecciones presidenciales. No le hace falta hablar del tema. Su gestión al frente del Palacio de Hacienda lo puede catapultar a ser el candidato oficialista.
La otra cara de la moneda es que si no logra domar el potro de la inflación, su ambición de ser presidente, que alimenta desde los 18 años cuando comenzó a militar en política, seguirá siendo un sueño incumplido.
El ministro de Economía tiene un plan del cual depende su futuro político. Estuvo este viernes en Villa María haciendo anuncios para el sector lechero.
Un día antes de venir a Córdoba, confirmó que el cordobés Ángel Mario Elettore será el próximo presidente de la Casa de la Moneda, información que La Voz adelantó de manera exclusiva.
Desde el entorno de Massa argumentan que la designación del economista delasotista, más todas las medidas que viene anunciando el ministro, apuntan al sector productivo.
Massa está convencido de que debe conquistar ese sector, que es muy refractario al kirchnerismo. El fundador del Frente Renovador cree que si tiene éxito con su plan económico, Cristina Kirchner lo respaldará como candidato oficialista, aportándole la porción del electorado del kirchnerismo duro.
Por eso, en los próximos meses, a Massa se lo verá mucho en el interior de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza, distritos donde la alianza opositora Juntos por el Cambio es potente.
Porción del electorado
Allí se volverán a cruzar los caminos de Massa y Schiaretti. Al mandatario cordobés nunca le gustó demasiado el término, pero, para simplificar, se trata de la “ancha avenida del medio” que ambos intentaron transitar a fines de 2018 y a principios de 2019, con el Peronismo Federal.
Un proyecto político que terminó de desintegrarse cuando el 12 de mayo de 2019 Cristina Kirchner anunció que Alberto Fernández sería el candidato presidencial y que ella se corría al segundo lugar de la fórmula.
De un solo golpe, la entonces expresidenta logró unificar a casi todo el PJ, incluyéndolo unos días después al propio Massa y a su Frente Renovador.
Esa es una historia reciente. Ahora hay otra que se debe escribir de cara a las elecciones nacionales de este año.
Massa aceptó conducir el Palacio de Hacienda, que en los últimos años se parece mucho a una silla eléctrica, convencido de que era el camino más corto que lo podía acercar a una candidatura presidencial. Lo intentará desde ese complicado escenario.
Por su parte, dicen sus colaboradores más cercanos que Schiaretti priorizará durante este enero respaldar a Martín Llaryora, su candidato en Córdoba, y en febrero hará el último intento por pisar el por ahora inaccesible escenario nacional.
El mandatario cordobés cree ver una oportunidad en las diferencias que surgieron en el PJ nacional por la embestida del presidente Alberto Fernández en contra la Corte Suprema. Se verá.
Lo concreto es que por ahora, sin diálogo entre ellos, Massa y Schiaretti les hablarán a los sectores medios de los distritos más grandes, distantes de la grieta entre el kirchnerismo y el macrismo.
Aspiran a convencer a una misma porción del electorado, con un objetivo común, aunque distanciados en lo personal.
