En su primer cuestionamiento más áspero en contra de la gestión libertaria, Juan Schiaretti le apuntó donde más le duele al presidente Javier Milei: aseguró que el precio del dólar “está retrasado artificialmente”.
La definición del exgobernador fue el martes último, durante una disertación en la Universidad Nacional de Morón.
Un par de horas antes, Schiaretti había dado otro paso para marcar más diferencias con los libertarios: se reunió con el diputado nacional radical Facundo Manes, uno de los dirigentes más críticos de la administración del presidente Milei.
El peronista Schiaretti y el radical Manes tienen muchas coincidencias políticas desde hace mucho tiempo.
Cada uno por su lado, en los últimos tiempos dieron pasos concordantes: el año pasado, el cordobés lanzó el partido Hacemos a nivel nacional.
Mientras que, dos semanas atrás, el bonaerense se alejó del radicalismo bonaerense y creó también su propio espacio político: Para Adelante.
En el año 2021, Schiaretti y Manes comenzaron a tener diálogo. En aquel momento, cuando Milei era más un polémico panelista televisivo que un político reconocido, coincidían en que al país le hacía falta un espacio “moderado de centro”, “republicano”, “productivista” y “federal”.
Entonces, ambos hablaban de diferenciarse de los dos extremos: el kirchnerismo y el macrismo. Ahora, cambió uno de los extremos, con el meteórico y sorpresivo crecimiento de La Libertad Avanza que lideran los hermanos Milei, que los depositó en la Casa Rosada.

Desde el inicio de la gestión libertaria, Manes plantó bandera en el Congreso y se mostró muy crítico del Gobierno nacional.
Tanto que, el año pasado, Manes armó su propio bloque en la Cámara de Diputados. De este modo se diferenció de la postura dialoguista con la Casa Rosada que exhibe el presidente de la bancada radical, el cordobés Rodrigo de Loredo.
Antes de anunciar su alejamiento del radicalismo bonaerense, el 20 de mayo pasado, Manes había tomado protagonismo por su pelea pública con el influyente asesor presidencial, Santiago Caputo.
El enfrentamiento (casi a las trompadas) ocurrió en los pasillos del Congreso, el 1º de marzo pasado, luego del discurso del presidente Javier Milei en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional.
Manes había cuestionado desde su banca algunas definiciones del jefe del Estado. Esto alteró al asesor, que, luego de la sesión, fue a buscar al diputado radical.
Embestida
Como está dicho, las coincidencias entre el exmandatario cordobés y el dirigente radical no son nuevas.
Tres años atrás, durante una visita a Córdoba, Manes sorprendió con una visita al entonces gobernador, Schiaretti, en el Centro Cívico. Aquel encuentro generó un revuelo en el radicalismo cordobés.
En el año 2023, Schiaretti negoció una alianza opositora con dirigentes radicales y del PRO que integraban Juntos por el Cambio. Manes fue uno de los fogoneros desde la UCR. Aquel acuerdo fue tumbado por Mauricio Macri y por Patricia Bullrich, con el argumento que JPC le disputaba al PJ el poder en Córdoba con la candidatura a gobernador del opositor Luis Juez.
En su disertación en la Universidad de Morón, Schiaretti no ahorró cuestionamientos sobre el plan económico de Milei, implementado por el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
Fue la primera vez que el exgobernador se mostró tan crítico con la gestión libertaria. Hizo una fuerte advertencia: “La mayoría de los argentinos está haciendo un esfuerzo enorme con la esperanza de que esto mejore. Pero, si no hay resultados, esa esperanza se convierte en frustración. Y eso puede hacernos retroceder como sociedad”, dijo el exgobernador.
En territorio bonaerense, Schiaretti siguió embistiendo contra la postura antiestatal que pregona el presidente Milei.
“No es sostenible un modelo que reduce las jubilaciones, que desfinancia las universidades, que se desentiende de la salud, de las personas con discapacidad, de la ciencia y la tecnología. El Estado no puede abandonar esas responsabilidades”, dijo el exgobernador.
Espacios propios
En este contexto, y distanciados de sus partidos originales, Schiaretti y Manes hablaron el martes de una posible alianza bonaerense, que se diferencie de La Libertad Avanza y del kirchnerismo que conduce Cristina Fernández.
Fue el primer encuentro, de varios que vendrán en los próximos meses. Schiaretti y Manes trabajarán para conformar lo que el cordobés denominó, en el año 2023, un “frente de frentes”.
Es decir, un espacio que aglutine a todos los críticos de los libertarios y del kirchnerismo.
En la provincia de Buenos Aires habrá dos elecciones: el 7 de septiembre se elegirán legisladores provinciales, y la mitad de los concejos deliberantes de más de 130 ciudades y localidades. Y luego, el 26 de octubre, se elegirán 35 diputados nacionales.
Schiaretti y Manes piensan más en las elecciones de octubre que en las de septiembre, en las cuales Cristina Fernández ya anunció que será candidata a diputada provincial por la Tercera Sección rlectoral, que incluye a la populosa La Matanza.
Sin embargo, ambos dirigentes tienen diálogo con intendentes radicales y con peronistas no kirchneristas que se juegan mucho en las elecciones locales de septiembre.
Schiaretti tiene un acuerdo político cerrado con el intendente de Tigre, Julio Zamora, quien es su principal armador en los municipios bonaerenses.
Mientras que los diputados nacionales Florencio Randazzo y Margarita Stolbizer trabajan más pensando en las elecciones legislativas de octubre.
En ese contexto, Schiaretti y Manes buscarán llevar sus coincidencias políticas al terreno electoral.
“La prioridad de Hacemos son las elecciones legislativas de octubre, pero, en Buenos Aires, a los intendentes les preocupan más los comicios de septiembre. Hay que trabajar en ambos frentes, tratando de consolidar una gran alianza opositora, que se diferencie de los libertarios, pero también de los K”, sintetizó uno de los dirigentes más cercanos al exgobernador de Córdoba.
Schiaretti levantó su perfil opositor contra el Gobierno nacional, mientras que Manes se plantó desde el inicio en la vereda de enfrente de los libertarios.
Esto los llevó a iniciar una negociación electoral, en el principal distrito electoral del país, donde el kirchnerismo y los libertarios se presentan casi como opciones hegemónicas, pensando en los comicios de septiembre y de octubre.