Un encuentro con la militancia camporista y del PJ Bonaerense en un club de Lanús fue esta vez el escenario elegido por el diputado Máximo Kirchner para hablar en contra del Gobierno de Alberto Fernández y descargar una batería de críticas furiosas contra el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Kirchner, hijo de la vicepresidenta Cristina Fernández, apuntó no solo contra Guzmán por el manejo de la política económico sino también contra el triunvirato de la Confederación General del Trabajo (CGT) por su apoyo al programa económico que el Gobierno firmó con el Fondo Monetario Internacional.
Parado sobre un escenario del Club Social y Deportivo Defensores de Villa Podestá, Kirchner dijo: “El ministro de Economía dice que no tiene apoyo político. Ahora me pregunto: tiene el apoyo del FMI y (su titular) Kristalina (Gerogieva); tiene el apoyo de la CGT; tiene el apoyo del Presidente y Clarín, que más apoyo querés”.
Kirchner venía teniendo buen diálogo con Pablo Moyano, uno de los tres secretarios generales que tiene la central obrera. Pero hubo un distanciamiento por la negativa del dirigente camionero y sus partes Héctor Daer y Carlos Acuña en la conducción cegetista de salir a las calles para manifestarse contra la Casa Rosada.
Máximo Kirchner contra Fernández y Macri
Kirchner también le apuntó con dureza a Juntos por el Cambio por advertir que la interna en el Gobierno y la ruptura política que hubo entre el Presidente y la vicepresidenta agregan ruido a la economía y no ayudan a generar confianza, conspirando contra el anclaje de expectativas que Guzmán busca con los acuerdos de precios y salarios.
“¿De verdad creen que el debate político genera inflación? O no miramos los verdaderos problemas como los formadores de precios”, dijo el legislador nacional y ex jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, antes de solicitar que el Gobierno redoble los controles de precios para evitar los “abusos” de quienes producen y comercializan alimentos y bebidas.
“Es hora de que la dirigencia argentina madure porque los problemas son graves”, enfatizó Kirchner ante un auditorio repleto, organizado por Julián Alvarez, dirigente de La Cámpora y ex ministro de Justicia, quien además en 2015 compitió por la intendencia y perdió contra el macrista Néstor Grindetti en la poderosa Tercera Sección Electoral bonaerense.
También Kirchner disparó contra los funcionarios nacionales que promocionan su gestión a través de las redes sociales. “Algunos creen que las cosas se soluciona con un mensaje en Twitter; con una foto en Instagram o un Tiktok”, se quejó el diputado nacional antes de reclamar medidas concretas para paliar la situación social que dejó la pandemia de Covid-19.
Sin mencionar el jefe de Estado, Kirchner volvió a cuestionar su estilo y decisiones. “Nuestro pueblo se conduce obedeciendo. Cuando uno quiere conducir también debe saber obedecer. Y el pueblo manda. Para saber conducir hay que haber sido conducido”, dijo el diputado nacional en el acto de Lanús.
En ese sentido, dijo que lo que le “preocupa como peronista y como militante” es que la sociedad no se involucre en su destino. De esa manera, el diputado pidió a la militancia y a la sociedad en general que le haga sentir al Gobierno su disconformidad con el plan económico y sus resultados.
“Los dirigentes que dicen que quieren representar a las mayorías se la tiene que bancar de pecho. ‘No podemos por esto o por lo otro’, dicen. Basta de esa dirigencia, los argentinos no las queremos”, expresó el legislador nacional antes de criticar a Mauricio Macri y su Gobierno por haber “generado el problema de la deuda”.
El acto fue organizado por Álvarez a pedido de Kirchner, quien preside el PJ Bonaerense, cargo para el que había sido propuesto por el propio Alberto Fernández el año pasado. En el evento hubo dirigentes y concejales locales del partido.
