Mauricio Macri publicará un nuevo libro, el segundo desde que dejó el poder, en el que plasmará “aprendizajes” sobre “liderazgo y poder” para ganar el “segundo tiempo”, informó el exmandatario en su cuenta de Twitter.
“A partir del 18 de octubre llega ‘Para qué’, mi nuevo libro. Aquí comparto con ustedes por primera vez su tapa”, señaló Macri.
La portada incluye el subtítulo “Aprendizajes sobre liderazgo y poder para ganar el segundo tiempo”.
Este libro llega precedido de “Primer tiempo”, que el expresidente publicó en marzo de 2021, en el que repasaba su gestión de Gobierno.
Desde hace varios días, el equipo de prensa de Macri ha compartido adelantos con algunos extractos de los capítulos que componen la obra.
A La Voz, se le adelantó un fragmento del capítulo 21, que lleva el título “A tiempo”.
Adelanto del libro de Macri
Fragmento 3 (del capítulo 21, “A tiempo”)
Hacia principios del año 2015 una parte importante de los argentinos se había hartado del kirchnerismo, de sus atropellos, de sus abusos de poder y, sobre todo, de su incompetencia y de la mentira de su relato. Había pasado demasiado tiempo. Los errores y los desastres se habían ido acumulando uno tras otro.
Pero por encima de todo había un problema principal: las variables de la economía se estaban sosteniendo a cuenta del futuro y eran muy pocos los argentinos que lo notaban. En la vida cotidiana de las familias no se percibía lo que estaba sucediendo. Pero un casi inaudible tic-tac se podía escuchar en las cifras de las reservas del Banco Central, en los atrasos en las tarifas de los servicios públicos y en la inflación, entre otros puntos neurálgicos de la economía.
La irresponsabilidad fiscal del gobierno kirchnerista era total. Estaban lejos de desactivar la bomba macroeconómica que habían armado, y mientras el tiempo pasaba, quedaba claro que los efectos de la explosión serían devastadores. El reloj estaba programado para accionar el detonador a partir del cambio de gobierno, fuera quien fuera el ganador.
Las discusiones entre nuestros economistas durante aquellos meses tenían una gran intensidad. Unos pocos planteaban que había que avanzar de manera inmediata en todos los frentes. La mayoría sostenía que en el caso de una victoria no íbamos a contar con el poder político suficiente para poder llevar a cabo todas las reformas al mismo tiempo. El desafío era enorme.
Si ganábamos tendríamos que desactivar la bomba a punto de explotar y desarmarla pieza por pieza para que no estalle en nuestras narices. Una parte de la sociedad parecía apoyar los cambios, pero era insuficiente. Muchos querían simplemente que se fuera Cristina y su gobierno, pero tenían miedo de los efectos que pudieran traer los cambios sobre sus vidas.
Es cierto que nuestro acuerdo con los radicales estuvo centrado en la defensa irrestricta de los valores republicanos. Pero no menos cierto es que carecimos del tiempo necesario para profundizar el debate acerca de cuál era el modelo económico necesario para que la Argentina se desarrollara.
A poco de llegar al Gobierno, tuvimos que enfrentar la realidad. No había ni mandato de la sociedad ni votos en el Congreso, ni un consenso firme en nuestra coalición para encarar las reformas profundas que requiere nuestro país.
Nuestra debilidad tuvo un nombre: gradualismo.
