El presidente de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), Víctor Palpacelli, se pronunció acerca de la resistencia del sector frente a las recientes demandas de aumento de precios de algunos proveedores, ya que las cadenas de supermercados dijeron que no aceptarán incrementos que puedan perjudicar aún más la contracción del consumo, que lleva 15 meses consecutivos de caída.
El panorama de los precios de alimentos se vio alterado a raíz de la reciente devaluación del peso, que provocó una nueva suba del dólar. Este ajuste fue el desencadenante de nuevas listas de precios con incrementos de entre el 9% y el 12% por parte de empresas como Unilever y Molinos Río de la Plata, que afectaron a productos de consumo masivo.
Sin embargo, las principales cadenas de supermercados, como se confirmó a través de la ASU decidieron rechazar estos aumentos.
Palpacelli explicó en Urbana Play que las cadenas más pequeñas, así como las regionales, se unieron al rechazo de las nuevas listas de precios, aunque también remarcó que no todos los supermercados han tomado la misma postura.
Empresas, entre prudencia y aumentos
Mientras algunas empresas han mostrado prudencia y no han realizado cambios en los precios, otras, como algunas grandes cadenas, sí han reflejado los aumentos en las góndolas. Según el presidente de la CAS, esto representa una preocupación para todo el sector, ya que los aumentos impactan directamente en los consumidores y contribuyen a la reducción de las ventas.
“Las empresas que han hecho cambios de bonificaciones y de condiciones y aumentos, en definitiva terminan siendo aumentos”, explicó Palpacelli, quien subrayó que el objetivo de los supermercados es defender al consumidor y evitar que los precios continúen su escalada. Agregó que esta situación es particularmente complicada debido a que las ventas llevan más de un año en caída, lo que provoca que el consumo masivo continúe en números negativos.
La situación es más compleja cuando se tiene en cuenta que la reciente devaluación del peso provocó un aumento en los costos de productos con componentes dolarizados, como los alimentos importados y algunos artículos de limpieza y cosmética.
Esta subida en los precios de las materias primas que afectan a los productos de consumo masivo se reflejó rápidamente en los proveedores, que ajustaron sus precios de acuerdo con las nuevas condiciones del mercado.
Palpacelli también destacó que, a pesar de la presión de los proveedores, las cadenas de supermercados deben mantenerse firmes en su postura. “No podemos permitir que los aumentos continúen sin justificación. Es importante que trabajemos en conjunto con el Gobierno, los proveedores y el comercio para encontrar una solución que beneficie al consumidor y no siga perjudicando el consumo”, concluyó Palpacelli.