La apuesta de Juan Schiaretti para intentar incidir en el plano nacional el año que viene asoma compleja. Requiere, sí o sí, que las coaliciones políticas actuales implosionen definitivamente. Y luego, que las partes rescatables de ese cisma se combinen con otras que no estén contaminadas de kirchnerismo explícito ni de macrismo halconizado.
A eso se reduce hoy la jugada para 2023 que tiene en mente el gobernador cordobés. La mentada avenida del medio se quedó sin tránsito suficiente y fracasó. La palabra mágica ahora es “transversalidad”.
En el medio, un factor aún indescifrable amenaza con trastocar lo instituido y complejiza cualquier estrategia a futuro. Lo conocen todos: se llama Javier Milei.
Todo sobre las elecciones 2023
Esta semana, el proyecto en fase inicial que pretende Schiaretti tuvo una primera presentación oficial fronteras afuera de la provincia.
Qué dijo Schiaretti en Capital Federal
El martes, en Capital Federal, el cordobés esbozó los trazos gruesos de su esquema anti grieta, ante parte de los principales actores de poder del país.
Regó ese borrador con alusiones que apelan a recrear normalidad: respeto de las reglas de juego, previsibilidad y orden fiscal. Lo hizo en franca contraposición con los rasgos que caracterizan la fragmentada gestión de Alberto Fernández.
Con el ‘círculo rojo’ no alcanza; pero sin el ‘círculo rojo’ no se puede empezar. Esa máxima, reversionada del hit original “con Cristina no alcanza, pero sin ella no se puede”, resume la decisión de comenzar a asomar la cabeza en el plano nacional. “El establishment ya lo incorporó al ‘Gringo’”, resaltan cerca del mandatario.
Esa confianza del schiarettismo convive con otras realidades propias de la política y de la maquinaria electoral, menos benévolas. Schiaretti es muy conocido y valorado en los círculos de decisión, pero carece de conocimiento masivo cuando sale de Córdoba.
Nadie hizo más que Schiaretti por identificarse con el interior profundo. Ese activo provincial, ahora que el objetivo es otro, requiere de una reversión rápida.
El balance de la acción nacional debe contemplar cuidar, además, el pago chico, objetivo central del PJ en 2023.
“Los domingos de las elecciones, el círculo rojo toma café en Starbucks; no lleva a nadie a votar”, describe, quirúrgico, un hombre fuerte del peronismo provincial.
En su entorno, reconocen el déficit de popularidad, pero descomprimen con una referencia que exhibe el nivel de exploración que tienen estos primeros movimientos del mandatario: “No necesariamente tiene que ser ‘el Gringo’ quien encabece esta alternativa”.
Si tiene ese déficit, es por decisión propia. Y vale la reiteración: nadie hizo más que Schiaretti por identificarse con el interior profundo en nombre del federalismo.
Para el schiarettismo, el balance de la primera incursión tranqueras afuera es “positivo”.
“Dios atiende en Buenos Aires. Si nos queremos mostrar y tener visibilidad, tenemos que ir allá”, admitió otro alfil del gobernador. Los viajes del mandatario a Capital Federal serán más frecuentes a partir de ahora.
En el Panal, hacen una aclaración que no está de más: la exposición del gobernador en la Fundación Mediterránea, un día antes de la participación en el panel del Malba porteño, no cuenta a la hora de valorar el impacto entre quienes menos lo conocen.
“En la Fundación, Juan juega de local. El primer paso lo dimos en Buenos Aires”, resumen en el oficialismo.
Schiaretti: “pruebas de amor” con boleta única y boleto federal
La falta de masa crítica de esa salida de la grieta “por arriba”, que Schiaretti cree es parte del secreto para que el país corte con la inercia decadente, empieza sin embargo a brindar algunas señales.
En el Panal hablan de “pruebas de amor” y de “proceso”. Destacan, en esa línea, el avance que representa que en Diputados el proyecto de boleta única nacional sume metros semana a semana.
No obstante, son conscientes de las serias dificultades que tendrá la iniciativa una vez que desembarque en el Senado, territorio de Cristina Kirchner, opositora furibunda de lo que sería un claro avance institucional.
Cerca del gobernador también resaltan los primeros pasos y la adhesión multipartidaria que comienza a cosechar en la Cámara Alta el “boleto federal”, iniciativa que busca terminar con años de reparto discrecional e inequitativo de los subsidios para el transporte urbano.
Schiaretti comenzó a mostrar en Buenos Aires los trazos gruesos de un proyecto alternativo que busca carretear. Habló del “que” y también del “para qué”.
Nada dijo, por ahora, acerca de con quiénes ni cómo podría transformarlo en una oferta concreta que pueda tener lugar en el cuarto oscuro de 2023. Son dudas lógicas de una aventura compleja y por demás incierta.
