“Del tema habla Carlos”, es la frase que se reiteró durante toda la jornada de este viernes desde el Centro Cívico. El tema es la convulsión política que generó la decisión del presidente Alberto Fernández de desobedecer un fallo de la Corte Suprema de Justicia. “Carlos” es el diputado nacional Carlos Gutiérrez, titular del bloque Córdoba Federal, quien brindó la postura del Gobierno provincial sobre este conflicto institucional.
El gobernador Juan Schiaretti, quien aspira a ser precandidato presidencial, se corrió de la discusión pública.
El argumento de los schiarettistas es que este conflicto institucional es el producto “genuino” de la grieta política nacional.
“Si ‘el Gringo’ opinaba, iba a ser una voz más en una de las orillas de la grieta. Si su postura es no alimentar la grieta, se tenía que correr”, argumentó uno de los funcionarios que más conocen el pensamiento político del mandatario provincial.
La explicación es atendible. Además, es coherente con la estrategia de Schiaretti de pronunciarse siempre en contra de la grieta entre el kirchnerismo y el macrismo.
Pero esta postura les parece “tibia” a algunos dirigentes nacionales que vienen hablando con Schiaretti con la intención de crear un espacio distinto al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio.
Máxime cuando al gobernador de Córdoba no le sobra tiempo para intentar hacer pie en el escenario nacional.
No obstante, Gutiérrez, habitual vocero político del gobernador, no dejó dudas sobre esta pulseada. “Los fallos judiciales están para ser cumplidos. De lo contrario, se derrumba el sistema institucional”.
En los últimos días, en medios nacionales aparecieron spots publicitarios que hablan de las “bondades” de la gestión provincial schiarettista.
“Podemos vivir distinto” y “Entre todos hacemos”, son las dos definiciones más fuertes de las publicidades con las cuales el gobernador intenta “exportar” el modelo de gestión provincial a la Nación.
Los spots forman parte del plan de Schiaretti para buscar la pregonada proyección nacional, que aún sigue en pañales.
En política, los objetivos políticos van de la mano del armado de una estructura territorial. Es lo que no tiene Schiaretti; en ninguna provincia, salvo en Córdoba.
En el entorno del gobernador, admiten esa debilidad. Hay un plan para superarla, pero hasta ahora no se lo ve en concreto: convencer a gobernadores y a intendentes peronistas de que hay una alternativa por fuera del kirchnerismo duro.
Esa visión parece chocar con la realidad. 18 gobernadores oficialistas y aliados respaldaron la posición del presidente de la Nación de desobedecer un fallo del máximo tribunal de Justicia.
Sólo Schiaretti y su colega y amigo, el santafesino Omar Perotti, evitaron ponerle la firma de respaldo a la desobediencia presidencial, avalada por casi todo el PJ nacional y fogoneada por el cristinismo.
El año pasado, Perotti sorprendió con una cuota de pragmatismo político que no se le conocía: hizo un acuerdo con Cristina Kirchner para las elecciones legislativas. La movida no le salió bien. El gobernador santafesino perdió en su provincia. Por ahora, evitó pronunciarse sobre el conflicto entre la Casa Rosada y la Corte Suprema.
Preocupación local
Como ya se dijo, Schiaretti hoy está más preocupado por el escenario provincial que por el nacional.
El gobernador, que se muestra poco a nivel nacional, le pone el cuerpo a la campaña para respaldar a Martín Llaryora, el candidato a gobernador del oficialismo.
Más allá de la euforia generalizada por el campeonato mundial en fútbol, Schiaretti y Llaryora apretaron el acelerador en la campaña provincial mostrándose juntos en actos de gestión. Esto se incrementará durante enero.
Ambos mandatarios peronistas no tendrán descanso, al menos en las primeras dos semanas de enero. Se mostrarán en los festivales que se realizan en todo el territorio provincial.
Con cortes de cintas y con muchas presencias en el interior, buscarán combatir algunos gestos de rebeldía de intendentes peronistas, molestos porque no saldría la “re-re”.
Para intendentes y legisladores peronistas, no está terminada esta discusión. Albergan alguna esperanza de que en la sesión del próximo miércoles se pueda aprobar la reformar del artículo 7 de la ley 10.406, para permitir que quienes están cumpliendo un segundo mandato consecutivo puedan ir por otro período.
Desde el Centro Cívico mantienen la postura desde hace meses: no habrá modificación de la norma sin el apoyo de al menos una parte de la UCR.
Los legisladores radicales reiteran que ellos no avalarán el cambio y que el PJ debe hacerse cargo de la cuestión.
Así como los schiarettistas dicen que la discusión por la “re-re” es un tema terminado, aseguran que el intento de proyección nacional de Schiaretti se mantiene, pese al pesimismo hasta de algunos aliados nacionales del gobernador.
