El gobierno de Javier Milei avanza en una nueva fase de su plan de reducción del Estado. Mientras se prepara un paquete de medidas de desregulación impulsado por Federico Sturzenegger, uno de los asesores más influyentes del Presidente, se afinan detalles clave.
Según trascendió este lunes, el expresidente del Banco Central trabaja en un conjunto de iniciativas que incluirá la eliminación de regulaciones obsoletas y cambios en el marco normativo para liberar sectores económicos.
Sturzenegger coordina sus acciones con el ministro del Interior, Guillermo Francos, y con la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, buscando acelerar medidas de alto impacto. “La idea es profundizar la libertad económica, eliminar trabas y desarmar estructuras estatales innecesarias”, describen cerca de Sturzenegger.
En su visión, la intervención estatal excesiva constituye uno de los principales frenos al crecimiento.
En ese marco, el diario La Nación reveló que el Gobierno ya tiene redactado un decreto que dispone la disolución, fusión o transformación de distintos organismos estatales.
Algunas de las instituciones apuntadas serían la Secretaría de Transporte Aerocomercial, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) y la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA).
Siempre según La Nación, otras áreas bajo revisión son el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
También se analizan cambios en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y en la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
Tampoco se descartan modificaciones en la Junta Nacional de Seguridad del Transporte y en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT).
“Se desató una pelea de supervivencia entre las cabezas de los entes”, publicó el diario.
Cada área intenta justificar su existencia ante la Jefatura de Gabinete y, en algunos casos, busca que su personal sea absorbido por otros ministerios.Sin embargo, desde la Casa Rosada advierten que el ajuste no se detendrá y que el objetivo es claro: achicar el Estado, aun a riesgo de enfrentar resistencias internas o de sectores sociales.
La estrategia de fusión y cierre de organismos apunta no solo a reducir gastos, sino también a consolidar el poder de decisión en torno a la Presidencia y su círculo más estrecho.
“Estamos ordenando el Estado, sacando el curro de la política”, insisten cerca de Milei. En la visión libertaria, muchos organismos cumplen funciones superpuestas o actúan como refugios de militantes políticos.
Aunque en el oficialismo reconocen que puede haber costos políticos -especialmente en áreas sensibles como la cultura o los derechos humanos-, confían en que el núcleo duro de votantes respaldará las decisiones.

Además, entienden que mostrar firmeza frente al aparato estatal tradicional fortalecerá la imagen presidencial en un momento en que la economía aún no muestra signos claros de recuperación.
Segunda etapa
La ofensiva desreguladora de Sturzenegger podría complementarse con proyectos de ley que impulsen una segunda etapa de reformas económicas, orientadas a flexibilizar aún más la actividad privada.
“La batalla cultural no terminó. Estamos recién empezando”, dijeron fuentes oficiales.
En definitiva, la Casa Rosada apuesta a reforzar su identidad de gobierno reformista y rupturista, con medidas de alto impacto que, a pesar de los riesgos políticos, buscan sostener la credibilidad de Milei como un presidente dispuesto a “hacer lo que hay que hacer”, aun a costa de enfrentar resistencias.