Mientras el peronismo cordobés se hacía el distraído por la incómoda foto entre Martín Llaryora y Javier Milei, su socio Javier Pretto, expresidente del PRO y viceintendente de la ciudad, convocó el domingo a un coqueto locro en el que reunió a 700 referentes barriales y de ONG (y algunos comunicadores) en un salón de fiesta en el norte de la ciudad.
Aunque desde la organización filtraron que estarían presentes el gobernador Llaryora y el intendente Daniel Passerini, la figura principal fue el propio Pretto, quien incluso tocó la batería, uno de sus hobbies. Con distintas excusas, Llaryora y Passerini esquivaron el locro donde Pretto quiso contar porotos.
Pese al despliegue, el viceintendente le quiso bajar la espuma al evento con banda en vivo, y dijo que sólo fue una demostración de “pertenencia de la pata PRO” al proyecto de Hacemos Unidos, el embrión del partido cordobés con el que sueña Llaryora.
Auqnue asistieron el funcionario provincial Gabriel Frizza; el empresario y vicepresidente del PRO, Agustín de la Reta; el exintendente de Salsipuedes Marcelo Bustos, entre otros, quien centralizó el encuentro fue Yanina Vargas, concejala electa (resistida por el PJ que la bloquea) y mano derecha de Pretto en la construcción de la “territorialidad” del viceintendente.
Vargas llegó a Hacemos Unidos en la misma arca que Pretto, y en un inicio de la gestión se dio por sentado que ocuparía su banca, porque se descontaba que la actual concejala Sandra Trigo ocuparía un rol ejecutivo debido a su larga trayectoria en la política y su experiencia en la gestión. Pero eso no pasó. En el PJ capitalino aseguran que Trigo es retenida en el cuerpo deliberante para bloquear el ascenso de Vargas.
Un locro pro
“Javier (Pretto) llegó para humanizar la política. Se necesitan políticos más empáticos y que hablen el mismo idioma de la gente. En este mundillo de la política en donde sobran los aduladores, hay que saber escuchar a quienes discuten y la pelean para llegar a la mejor solución para los vecinos”, dijo Vargas en su discurso para ensalzar al viceintendente.
En redes sociales, escribió: “Nos juntamos con empresarios, dirigentes sociales, fundaciones, ptes de centros vecinales y de jubilados, merenderos y actores de sociedad civil con los que venimos trabajando. Luchamos codo a codo por un futuro mejor”, y agregó el hashtag: #HacemosPro.
La dirigente llegó al PRO de la mano de Laura Sprovieri, esposa del dirigente radical Javier Bee Sellares. Se enfocó en una tarea en la que el grueso del PRO no tenía expertise: el despliegue territorial en los barrios. Se hizo fuerte en esa tarea y comenzó su relación política con Pretto, quien por entonces era el presidente del partido fundado por Mauricio Macri, hasta que fue expulsado tras su sociedad con el peronismo.
Por ahora Vargas sigue afiliada al PRO, pero el tribunal de disciplina partidaria, a instancias de la concejala Soher El Sukaria, analiza su expulsión. Se notará la incomodidad entre las dos dirigentes que militaron en el mismo partido.
“Pretto ya no incide en el PRO, ni siquiera es afiliado. Al igual que (Darío) Capitani, hicieron un negocio con el peronismo. Javier se llevó todo lo que se podía llevar. Sobreactúa su pertenencia a Hacemos Unidos, pero lo cierto es que no puede lograr que (el legislador) Oscar Tamis vote con el peronismo”, dice de Pretto un dirigente del PRO que apuesta a la unidad opositora de los exsocios de Juntos por el Cambio.
El viceintendente buscó pararse en otro escalón: dijo que lidera “un equipo que está decidido a apoyar (a la gestión Llaryora-Passerini) y a hacerlo el futuro”, una forma de avisar que quiere correr la carrera.
