La primera línea del Gobierno nacional reaccionó con vehemencia ante la andanada de votos negativos que la oposición logró asestarle en el Congreso, aun cuando el hecho de que no se convalidara el aumento a los jubilados implicó una ratificación del equilibrio fiscal que defiende la gestión.
Tanto el presidente Javier Milei como su ministro de Economía, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, no ahorraron calificativos para referirse a la oposición, sobre todo del kirchnerismo, en la Cámara de Diputados, acusándolos de intentar desestabilizar al país y sabotear el futuro.
Todos hablaron en el Council de las Américas. Milei se mostró cauto de cara a los comicios bonaerenses del 7 de septiembre, pero vaticinó un triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre.
Su principal preocupación radicó en la concurrencia a las urnas, un factor que, según él, minimiza la influencia de los aparatos políticos tradicionales. “Cuanto más gente vote, menos pesa el aparato”, expuso.
Milei enojado con la oposición
El mandatario no ocultó su deseo de “terminar con el populismo decadente y operador que tanto nos agobia”, un objetivo que, de concretarse una victoria en septiembre y en octubre, significaría “poner el último clavo al cajón del kirchnerismo”.
Milei alertó sobre la importancia crucial de la elección del 7 de septiembre, previendo que el kirchnerismo “va a tirar todo ahí“ y que intentaría “todo tipo de fraude”, mencionando prácticas como el “voto cadena”, la “urna embarazada”, la compra de colegios por “punteros” y el “fraude moral” de las candidaturas testimoniales. El Presidente anticipó que en septiembre se vería “el techo del kirchnerismo” y que en octubre los resultados del Gobierno serán mucho mejores.
Los libertarios, explicó, darán una “pelea pareja”, siempre y cuando la gente “vaya a votar”. Presentó las próximas elecciones como una dicotomía fundamental para los argentinos: “Elegir el camino de la libertad y la prosperidad o seguir abrazando las ideas colectivistas-socialistas y que nos terminemos hundiendo en un pozo”.
Milei apuntó contra la oposición
Acusó entonces a la oposición de estar “desesperados, echando mano a cualquier recurso a su alcance para detonar el orden macroeconómico y generar una crisis que termine con el Gobierno elegido por el voto popular”. El Presidente cargó duramente contra el kirchnerismo, al que describió como un “caso emblemático” cuya llegada al poder fue un “estallido social generado por los mismos que luego se repartieron los cargos”.
Insistió en que quieren “volver, ya mismo, a seguir exprimiendo la vaca lechera”, por lo que “sacan leyes que atentan contra nuestro superávit fiscal” e intentan “separar las elecciones locales de las nacionales para confundir a la gente y asegurar la prevalencia del voto rentado”.

En este contexto, Milei afirmó que el país “está jugando el partido más importante de su historia”, decidiendo entre el “camino del cambio y el crecimiento o si da marcha atrás para retornar al camino de la miseria y de la servidumbre kirchneristas”.
Refiriéndose a los diputados aliados y oficialistas que defendieron el equilibrio fiscal, los llamó “los 83 héroes” que sostuvieron el veto contra el aumento jubilatorio, en contraposición a “los degenerados fiscales”. Asimismo, denunció un “espectáculo macabro” en el Parlamento“, declarando que se les dejó “bien claro, una vez más, que enfrente tenemos un Congreso secuestrado por el kirchnerismo, un Congreso que sólo responde a sus propios intereses”.
Acusó al bloque de Unión por la Patria de tener la intención de “quebrar al Estado” y de que “todos sus familiares y amigos viven desde hace años del Estado”. Milei argumentó que el peronismo busca “romper la ilusión de la gente” para que no “pierdan para siempre”, y lo acusó de tener como único plan “sabotear el futuro”.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se adjudicó la gestión con los legisladores para reafirmar el veto presidencial contra el aumento jubilatorio, calificando el resultado de la sesión como un “empate” y celebrando haber “frenado la insistencia en el veto a las jubilaciones”.
Francos destacó que con esta acción le “evitamos al ministro de Economía un gasto que no podíamos afrontar”. Criticó la falta de “cierto nivel de conocimiento” en la oposición al aprobar, “sin tener en consideración ningún tema presupuestario”, una ley para 1.300.000 pensiones, lo que implicaba un costo sin presupuesto.
El ministro Caputo también intervino, destacando que el Gobierno ya estaba “preparado para esto” y que “cuanto mejor nos vaya económicamente, más ataques vamos a padecer”.
Insistió entonces en la consistencia del plan económico y manifestó que “la gente no es tonta. Se da cuenta de que esto lo hacen únicamente con el objetivo de desestabilizar”. Atribuyó la reacción negativa del mercado a que la votación en el Congreso “ponía en riesgo un aumento del gasto público”. Pese a ello, aseguró que estos son “obstáculos de corto plazo” y que no se moverán “un lápice” de su programa, que es parte de un “proceso de cambio revolucionario”.