La última Encuesta de expectativas de ejecutivos de Idea, un termómetro para comprender el sentir del sector empresarial, revela un panorama económico matizado. Si bien la actividad económica registró una fuerte recuperación a lo largo de 2024, las proyecciones para el período actual y hasta bien entrado 2025 indican un preocupante “amesetamiento”.
A este escenario se le suma una inquietud persistente en torno a la inflación, donde la expectativa de una baja sostenida y contundente continúa en declive, según los análisis de Invecq en base a datos de Indec. El relevamiento fue efectuado via online entre 257 ejecutivos asociados al Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (Idea).
El estudio expone que la actividad económica, medida a través del Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae) ajustado estacionalmente, se encuentra “amesetada”.
Este término describe una fase de estancamiento o meseta, que se presenta luego del dinamismo observado durante el año 2024. Las proyecciones del promedio trimestral del Emae reflejan esta tendencia, mostrando una detención en la curva de expansión desde principios de 2024 hasta las estimaciones para mayo de 2025.
Este “amesetamiento” sugiere que, si bien se habrían superado los momentos de mayor contracción, la economía lucha por encontrar un sendero de crecimiento robusto y sostenido, estabilizándose en un nivel que no satisface las aspiraciones de una expansión significativa.
Un factor adicional que complejiza este panorama es la disparidad en el ritmo de los distintos sectores económicos. El informe subraya que el desempeño no es uniforme, con mayor resiliencia o recuperación en algunos que otros.
El análisis de actividad por sectores, tomando enero de 2024 como base 100, ilustra claramente estas diferencias. Se observan comportamientos diferenciados en áreas clave como la explotación de minas y canteras, la industria, la actividad inmobiliaria, la construcción, y la intermediación financiera, junto con el Emae general.
En el frente inflacionario, las expectativas de los líderes empresariales revelan una tendencia que merece atención. El informe destaca que “la expectativa de baja de la inflación continúa en descenso”.
Esta declaración no implica necesariamente que se espere un repunte inflacionario, sino que la confianza o el optimismo en una reducción significativa y acelerada de los índices de precios se está erosionando.
Los ejecutivos parecen ser cada vez menos convencidos sobre la velocidad y la magnitud de la desinflación, lo que podría influir en sus decisiones de precios, en las negociaciones salariales y en las proyecciones de costos operativos para sus empresas. Esa percepción genera una cautela que podría ralentizar la normalización de las variables económicas y mantener la incertidumbre en el mercado.
Las proyecciones continúan en un sendero de reducción gradual, estimando un 1,9% en agosto, 1,62% en septiembre, 1,52% en octubre, 1,61% en noviembre y 1,57% en diciembre de 2025, para finalmente alcanzar un 1,41% en febrero de 2026.
Si bien estas cifras representan una disminución notable respecto a los niveles de inflación históricos recientes, el hecho de que la expectativa de baja de la inflación continúe en descenso sugiere que el mercado podría haber anticipado una desinflación aún más agresiva o una menor volatilidad en el camino.
En síntesis, la Encuesta de expectativas de ejecutivos de Idea presenta un panorama de estabilidad, pero sin euforia, en la actividad económica, que se mantiene “amesetada” tras un año 2024 de recuperación.
La heterogeneidad sectorial añade una capa de complejidad a la evaluacion, evidenciando un desarrollo desigual entre los distintos motores económicos.