“La Argentina necesita un presidente cordobés de una vez. Un presidente que gobierne con acuerdos y que nos genere una expectativa de esperanza para el futuro”, dijo el intendente Martín Llaryora, dos semanas atrás, en la inauguración de una plaza de la Tamse, en la ciudad de Córdoba.
El intendente capitalino no fue el único peronista cordobés que habló en los últimos días de una eventual candidatura presidencial del gobernador Juan Schiaretti.
El vicegobernador Manuel Calvo; el ministro de Gobierno, Facundo Torres; la diputada nacional Natalia de la Sota; el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas; Damián Bernarte, de San Francisco, y Claudio Farías, de Cruz del Eje, fueron los peronistas que en las últimas dos semanas, palabras más palabras menos, se pronunciaron sobre que “Schiaretti sería el mejor presidente para este momento del país”.
Con una definición más mesurada se expresó la senadora Alejandra Vigo, una referente del PJ Capital, que suele hablar en la misma sintonía que Llaryora.
“Lo que es seguro es que Juan no se va a jubilar el año que viene. Seguramente va a trabajar en una propuesta para sacar al país de esta crisis, pero no sé desde qué lugar”, aseguró la esposa del gobernador.
En el oficialismo cordobés parece haberse iniciado un “operativo clamor” para postular al mandatario provincial como posible candidato presidencial.
En el PJ provincial nada es casual. Luego de las expresiones de algunos referentes, el propio Schiaretti le dijo a La Voz en Capital Federal, antes de una disertación, que ya “está trabajando” en una propuesta nacional para “salir por arriba de la grieta”.
Mirando a Córdoba
Schiaretti habló el martes pasado por primera vez en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) de su aspiración de tener proyección nacional.
Por el momento, no se conoce cuál es su estrategia de armado nacional. Lo único que se sabe es que será lejos del cristinismo.
El mandatario cordobés tiene diálogos permanentes con otros dirigentes peronistas nacionales moderados que no integran el gobernante Frente de Todos.
El salteño Juan Manuel Urtubey es uno de sus principales impulsores en Buenos Aires. Al igual que algunos legisladores nacionales, como Florencio Randazzo, Graciela Camaño o Alejandro “Topo” Rodríguez, que suelen elogiarlo en público.
En este contexto, a Llaryora y al PJ provincial les conviene un Schiaretti fortalecido y con proyección nacional, en el objetivo de conservar el poder en la provincia y también en la Capital.
Desde el entorno del gobernador reconocen -por lo bajo- que el plan nacional de Schiaretti, también apunta a consolidar a Llaryora como el principal aspirante a sucederlo en el sillón principal del Centro Cívico.
Es más, falta mucho para las definiciones, pero en la única circunstancia en la cual el PJ no adelantaría los comicios provinciales sería en el caso de que Schiaretti integre alguna fórmula presidencial.
Si esto ocurre, los comicios provinciales y los de la Capital podrían ser el segundo domingo de agosto, cuando se realicen las Paso nacionales.
Por ahora, son todas probabilidades de laboratorio electoral del oficialismo provincial.
Lo único concreto es que los principales referentes peronistas iniciaron un “operativo clamor” que está planificado. Schiaretti no tiene la posibilidad de figurar en una boleta provincial, pero en el PJ lo quieren hacer jugar de algún modo.
