Por más que lo diga con tono pausado y sin estridencias, Osvaldo Giordano no se guarda diagnósticos filosos. El economista cordobés, hoy al frente del Ieral de la Fundación Mediterránea y referente en temas previsionales, advierte que la economía argentina llegó a un “techo de cristal” que solo podrá romperse con reformas profundas, entre ellas una revisión seria del sistema jubilatorio y de la estructura impositiva que lo sostiene.
“Con estos impuestos no vamos a crecer”, sentenció en el streaming La Voz en Vivo.
El exdirector de la Anses (con Milei) y ministro de Finanzas en Córdoba señaló que el Gobierno nacional logró avances importantes en materia de inflación, gracias a su defensa férrea del equilibrio fiscal, pero remarcó que eso no alcanza: “Falta mucho en términos de ingresos, de producción, de competitividad. Si no hay un acuerdo amplio con gobernadores, no va a ser posible avanzar”.
Además, Giordano puso el foco en dos ejes sensibles: el futuro del sistema jubilatorio argentino y el peso que tiene el impuesto a los Ingresos Brutos sobre la actividad económica, en particular sobre el sistema financiero, que en Córdoba financia en parte el funcionamiento de la Caja de Jubilaciones.
El dilema previsional
Una semana atrás, Giordano participó de un seminario organizado por la Fundación Pensar en Córdoba, donde se debatió, entre otras medidas, el veto presidencial al aumento del 7,2% para las jubilaciones nacionales aprobado por el Congreso.
El economista se mostró crítico con la decisión de Milei. “Había margen para aplicar ese aumento. En lugar de hacer una mejora focalizada que aliviara a quienes más lo necesitan, se mantuvo una lógica que genera litigiosidad y degrada el sistema”, apuntó.
Para el presidente del Ieral, la historia reciente del sistema previsional argentino está marcada por la improvisación. “Generamos moratorias indiscriminadas, dimos jubilaciones sin aportes, y cuando el sistema colapsó por los gastos, vino la inflación, licuamos las jubilaciones y ahora tratamos de compensar con bonos que también se pagan de manera indiscriminada”, advirtió.
Sobre la cuestión, Giordano sostuvo que una parte importante del costo del aumento vetado podría haberse financiado eliminando el bono generalizado que reciben todos los jubilados de la mínima. “Ese bono lo cobra gente que vive en un country, que tiene otra jubilación o una pensión. Si se focalizara mejor, se podría haber financiado buena parte del 7,2%”.
Además, advirtió sobre el costo a futuro de no resolver este tipo de conflictos de forma estructural: “No es verdad que vetar la ley ahorra plata. Al contrario, está generando un pasivo judicial que alguien va a pagar. Hoy estamos pagando las decisiones que se tomaron hace 10 años. Si no se corrige esto, los juicios van a seguir cayendo sobre la Anses”.
El caso Córdoba: entre el alivio y la distorsión
Consultado sobre la decisión del gobernador Martín Llaryora de llevar el haber mínimo en Córdoba a 700 mil pesos a través de la suba de un complemento en el pago, Giordano defendió la medida, aunque reconoció que abre interrogantes.
“La crítica que hizo Guillermo Francos, diciendo que Córdoba fue generosa con la plata que le mandó la Nación, es errada. Primero, porque la Nación no está mandando lo que corresponde. Y segundo, porque la mínima en Córdoba cubre a menos del 5% de los jubilados, mientras que a nivel nacional representa más del 70%. No son comparables”, aclaró.
El exfuncionario señaló que la situación financiera de la Caja de Jubilaciones de Córdoba mejoró por la reactivación parcial de los envíos nacionales, lo que abrió un margen de alivio. “La pregunta es si ese alivio debe destinarse a seguir subiendo las jubilaciones o si habría que revisar otros aspectos del sistema”, remarcó.
Y allí apareció un punto sensible: el uso de Ingresos Brutos del sistema financiero para sostener a la Caja.
“Cuando alguien en Córdoba toma un crédito para comprar una moto, o refinancia la tarjeta de crédito, paga una tasa más alta porque una parte va a la Caja. Es un impuesto oculto, pero real. Y eso afecta la competitividad”, apuntó.
El exministro ejemplificó con el agro: “El productor no paga Ingresos Brutos directamente, pero cuando compra un tractor, cuando saca un crédito, cuando firma un contrato de alquiler, todos esos costos están recargados. Es una retención disfrazada. Y ese sobrecosto lo sufre especialmente la pequeña y mediana empresa, que es el corazón productivo de Córdoba”.
“No se puede crecer con Ingresos Brutos”
Para el titular del Ieral, la presión tributaria provincial y municipal es uno de los principales obstáculos al desarrollo. “No podemos crecer con Ingresos Brutos, con tasas municipales, con Sellos. Es imposible. Lo vengo diciendo hace años”, remarcó.
La propuesta de Giordano no es eliminar esos impuestos de un día para el otro, sino rediseñar el sistema con una lógica más eficiente y equitativa. “Hay que dejar de cobrarle a quien vende e implementar bien el IVA, cobrando de forma más transparente y repartiendo bien los recursos entre Nación, provincias y municipios”, describió en otra parte de la entrevista.
Recordó una experiencia exitosa en Córdoba. “El monotributo absorbió tres impuestos: el nacional, el provincial y el municipal. En vez de volver loco al contribuyente, se armó un solo tributo, más sencillo y más controlable. Se puede hacer a gran escala. De hecho, Brasil lo está haciendo”, subrayó.
Pero para avanzar en esa dirección, dijo Giordano, es imprescindible un cambio en la actitud política. “Esto requiere sentarse a negociar, salir del clima de insultos permanentes. No hay forma de resolver estos temas si el Gobierno no construye puentes con los gobernadores”.
La política, el dólar y la incertidumbre
El economista fue consultado también por la evolución del dólar en un contexto preelectoral. Considera que el Gobierno tiene herramientas para defender la banda cambiaria establecida tras la apertura parcial del cepo. “El Banco Central tiene capacidad de fuego. Las reservas aumentaron, el Fondo Monetario autorizó su uso, y el equipo económico defiende con convicción el equilibrio fiscal. Eso marca una diferencia con el pasado”, opinó.
Sin embargo, reconoció que se cometieron errores: “Se desarmaron de golpe las Leliq, se liberó parcialmente el cepo dejando a las personas físicas comprando dólares y a las empresas adentro, cuando debería haber sido al revés. Eso generó inestabilidad”.
Aun así, cree que la clave está en otra parte y tiene que ver con las votaciones.
“Mi preocupación no es si el dólar se escapa. Mi preocupación es qué va a pasar después de octubre. Si el Gobierno gana, ¿cómo se va a sentar con los gobernadores a discutir infraestructura, coparticipación, legislación laboral?”, se preguntó.
En ese sentido, ve con expectativa la posible consolidación de una liga de gobernadores que, sin identificarse con el kirchnerismo ni con La Libertad Avanza, pueda servir de base para acuerdos legislativos y reformas productivas.
“Si se corre a los extremos y queda un centro que busca soluciones, puede haber una oportunidad. Pero para eso, el Gobierno tiene que cambiar el tono y empezar a dialogar en serio”, sostuvo.
Reformas o techo
Giordano sintetizó su visión con una metáfora clara: la economía argentina llegó a un techo de cristal. “Recuperamos algo, pero desde hace meses estamos en un zigzag. Para romper ese techo se necesitan reformas profundas. No hay otra. Si no se logra un acuerdo político amplio, todo esto se va a estancar”.
Y cerró con una advertencia: “Argentina no puede seguir degradando su sistema previsional ni sosteniendo la presión tributaria actual. Si no se actúa con racionalidad y coordinación, vamos a seguir pagando los errores de hoy dentro de diez años. Como ya lo hicimos muchas veces”.