“Nos peleamos con el Gobierno nacional hasta por Putin”, aseguró un schiarettista puro con tono de humor, pero resaltando un dato de la realidad.
En medio de la conmoción mundial por la guerra desatada en el este de Europa, el presidente Alberto Fernández hizo una declaración light sobre la invasión de Rusia a Ucrania, impulsada por el polémico líder Vladimir Putin.
Luego de 24 horas de silencio, el gobernador Juan Schiaretti se pronunció de manera contundente.
“Condenamos la invasión de Rusia a Ucrania que vulnera los derechos, la autonomía y la integridad territorial de esa Nación”, señaló el mandatario provincial a través de las redes sociales.
La definición de Schiaretti pareció drástica, en comparación con la lavada opinión del presidente de la Nación, que hace 20 días visitó a Putin en el Kremlin.
“Lamento profundamente la escalada bélica que conocemos a partir de la situación generada en Ucrania”, manifestó Alberto Fernández, sin marcar la diferencia entre invasor e invadido.
“Estos muchachos (por el Gobierno nacional) siguen pensando más en su interna que en el país. El Presidente no les habló a los argentinos ni al mundo, le habló a Cristina”, graficó otro schiarettista que conoce de cerca el pensamiento del gobernador.
La referencia fue a la indudable influencia de la vicepresidenta de la Nación, siempre más cerca de Rusia y de China que de los Estados Unidos.
Minutos después de la declaración de Schiaretti, también opinaron los cuatro legisladores nacionales que integran los bloques Córdoba Federal.
La senadora Alejandra Vigo y los diputados Carlos Gutiérrez, Natalia de la Sota e Ignacio García Aresca condenaron la “invasión rusa” a Ucrania.
Ya fue dicho en esta columna. Schiaretti no sacará el pie del acelerador en su embestida con críticas hacia el Gobierno nacional.
Cualquier decisión de la Casa Rosada, hasta un pronunciamiento sobre un conflicto lejano, aunque muy preocupante para todo el mundo, será motivo para que el gobernador exponga sus diferencias con el gobernante Frente de Todos.
Las acciones también son de un duro opositor al poder central. Los legisladores schiarettistas ya adelantaron que se abstendrán cuando el demorado acuerdo con el FMI llegue al Congreso.
Hubo gestiones del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y del nuevo titular del bloque oficialista en Diputados, Germán Martínez, para ver si los peronistas cordobeses cambiaban de opinión. La respuesta no dejó espacios para nuevos intentos de convencimiento: “No nos moveremos de la postura que anunciamos”.
Los schiarettistas aclaran que, si bien no votarán a favor de un eventual acuerdo con el Fondo, cumplirán la promesa de defender “la gobernabilidad” dando cuórum, para que el proyecto se trate en el Congreso.
Sobre esta cuestión, el gobernador reiteró su posicionamiento crítico contra el Gobierno, pero también con Juntos por el Cambio. “Que se hagan cargo los que generaron este problema”, dijo el gobernador de manera pública.
Opositor “acérrimo”
También se ha dicho que, para el Gobierno nacional, el gobernador de Córdoba es el opositor “más acérrimo”. Hasta por encima del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Aunque hasta ahora los misiles desde la Rosada apuntaron a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), con otro manotazo a su caja: el año pasado fue a la coparticipación, ahora intentan recortar los subsidios al transporte público.
El áspero trato al jefe de Gobierno porteño tiene una motivación político-electoral: es el aspirante presidencial mejor posicionado en las encuestas.
Los albertistas y los cristinistas no perciben a Schiaretti como un potencial rival. De allí que, por ahora, los dardos nacionales contra el gobernador no pasaron de cuestionamientos de funcionarios de segunda línea: el secretario de Energía, Darío Martínez; el secretario de Comercio, Roberto Feletti, y el cordobés y delasotista Marcos Farina, secretario de Transporte.
Ni el presidente de la Nación ni ninguno de sus ministros se quejaron de los cuestionamientos de Schiaretti. Aunque Alberto Fernández envió un mensaje al peronismo, que pareció dirigido al mandatario cordobés: “Un peronismo dividido es más débil”.
Esa es la cuestión que más molesta a los funcionarios nacionales y, sobre todo, en el Senado, conducido por Cristina Fernández con mano de acero: que Schiaretti saque los pies del plato del PJ.
El gobernador no ha dado señales en ese sentido. Aunque falta mucho para las definiciones electorales, mirando a 2023.
Una cosa es segura. Schiaretti nunca estará cerca de Alberto ni de Cristina. Lo demás, todo está por verse.
