En sus primeros días al frente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la nueva ministra Victoria Tolosa Paz logró una “tregua frágil” con las organizaciones piqueteras de izquierda, que en los últimos meses motorizaron la mayoría de los piquetes en las grandes ciudades del país.
La sucesora del exministro Juan Zabaleta se reunió con los referentes del Bloque de Unidad Piquetera, cuyas organizaciones más importantes son el Polo Obrero y el Movimiento Barrios de Pie, y se comprometió a aumentar los envíos de alimentos para los comedores populares que administran estas agrupaciones.
La otra cuestión que Tolosa Paz parece haber resuelto es un reclamo de estas agrupaciones de izquierda de que los beneficiarios del plan Potenciar Trabajo pudieran cambiar de organizaciones para cumplir la contraprestación que exige este plan social, que tiene 1,2 millones de integrantes en todo el país.
“Esperemos que la ministra pueda cumplir con estas dos cuestiones que veníamos reclamando desde hace varios meses. El martes de la semana próxima, el Ministerio de Desarrollo Social dará un cronograma de entrega de los alimentos para los comedores. Si cumplen, no habrá protestas por unos días”, afirmó Emanuel Berardo, el referente del Polo Obrero en Córdoba.
La llegada de la nueva ministra blanqueó una cuestión que venía dividiendo las aguas entre las organizaciones piqueteras, que en gran medida administran las contraprestaciones de los beneficiarios del plan Potenciar Trabajo.
Hay una pulseada entre las organizaciones piqueteras oficialistas que están cerca del Gobierno nacional (Movimiento Evita, Somos-Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa) y el bloque de Unidad Piquetera, que conforman agrupaciones de izquierda, muy críticas de la Casa Rosada.
Pese a ser una funcionaria muy cercana al presidente Alberto Fernández, la flamante ministra Tolosa Paz habría laudado en favor de las organizaciones de izquierda en detrimento de las más cercanas a la Casa Rosada.
No obstante, habrá que ver si se concreta en los hechos esta promesa de permitir el traspaso de beneficiarios de una organización a otra.
En el plan Potenciar Trabajo, también tienen injerencia los municipios, especialmente en la provincia de Buenos Aires. El cristinismo impulsa que este programa asistencial pase a los gobernadores y a los intendentes, algo que rechazan los piqueteros.
