El gobernador Juan Schiaretti no es candidato en estas elecciones legislativas, pero se mueve como tal.
Luis Juez lidera la boleta de candidatos a senadores de Juntos por el Cambio y apunta su cañón discursivo a los K.
El fundador del Frente Cívico habla sobre la gestión schiarettista sólo cuando le hacen una pregunta puntual sobre el tema.
Cada uno tiene sus argumentos, que repasaremos, pero quienes esperaban una reedición (aunque de menor intensidad, porque se trata de una elección legislativa nacional) de la pulseada que Schiaretti y Juez sostuvieron en 2007 por el poder provincial deberán esperar otra oportunidad.
“Yo no debo opinar sobre otros dirigentes políticos en una campaña. Para eso están nuestros candidatos”, respondió, diplomático, el gobernador en la entrevista exclusiva que esta semana brindó a La Voz.
Schiaretti, convertido en el protagonista absoluto de la campaña del oficialismo provincial, eligió al kirchnerismo y al macrismo para lanzar sus críticas de campaña.
Ni una mención a Juez, principal candidato de Juntos por el Cambio, el espacio opositor que amenaza con conseguir un holgado triunfo en las elecciones del 14 de noviembre.
Antes del inicio de esta campaña para las generales legislativas, ya con la fórmula Juez-Rodrigo de Loredo liderando las listas opositoras luego del triunfo en las Paso de la oposición, en el PJ provincial hubo algunos intercambios de opiniones sobre si debían subir al líder del Frente Cívico al ring de la disputa electoral.
Las versiones en el PJ indican que fue el propio Schiaretti quien impuso su criterio. “Es una elección legislativa. La discusión por el poder en Córdoba será dentro de dos años”, habría sido la opinión del gobernador, que casi nadie discute en la mesa chica de las decisiones políticas en el oficialismo provincial.
La razón por la cual el gobernador decidió no polarizar la pelea con quien fue su exarchirrival fue que en esta elección legislativa Juntos por el Cambio arrancó con chances inmejorables para conseguir un amplio triunfo.
“De qué servía subirlo al ‘Petiso’ (por Juez) a la pelea si sabemos de antemano que ganará por mucho”, se preguntó un integrante del comando schiarettista, con muchas campañas en el lomo.
Mirar a 2023, sin que se note
En la otra vereda, Juez se mueve con una mesura que contradice su estilo de hacer política.
Entre sus íntimos, admite que nunca perdió el sueño de gobernar Córdoba. Pero por ahora evita adelantar los tiempos de las candidaturas para 2023, para no generar ruido en sus socios radicales.
En la entrevista con este medio, habló de “ciclo cumplido” del peronismo cordobés, pero no se refirió a sus aspiraciones de cara al futuro.
Uno de sus dirigentes más cercanos argumentó por qué Juez no le apunta al gobernador en la campaña.
“Es una elección legislativa nacional. Schiaretti tiene centralidad en la campaña, pero no es candidato. Además, hay otras dos cuestiones. Subsiste un marcado malhumor de los cordobeses con el kirchnerismo y el gobernador mantiene una buena imagen positiva. ¿Para qué nos vamos a pelear ahora con él?”, razonó alguien que desde hace muchos años acompaña a Juez, en “las buenas y en las malas, que fueron más”, aclaró. Y agregó, con alta dosis de optimismo: “Si le damos una paliza en las urnas, el resultado será lo que al final dejará mal parado a Schiaretti. No hace falta pegarle en la campaña”.
En este razonamiento coincide Rodrigo de Loredo, el inesperado socio político de Juez: no es este el momento de polarizar la discusión política con el schiarettismo.
En la alianza opositora, creen que hay que sacarle el mayor provecho electoral posible al enojo de los cordobeses con los K que marcan todas las encuestas.
El otro dato político incontrastable para evitar polemizar con el gobernador es que este no tiene reelección y su nombre difícilmente figure en alguna boleta del PJ provincial en el lejano 2023.
En este contexto, en el tramo final de la campaña legislativa, Schiaretti y Juez tienen dos coincidencias: evitan confrontar entre ellos y les apuntan a los K.
