Faltan cuatro días para la oficialización de candidaturas, y si algo abunda en la política cordobesa es la incertidumbre, salpicada con hermetismo. La única certeza –por ahora– es que los dos principales espacios no muestran sus cartas. Mientras tanto, las definiciones se tejen en reserva, con negociaciones cruzadas, nombres en danza y alguna que otra jugada sorpresiva en el horizonte.
En el cordobesismo, sin embargo, hay algo que dan por hecho: Juan Schiaretti encabezará la Provincias Unidas. Enfrente, entre los libertarios se mantiene la chance que el diputado Gabriel Bornoroni sea quien lidere la boleta. Aunque en ese espacio, nada está escrito y no se descarta un golpe de efecto de último minuto. Algo tan propio del estilo Milei.
En la vereda del oficialismo, el gobernador Martín Llaryora respira tranquilo. Confía en que su antecesor será la cara visible del nuevo frente electoral. Pero aún queda mucho por definir, y la danza de nombres está lejos de haber terminado.

Llaryora tiene la tarea de completar la lista, en contacto permanente con Schiaretti. En los últimos días, la vicegobernadora Myrian Prunotto perdió algo de terreno para el segundo lugar. Aunque no está descartada, en el Centro Cívico evalúa otras alternativas. No está claro si es para esconder o para buscar variantes.
Los llaryoristas, con cautela, evitan dar nombres propios, pero deslizan un perfil que empieza a tomar forma: “Una peronista y sub 40”, repiten como mantra en los pasillos del poder, apuntando a una figura joven y con proyección.
Este posible cambio estrategia en el oficialismo tiene nombre propio: Natalia de la Sota. Según las encuestas que manejan en el Gobierno, la diputada nacional mide bien y exigiría una competencia peronista en el segundo escalón del oficialismo.
En esa sintonía, suenan nombres como el de la ministra de Ambiente, Victoria Flores; la intendenta de Despeñaderos, Carolina Basualdo; y la legisladora María Victoria Busso, hija del ministro Sergio Busso. Si alguna no entra como segunda, igual podrían ocupar lugares expectables.
Para el tercer casillero, Miguel Siciliano sigue firme, pero su candidatura depende de otro factor: su aspiración se caería si su esposa, Victoria Flores (hija de Olga Riutort, y parte de la familia De la Sota durante dos décadas), resulta finalmente elegida para el segundo lugar. El llaryorista Ignacio García Aresca es otro firme candidato a ocupar ese tercer lugar.
Otros dirigentes con chances de entrar en la lista son el riocuartense Juan Manuel Llamosas y el ministro de Cooperativas, el llaryorista Gustavo Brandán.
El cordobesismo va a ceder algunos espacios a dirigentes no peronistas, aunque fuera de los primeros cuatro lugares, salvo si Prunotto finalmente va segunda.
Libertarios: ¿posible sorpresa?
Del otro lado del escenario, el hermetismo libertario es casi absoluto. Karina Milei tuvo ayer una jornada de intensa rosca política: se reunió con Bornoroni y también mantuvo contactos con Luis Juez. Aunque dicen que el senador no sería candidato.
El nombre de Bornoroni se repite. Sigue siendo el favorito. Sin embargo, un obstáculo complica su encumbramiento: si renuncia a su banca, asumirá Marcelo Angeli, que pasó por el juecismo, se fue al PJ, se sumó en 2023 a los libertarios, pero que ahora regresó al cordobesismo. Su partido, Celeste y Blanco, es parte de la alianza Provincias Unidas.
Y cuando parecía que el radical Rodrigo de Loredo quedaba fuera de escena, entre los libertarios dejaron trascender que su nombre sigue sobre la mesa. Podría ir tercero en la lista, si acepta el lugar.
Incluso, hay quienes barajan una jugada más audaz: que Karina Milei decida no impulsar a Bornoroni y en cambio apueste por una mujer al frente de la lista -se menciona a la riocuartense Laura Soldano- y que De Loredo suba al segundo lugar, con el respaldo de un sector de la UCR.
Un sector de radicalismo se reunirá con De Loredo para pedirle que acepte ir en la lista libertaria y compita en octubre. Este grupo de radicales deloredista es muy opositor a la gestión del gobernador Llaryora.
La versión comenzó a rodar en las últimas horas. Nadie la confirmó, pero tampoco fue desmentida. Aunque, según distintas fuente, a la hermana del Presidente le costaría dejar de lado a Bornoroni, el dirigente de su mayor confianza en Córdoba.
Todos hacen su juego
En el resto del tablero, las fichas también se acomodan. Natalia de la Sota busca aliados en el PJ y en los sectores más golpeados por el ajuste de Milei: universitarios y salud. La dirigente peronista dice que hará una campaña “bien peronista”, y opositora a la gestión libertaria de Milei.
El radical Ramón Mestre camina más relajado: ya presentó su lista ante la justicia electoral federal. No obstante, observa en silencio los movimientos del enigmático De Loredo. “Es un especialista en sorprender. No lo veo afuera de todo”, se animó a pronosticar un mestrista de la vieja guardia.
Por su parte, en el kirchnerismo dan por cerrada su fórmula: el diputado Pablo Carro encabezando el espacio Fuerza Patria, acompañado por Constanza San Pedro, del sector de Juan Grabois.
La negociación se habría sellado en Capital Federal con la intervención directa de Cristina Fernández de Kirchner, que desde su prisión domiciliaria influye en las candidaturas.
Libertarios “blue”
Pero la interna libertaria no termina ahí. Además de la estructura oficial de La Libertad Avanza, otros sectores libertarios-liberales también presentarán candidaturas. El legislador provincial Agustín Spaccesi, uno de los primeros en respaldar a Milei, anunció que competirá por una banca como diputado nacional, pero por fuera del espacio presidencial. Su candidatura es mirada con satisfacción desde el Centro Cívico.
Por último, el Partido Demócrata de Córdoba, que fue aliado de Milei en 2023, atraviesa una crisis institucional: la conducción nacional decidió intervenir la dirigencia encabezada por Roberto Eiben, actual representante en el Parlasur. Eiben respondió con una denuncia judicial para frenar la intervención.