“El kirchnerismo y Juntos por el Cambio fracasaron en sus gestiones. Las soluciones para la crisis del país no están en esos dos espacios”, repite Juan Schiaretti en sus discursos públicos y también en privado, cuando se reúne con dirigentes nacionales, encuentros que se incrementaron en los últimos meses.
El mandatario cordobés remata su análisis con una definición fuerte contenido político. “Para resolver los problemas del país hay que saltar la grieta, que ambos espacios se alimentan para mantenerse vivos. La solución es más federalismo y mayor producción”, reafirma.
Este convencimiento lo aleja de Juntos por el Cambio, cuando en el escenario nacional lo ubican más cerca de la oposición que del gobernante Frente de Todos.
Hay algo de cierto en este razonamiento. Schiaretti no quiere saber nada con el Frente de Todos, que, según su visión, sigue siendo hegemonizado por Cristina Kirchner, más allá de los movimientos “independentistas” que el presidente Alberto Fernández viene mostrando en los últimos tiempos.
El gobernador de Córdoba habla en privado con muchos colegas de otras provincias y con dirigentes nacionales. Más de lo que se conoce de manera pública.
Tuvo mucho impacto político cuando trascendió la cena reservada que tres semanas atrás compartió en la casa del salteño Juan Manuel Urtubey, en San Isidro, con dirigentes peronistas “moderados”.
No obstante, lo que más sorpresa generó en aquel asado, regado con buen vino salteño, fueron las presencias del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, además presidente del radicalismo nacional, y del intendente de Rosario, Pablo Javkin, un exradical, hoy referente del Frente Progresista en Santa Fe.
En esa cena, también estuvieron los peronistas moderados, como el anfitrión salteño, Florencio Randazzo, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, Alejandro “Topo” Rodríguez y Graciela Camaño, entre otros.
Uno de los dirigentes que estuvo en ese encuentro fogoneado por Urtubey le bajó los decibeles electorales a aquella larga sobremesa política.
“Los que se sentaron en esa mesa están más preocupados por el hoy, que por el futuro. La conversación no fue pensando en el 2023, si no en impulsar algunas leyes en el Congreso para resolver algunos de los problemas del país, aprovechando la hendija que deja la interna del Frente de Todos”, evaluó el peronista.
¿En qué anda el gobernador Schiaretti?
Más allá de esta reunión y de las fotos que el gobernador se sacó con Morales, con Facundo Manes, y hasta con el cristinista Jorge Capitanich, la pregunta que se hacen muchos en el ámbito político local y nacional, es: ¿en qué anda Schiaretti?
El cordobés tiene intención de buscar una proyección nacional, pero su prioridad es que el PJ retenga el poder en Córdoba, en unos comicios que seguramente serán varios meses antes que las presidenciales.
“Si hay algo que el Gringo (Schiaretti) tiene claro, es que él no tiene futuro a nivel nacional, si no retenemos el poder en Córdoba. Lo demás es pura especulación”, resumió uno de los peronistas cordobeses que más lo conoce al gobernador.
No obstante, Schiaretti está armando estrategia electoral para el escenario nacional. Y su primera decisión fue darle poder en su entorno al consultor y operador político Guillermo Seita, un hombre con aceitados contactos con dirigentes nacionales.
Entre ellos, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; Manes y el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, con los cuales trabaja o en algún momento estuvo cerca.
En su eventual proyección nacional, Schiaretti tiene una cuestión a favor y otra en contra.
Le juega a favor que es muy respetado por sus ideas y por haber sido elegido tres veces gobernador en Córdoba, el segundo distrito electoral del país.
También se le reconoce la alta imagen de su gestión, cuando transita la mitad de su tercer mandato no consecutivo.
Aunque su mayor déficit político es que tiene muy bajo nivel de conocimiento en el escenario nacional, cuando el 2023 electoral ya asoma en el horizonte cercano.
Además, ahora hay otro obstáculo para los moderados: el vehemente liberal Javier Milei ya se posicionó como el principal opositor.
Por el momento, no se conoce ningún vínculo de Schiaretti con Milei. El único nexo sería la posibilidad de que el diputado libertario impulse un candidato a gobernador en Córdoba para debilitar a Juntos por el Cambio.
Luego de más de cinco décadas de militancia peronista, a Schiaretti no lo seduce el discurso antipolítica de Milei.
Espadas políticas de Schiaretti
Además de Seita, Schiaretti tiene al salteño Urtubey, al diputado Alejandro “Topo” Rodríguez; a Randazzo y a Camaño, entre otros, como los dirigentes que se sienten atraídos por sus propuestas.
También mantiene una buena relación con sus pares, como el santafesino Perotti, el entrerriano Gustavo Bordet, y el misionero exradical Carlos Rovira, el verdadero dueño del poder en esa provincia.
