No hubo la euforia de otras noches triunfales en el comando de campaña del oficialismo provincial, que ayer debutó con el sello Provincias Unidas. Los funcionarios buscaban algún resquicio en los fríos e inapelables números para explicar la amplia derrota en Córdoba. Fue lo que intentaron el gobernador Martín Llaryora y Juan Schiaretti cuando se dirigieron a la militancia, que apenas esperaba cumplir con el trámite de aplaudir a sus líderes y marcharse, masticando desilusión.
Como era previsible, a la hora de los discursos, el gobernador y el flamante diputado nacional electo optaron por reivindicar “el federalismo” que impulsa el nuevo espacio nacional y destacar la cantidad de diputados que integrarán la Cámara Baja. Una bancada que, probablemente, le servirá a Llaryora como herramienta para negociar con el presidente Javier Milei, quien anoche salió notablemente fortalecido.
A diferencia de lo ocurrido en los últimos actos de campaña, esta vez Llaryora habló primero.El gobernador felicitó a la lista libertaria por su contundente triunfo y, acto seguido, reivindicó el rol de Provincias Unidas en el futuro inmediato.

“Tendremos un bloque importante en el Congreso para defender y hacer oír al interior. Se consolidó una nueva tercera fuerza que defenderá el federalismo y la producción”,afirmó Llaryora ante un auditorio que lo escuchaba con respeto, aunque sin entusiasmo.
En su breve intervención, además de agradecer a la militancia —como lo hizo en el último acto de campaña—, el gobernador dedicó un fuerte reconocimiento a Schiaretti:
“Sin ‘el Gringo’, no hubiéramos conseguido una banca más en el Congreso”,dijo, y pidió “un fuerte aplauso” para el exgobernador.
Sumar en el Congreso
Schiaretti tomó la palabra con su habitual campera roja de cábala, que esta vez no tuvo el efecto milagroso de otras contiendas electorales.
En línea con el discurso que mantuvo durante los últimos dos meses, el exgobernador reiteró los proyectos que presentará en la Cámara Baja. Sin embargo, a la luz de los resultados y del amplio respaldo que Milei obtuvo en todo el país, esta vez evitó repetir su reclamo constante de campaña: que el Presidente “cambie el rumbo de la gestión”.
“Felicito a Gonzalo Roca y a su equipo. También al presidente Milei, y esperamos que pueda mejorar las condiciones de la Argentina”,expresó, en un tono que sonó más a reclamo que a elogio hacia el jefe de Estado.
Llaryora y Schiaretti siguieron una línea argumental compartida, cuidadosamente acordada. Antes de salir a hablar, ambos habían pasado más de dos horas reunidos en el Centro Cívico, analizando los resultados de la provincia y del país.
Schiaretti destacó que Provincias Unidas logró tres legisladores en Córdoba, cuando el oficialismo solo ponía en juego dos bancas.
“Hemos sostenido los dos diputados y sumamos uno más. Provincias Unidas tendrá representación desde Córdoba para defender el federalismo en el Congreso. Eso es importante, sobre todo en medio de la atomización política que vive el país”,afirmó el exgobernador, al contabilizar a Carlos Gutiérrez, Alejandra Torres y Juan Brugge, quienes continuarán dos años más en sus cargos.
“Somos la expresión del federalismo y nunca vamos a dejar de velar para que Argentina sea verdaderamente federal”,agregó con énfasis.
Y concluyó su discurso con una arenga que buscó recuperar algo de esperanza:
“Desde Córdoba vamos a impulsar la eliminación de las retenciones; vamos a promover leyes que den a los jóvenes la oportunidad real de trabajar en nuestra provincia, y fomentaremos una ley de promoción del turismo, porque es una economía regional clave y es lo que se viene en el mundo”.
Llaryora y Schiaretti están convencidos de que el Gobierno nacional convocará a Provincias Unidas para dialogar y buscar consensos en torno a leyes sensibles en el Congreso.
Esa es la lectura política de los dirigentes. Pero, entre los militantes, las conclusiones son más terrenales: esperaban festejar y terminaron bebiendo el trago amargo de la derrota.



























