Tuvieron coincidencias políticas en el pasado, pero hoy los dividen profundas diferencias. En sus últimas declaraciones públicas, Mauricio Macri no ocultó que Patricia Bullrich es su preferida en la interna de Juntos por el Cambio, pero también que rechaza el “gobierno de unidad nacional” que propone Juan Schiaretti.
El expresidente habló antes de la Paso del próximo domingo. No hizo nombres propios, pero dejó expuestas sus diferencias políticas con el precandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta, con quien, a principios de junio pasado, Schiaretti estuvo negociando armar el “frente de frentes” opositor.
“Horacio (Rodríguez Larreta) cree que necesita una mayoría más amplia, en la que participen otros protagonistas de la dirigencia. Es difícil que aquellos que han sido y siguen siendo responsables de la decadencia argentina estén dispuestos a colaborar con un cambio que implica ceder sus privilegios”, aseguró Macri.
Sin dar nombres, el fundador del PRO se refirió a quienes dialogaron con Larreta para ampliar Juntos por el Cambio, fundamentalmente Schiaretti.
De manera llamativa, el expresidente ubicó al gobernador de Córdoba entre los responsables –según su visión– de la “decadencia argentina”.
Fue sorprendente esta definición, que sin dudas incluye a Schiaretti, cuando, durante muchos años, Macri y el gobernador compartieron visiones de país, y también una porción del electorado cordobés.
Durante el mandato presidencial de Macri (2015-2019), se habló mucho de la “sintonía fina” entre el entonces presidente y el gobernador cordobés, hoy precandidato presidencial por la flamante alianza Hacemos por Nuestro País.
Alianza opositora
El debate por un acuerdo político para conformar una gran alianza opositora nacional se dio en los primeros días de junio pasado, tres semanas antes de las elecciones provinciales en Córdoba, que fueron el 25 de junio.
La negociación de Larreta con Schiaretti, que incluía a radicales, a socialistas y al liberal José Luis Espert, quedó en la nada, precisamente por la resistencia de Macri, de Patricia Bullrich y de Luis Juez, por aquellos días candidato a gobernador de Juntos por el Cambio.
En su aparición pública antes de las decisivas Paso del domingo, Macri no disimuló sus diferencias con Larreta, y de manera indirecta, con Schiaretti.
“Yo creo que somos el cambio o no somos nada. Mi experiencia dice que es difícil que aquellos que son responsables de esta degradación estén dispuestos a colaborar y a ceder sus privilegios”, fundamentó Macri su postura crítica en el programa Desde el llano en TN.
El expresidente no se quedó ahí, y agregó:
“Horacio cree, y lo he discutido con él muchas veces, que hay que consensuar. No creo que consensuar con los que fueron responsables de esto, sea el camino”, concluyó Macri su duro mensaje a Larreta.
Las definiciones políticas del expresidente se pueden hacer extensivas a Schiaretti. El mandatario cordobés no excluye un posible acuerdo político con el jefe de Gobierno porteño, para conformar un “gobierno de unidad nacional”, apuntando a una eventual segunda vuelta electoral. Siempre y cuando Larreta gane este domingo las Paso en Juntos por el Cambio.
Acuerdo y las urnas
Luego del frustrado acuerdo de junio pasado, Larreta y Schiaretti no volvieron a hablar en público del tema, aunque no hay que descartar contactos privados.
La alianza “que no fue” se relanzaría en el caso que el jefe de Gobierno porteño triunfe en las Paso en JPC, apuntando a una casi segura segunda vuelta electoral.
Pero, por ahora, Schiaretti y Larreta competirán en las Paso y también en la primera vuelta del 22 de octubre como precandidatos presidenciales, incluso disputando una porción del voto, sobre todo en Córdoba.
Larreta ha dicho que, si es el principal candidato presidencial opositor, buscará un acuerdo con el 70% del electorado, es decir, excluyendo sólo al kirchnerismo, pero no al resto del PJ, sobre todo, el de Córdoba.
Esta movida no va en línea con la fuerte embestida del gobernador electo Martín Llaryora, que apuntó a Larreta y también a Macri cuando habló de “pituquitos de Recoleta”.
Schiaretti está de acuerdo con el planteo de fondo de su sucesor sobre el centralismo porteño. No lo admitirá en público, pero tragó saliva cuando el discurso de Llaryora fue descarnado en contra de Larreta.
“Los que gobiernan la ciudad más rica y subsidiada del país, que vengan a gobernar al interior”, bramó Llaryora contra el jefe de Gobierno porteño, sin mencionarlo pero dejando claro a quién se refería, en la noche triunfal de la Capital, con un Schiaretti que escuchó a su lado.
Los schiarettistas duros evitan entrar en detalles y reconocen que las ásperas definiciones de Llaryora pusieron al federalismo como tema de debate nacional.
Aclaran que también Cristina Kirchner vive en La Recoleta, pero el futuro gobernador se refirió a quienes “gobiernan” Capital Federal y a quienes les “abrieron las puertas de los medios porteños” a los opositores cordobeses (Juez y Rodrigo de Loredo), es decir, sin dudas, Larreta y Macri.
En este contexto, Schiaretti no resistirá los archivos recientes si en una eventual segunda vuelta se muestra con Larreta, un “pituquito porteño”, según la definición de Llaryora.
El jefe de Gobierno porteño estuvo este martes en Córdoba, con el apoyo de varios gobernadores electos de JPC.
Larreta está preocupado por el escenario en Córdoba, el distrito en el cual Bullrich le sacaría la mayor ventaja de cara a las elecciones del domingo.
Su acercamiento con Schiaretti le hizo pagar un alto costo entre radicales y votantes que se inclinaron por Juez.
Pero, la posible alianza con el gobernador de Córdoba quedó congelada hasta después del resultado de las Paso, e inclusive de la primera vuelta electoral de octubre.
Por ahora, lo único concreto es que Macri decidió jugar a fondo en contra de Larreta, y, por carácter transitivo, de Schiaretti.
