Córdoba ofrece una peculiaridad estratégica para el análisis político: una división marcada entre la percepción del electorado en la Capital y su interior. Esta distinción se evidencia con claridad en dos estudios de opinión difundidos recientemente por sus autores, las consultors Pulso Social (a nivel provincial) y el Grupo Feedback (en el área metropolitana).
Ambos relevamientos, realizados a fines de mayo de 2025, permiten observar cómo varía la evaluación de figuras clave como el presidente Javier Milei, y el gobernador Martín Llaryora; y en la zona metropolitana, el intendente Daniel Passerini, dependiendo de la geografía y el contexto socioeconómico del votante.
En términos metodológicos, Pulso Social, de Nicolás Meloni y Federico Der-Meguerditchianm, trabajó con una muestra de 835 casos bajo sistema CAWI (encuesta online).
En el caso del Grupo Feedback, de Gastón Toro, recolectó 983 entrevistas presenciales en el Área Metropolitana de Córdoba (AMC), ofreciendo una mirada más directa sobre el electorado urbano.
Desde una perspectiva general, Milei mantiene una imagen fuerte y consolidada a nivel provincial, mientras que en el área metropolitana su figura muestra mayor polarización. Llaryora tiene mejor imagen en el interior que en la Capital, un fenómeno que responde tanto al desgaste de la gestión como a factores estructurales del vínculo político entre el peronismo cordobés y las grandes ciudades.
Por su parte, Passerini parece enfrentar un desgaste acelerado, con números preocupantes tanto en la ciudad como en el resto de la provincia.
Los datos de Pulso Social
En el informe de Pulso Social, Milei presentó en mayo una imagen positiva del 61% y una negativa del 36%, confirmando una presencia dominante en el escenario político cordobés. Su figura es la que muestra mayor competitividad electoral: un 53% de los encuestados dice que votaría a favor del Gobierno nacional en los próximos comicios, mientras que solo un 37% lo haría en contra.
Este respaldo se mantiene firme incluso tras eventos conflictivos como el “Libra Gate” o la crisis por las inundaciones en Bahía Blanca. La “salida del cepo” y la victoria en la Ciudad de Buenos Aires parecen haber reforzado su perfil de liderazgo.
Por ejemplo, entre sus votantes el 81,8% considera que el gobierno va en la dirección correcta.
Sin embargo, el estudio también muestra cierta ambivalencia emocional: aunque hay esperanza y expectativa económica (37% cree que estará mejor en seis meses), el 42% aún considera que está peor que hace medio año. Esto sugiere que Milei mantiene su base de apoyo, pero aún con desafíos sociales pendientes.
En el caso de Llaryora, el gobernador mantiene una imagen positiva del 54% y una negativa del 39%, según el estudio provincial. Aunque estos valores son sólidos, se advierte un leve deterioro en comparación con mediciones anteriores ()en enero llegó a tener 56% de positiva).
El diferencial entre el interior y la Capital es significativo: en el interior, un 23,8% lo califica como “muy bueno”, mientras que en la Capital, ese número desciende al 10,4%. Esta diferencia geográfica indica que su imagen depende en buena medida de su desempeño fuera del gran Córdoba, probablemente debido a la estructura federal y descentralizada de sus políticas públicas.
En cuanto al espacio político, el tándem Llaryora-Schiaretti conserva una intención de voto del 19%, muy por debajo del 40% que concentran los candidatos libertarios.
En el caso de Passerini, el intendente de Córdoba aparece con una imagen positiva del 52% y una negativa del 39%, siendo uno de los dirigentes provinciales con menor diferencial neto. El dato más preocupante se vincula a su gestión: apenas un 11% la considera “muy buena”, y un 26% la califica como “muy mala”.
A esto se suma el hecho de que entre quienes votaron al radical Rodrigo De Loredo en la última elección municipal, un 27,4% califica su gestión como “muy mala”, y un 25,4% como “mala”. Incluso entre quienes lo votaron, hay una porción crítica.
El contexto tampoco ayuda: los principales problemas señalados por la ciudadanía capitalina son inseguridad (39%), transporte (8%) y suciedad (7%). La crisis interna, como el reciente pedido de renuncias dentro del gabinete municipal, parece haber acentuado un clima de deterioro en la imagen institucional.
Los datos del Grupo Feedback
En el estudio metropolitano de Grupo Feedback, Milei conserva un fuerte respaldo, aunque con niveles de polarización más marcados que en el conjunto provincial. Las capas medias y jóvenes, en particular, muestran un respaldo más fragmentado.
Una característica distintiva es que en el AMC hay mayor proporción de imagen negativa, reflejando las tensiones propias de los grandes centros urbanos, donde las promesas de estabilización económica y combate a la inflación chocan más directamente con la experiencia cotidiana.
La dirección del Gobierno nacional es considerada “correcta” por una mayoría (53%), pero la porción que la ve como “equivocada” también es significativa (37%), generando un escenario volátil de cara a futuras contiendas.
Para la consultora de Toro, Llaryora enfrenta en el AMC una pérdida de apoyo notoria con apenas un 22,4% que dijo que tenía “buena” imagen de la gestión (28% dijo que era “mala” y el 48,5% “regular”).
¿Feedback está detectando fatiga en el electorado capitalino con la estructura del peronismo cordobés? Habrá que ver cómo evolucionan los datos, aunque la valoración positiva a la gestión de Llayora fue, en mayo, la más baja desde junio pasado.

En el caso de Passerini, los datos del área metropolitana profundizan lo ya detectado por Pulso Social: el intendente atraviesa un momento crítico. El informe de Feedback dice que apenas un 21,2% considera “buena” la gestión del peronista, contra un 31,2% que dijo “mala” (45,1% aseguró que la ve “regular”).
Como con Llaryora, también en el caso de Passerini el número positivo es el más bajo de los últimos meses, y el negativo, el más alto.
Todos los dirigentes
El informe de Feedback también se ofrece un detallado panorama de la percepción ciudadana en el AMC sobre diversas figuras políticas nacionales y provinciales.
En el ámbito nacional, la imagen de los principales referentes políticos muestra una fuerte polarización, con figuras muy consolidadas y otras con elevados niveles de rechazo.
Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación, se ubica como una de las dirigentes con mejor imagen en la AMC. Su perfil sobrio, alineado con el discurso institucionalista y de orden, le ha permitido diferenciarse positivamente dentro del universo libertario. En el estudio, obtiene una imagen positiva del 27,5% y una negativa del 23,5%, con solo un 18,5% de desconocimiento.
Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, también goza de una imagen favorable: positiva en el 35,9% y negativa en el 34,7%. La excandidata presidencial ha sabido conservar buena parte de su electorado de Juntos por el Cambio, y aparece como una figura con alta visibilidad y peso específico.
Axel Kicillof y Leandro Santoro, por el contrario, presentan niveles elevados de imagen negativa. En el caso del gobernador bonaerense, su gestión es mal vista fuera del AMBA: en Córdoba, su imagen negativa es del 59,8%%, mientras que la positiva apenas ronda el 9,1%.
Santoro, con menos conocimiento en el electorado cordobés, no logra capitalizar su perfil de “progresismo moderado” y se mantiene en valores negativos, con más del 24,60% de rechazo y una imagen positiva inferior al 10%. Y un alto desconocimiento (51%).
Sergio Massa, exministro y candidato presidencial en 2023, sufre un severo desgaste. Su imagen negativa es del 65%, mientras que la positiva es marginal (10%). Es una de las figuras con menor crédito público en la AMC, y su futuro político aparece altamente comprometido.

Entre los expresidentes, Mauricio Macri también aparece golpeado, con apenas un 14,3% de imagen positiva y una negativa del 46,6%. Cristina Kirchner presenta una de las peores imágenes, con una negativa que casi llega al 70% (67,4%) y una positiva que apenas roza el 13%.
Su nombre, asociado a la etapa más resistida del kirchnerismo, continúa generando rechazo transversal.
Por último, Elisa “Lilita” Carrió
Dirigentes provinciales
Entre los dirigentes provinciales, el exgobernador Juan Schiaretti mantiene el liderazgo en términos de imagen positiva. Con un 47,6% de aprobación y apenas un 15,5% de imagen negativa, es la figura más valorada de Córdoba. Su perfil de gestión austera, moderación política y visión federalista lo han consolidado como una referencia respetada incluso fuera de su electorado habitual.
En el bloque de dirigentes de proyección provincial, Luis Juez y Rodrigo de Loredo tienen altos niveles de conocimiento, aunque baja imagen positiva: Juez conserva una imagen favorable en torno al 22,7%%, aunque también tiene alta negatividad (30,2%); mientras que De Loredo se mantiene como una figura atractiva con una imagen positiva cercana al 20%, y una negativa del 28%.
Myrian Prunotto, vicegobernadora se ubica en torno al 24% de imagen positiva y 28% de negativa; y Manuel Calvo, ministro de Gobierno, tiene una de los números más altos de desconocimiento (77,3%), con 3,8% de positiva y 8,4% de negativa.
Natalia de la Sota, heredera del apellido con peso histórico, se ubica en torno al 13,8% de imagen positiva, pero con desafíos para ampliar su base ya que el 43,4% dijo no conocerla.
Otro que sufre por el desconocimiento es Gabriel Bornoroni, actual diputado nacional de LLA, con un 87% de respuestas que reconocieron no saber quién era.