Para Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe, el “país que viene” tras las elecciones necesitará de mucho diálogo.
Además, en una extensa nota con La Voz en Vivo, el mandatario radical subrayó la necesidad de construir alternativas políticas con foco en el interior productivo. Y resaltó su sintonía con Martín Llaryora y Juan Schiaretti, con quienes comparte un modelo de gestión basado en el equilibrio fiscal, la obra pública y la defensa del campo y la industria.
–Cuestiona de manera directa a Javier Milei con declaraciones fuertes. ¿Eso le genera un costo en materia electoral en su provincia o con el Presidente?
–A mí los santafesinos me eligieron para defender los intereses de la provincia. Y nosotros, con el Gobierno nacional, hemos tenido una buena sintonía. Hemos acompañado la inmensa mayoría de las políticas que a la Argentina le iban a traer equilibrio fiscal, porque entendíamos que era fundamental en este momento. Ninguna economía puede coexistir gastando más de lo que recauda, porque eso se financia con crédito internacional o con emisión monetaria, lo que genera inflación. Desde Santa Fe hemos acompañado al Gobierno nacional en las principales leyes, hemos estado en el Pacto de Mayo y nos esforzamos porque entendemos el momento que vivía el país. Ahora bien, tenemos algunos inconvenientes muy grandes con la infraestructura vial nacional en la provincia. Santa Fe ha hecho un esfuerzo inmenso para reparar todas sus rutas con muchísimos recursos propios. Pero las rutas nacionales están en muy mal estado. Por eso le pedimos al Gobierno nacional que las arregle o que las transfiera a la provincia, pero eso no ocurre. Tienen una deuda con nuestra Caja de jubilaciones, que es mayor a la de Córdoba, y lamentablemente los acuerdos que nos ha planteado la Nación no nos satisfacen. Así que seguimos reclamando. Compartiendo el objetivo fundamental de la Nación, que es tener cuentas equilibradas. Acá hemos hecho un ajuste muy superior al que tuvo la Nación el año pasado. Por eso tenemos equilibrio fiscal. Estamos haciendo obra pública, y aumentamos los salarios de los empleados públicos por encima de la inflación. Pero cuando tenemos que defender los intereses de Santa Fe nos plantamos con mucha fortaleza.
–¿Pero no le da temor que el Presidente lo apunte como enemigo o principal opositor?
–No he visto que el Presidente me ubique en ese lugar. Indudablemente, cuando uno reclama con convicción, como lo hicimos junto a su gobernador (Llaryora)... También cuando reclamamos que se terminen las retenciones, en enero, cuando nuestros productores tenían muchos problemas y corrían riesgo de fundirse. Si es para defender a la provincia de Santa Fe siempre voy a estar marcando estas cosas, pero de manera puntual. Y después acompañando lo que entendemos que en el Gobierno nacional está bien. El Presidente, a veces, tiene un carácter un poco fuerte, pero nuestra relación, hasta el momento, ha sido muy buena; aunque tensa. Porque Santa Fe es una provincia importante, igual que Córdoba.
–¿Están trabajando, más allá del reclamo hoy de las provincias, en una construcción a futuro para 2027? ¿Hay un espacio diferente, una alternativa que incluya también a Juan Schiaretti?
–Tenemos mucha sintonía con el gobernador Llaryora y, por supuesto, con el exgobernador Juan Schiaretti. Los modelos de las provincias son muy similares: están basados en el equilibrio fiscal, y con la obra pública como motor del desarrollo. Tenemos una provincia que, además de ser campo, es industria, exportación y comercio, por lo que la infraestructura es fundamental. La base de nuestro modelo es muy similar. Así que ojalá que en Argentina podamos construir alternativas que apunten a la defensa del interior productivo, que apunten a la defensa del campo y de la industria, y también a un modelo de gestión. Porque la gestión, lamentablemente, en Argentina muchas veces no se discute; se discute más el marco ideológico. Creo más en el método que en la ideología, en hacer más que en decir qué es lo que deberíamos hacer; y eso nos diferencia de muchos y nos acerca mucho. En ese sentido, con Schiaretti y con Llaryora estamos muy cerca. Es cierto que somos de partidos políticos distintos, porque soy hombre de la Unión Cívica Radical, y ellos vienen de un peronismo distinto. El peronismo del país se ha volcado siempre al kirchnerismo, y el peronismo de Córdoba siempre estuvo enfrente del kirchnerismo. Pero bueno, las políticas de alianza las termina estableciendo, en mi partido, la Convención Nacional y la Provincial. Lo que sí puedo asegurar es que me siento muy cómodo gestionando al lado de Llaryora. Es tal vez el gobernador que más experiencia tiene. Porque si siguen toda la trayectoria de Martín, parece que hubiera nacido para estar en ese lugar. Lo escucho mucho.
–¿Es Llaryora el gobernador con el que más dialoga cuestiones de gestión? ¿Y de política?
–Sí, hablo mucho. Repito: es uno de los gobernadores de más experiencia tiene. Y yo, que soy un poquito más joven y estuve solamente cuatro años en una función ejecutiva cuando me tocó ser ministro de Seguridad de la provincia, lo escucho mucho. También escucho mucho a Rogelio Frigerio por la experiencia que tiene. Es una persona que arrancó en los ’90 teniendo funciones en el Ejecutivo Nacional, estuvo también con Mauricio Macri y hoy es gobernador de Entre Ríos. Nos llevamos muy bien, tenemos intereses comunes que defendemos y sentimos que la Región Centro puede ser una alternativa para un país diferente. Fíjense que ninguno de nosotros es una persona que se agrede, que debata en tono fuerte o que esté pensando en terminar con el adversario político. Creemos en el diálogo, en la construcción política común, y fundamentalmente en que, para que a Argentina le vaya bien, hay que conformar un modelo distinto. Y ese modelo es el del interior productivo. El modelo en el que el interior trabaja para volcar recursos en el Amba, en el Gran Buenos Aires, en el Conurbano bonaerense, a través de planes y punteros, se ha terminado. Es momento de empezar a mirar al interior; porque cada vez que le fue bien al interior, le fue bien a la Argentina.
– ¿Le parece importante que Schiaretti sea candidato a diputado nacional?
–No quisiera meterme en cosas que no me corresponden, porque después puedo tener algún reclamo. Schiaretti es una persona de referencia para muchos gobernadores, que tiene experiencia, que ha hecho las cosas bien y ha logrado consolidar un modelo en Córdoba que ha trascendido su provincia. En Santa Fe ven muy bien lo que ha hecho durante muchos años. Me toca ser oposición y además soy amigo del presidente de la Unión Cívica Radical de Córdoba, de Marcos Ferrer, y también de Rodrigo de Loredo, de Mario Negri, por lo que es algo difícil para mí. En el caso de Schiaretti, cuando una persona tiene tanta experiencia en la gestión pública termina siendo una referencia de un modelo: puede ser aceptado o no, criticado o no, pero en el orden nacional termina trascendiendo las fronteras de una provincia. Me siento muy cómodo con él. Las veces que tuve la oportunidad de dialogar y escucharlo, veo una persona que tiene mucha claridad para el rumbo que debería tener Argentina.
–El país, ¿se va a pintar de violeta en octubre, como dice el Presidente?
–El Gobierno nacional tiene un nivel de adhesión importante en Argentina, y tiene muchas posibilidades de ganar las elecciones. Ahora bien, a veces ganar una elección no alcanza para cumplir los objetivos. El Presidente apunta a tener mayorías en el Congreso, y eso va a ser muy difícil. Así que lo que viene será una etapa que va a estar muy buena en Argentina. Quizá consiga más legisladores, pero ese número no le va a alcanzar para tener mayorías propias y va a tener que dialogar con muchas personas que estamos, y estuvimos, dispuestos a acompañar a una Argentina que está cambiando y que está mejorando. Somos los que tenemos valores distintos y queremos defender a sectores que siempre han ayudado a que el país salga adelante, como el campo y la industria. El Gobierno nacional puede ganar la elección que viene, pero lo más importante que va a tener que hacer es dialogar mucho con quienes queremos que al país le vaya bien, y no volver atrás. Volver atrás es que vuelva el kirchnerismo. Y ahí sí cuenten conmigo, siempre. Porque el daño que le ha hecho el populismo y el kirchnerismo a la Argentina es sumamente grave. Desde ese lugar, voy a trabajar para un país que cambie, que crezca.
La Región Centro y Milei
–¿Escucha Milei el reclamo de la Región Centro? ¿Cómo trata el Gobierno nacional a las provincias? ¿Cree que entiende la problemática?
–Es un gobierno con muchos funcionarios porteños a los que les cuesta entender la lógica del interior productivo. Cuando les explicamos, tal vez con mucha vehemencia, que un productor agropecuario no se lleva la plata del país ni la pone en paraísos fiscales, sino que la reinvierte en tecnología, ellos muestran que no entienden esa idiosincrasia. Cuando les decimos: “Es un error aumentarle las retenciones a las exportaciones industriales”, algo que volvieron atrás, es porque nuestros industriales no son esos de dos mil o tres mil operarios del Conurbano. Los nuestros son personas que arrancaron hace 30 años en un galpón, y que hoy tienen 50, 100 o 200 empleados; que empezaron con una soldadora, y que a la plata que ganan la ponen en su industria. Son gente convencida de que eso es lo que les da prestigio social y fortaleza a su comunidad. Y esos reclamos tienen que ver con la defensa de la identidad de lo que es el interior. El Gobierno nacional está muy enfocado en la macroeconomía, que no está mal, porque si se nos escapa la inflación, terrminan pagando los sectores más bajos. Pero hay que cuidar mucho la producción, al campo, a la industria... porque si tenemos un golpe muy fuerte que termine afectando a la industria, vamos a perder puestos de trabajo. Y una industria que se cae es muy difícil de levantar. En esa tensión tenemos que convivir los que queremos ayudar para que a la Argentina le vaya bien y también queremos marcar cosas para que a nuestras provincias les vaya bien.
–El ministro de Obras Públicas de Córdoba, Fabián López, en relación al abandono por parte de la Nación de las rutas, habló de “negacionismo económico”. ¿Coincide?
–El Gobierno nacional está muy enfocado en tener un equilibrio fiscal. Pero ese equilibrio termina siendo “a costa de...” Si tenés un sueldo justo y te alcanza solamente para pagar los impuestos y deudas, y tu casa se te rompe y no la arreglás, y eso lo mantenés en el tiempo vas a tener un problema de infraestructura. Va a llegar un momento en que no vas a poder vivir ahí. Lo que sucede con la infraestructura es que se están comiendo el activo vial; y ai a las rutas no les vas invirtiendo mucho, están cada vez peor. Y si no le hacés lo básico, ese desgaste aumenta considerablemente. Se han olvidado de la infraestructura vial, de las inversiones en las provincias, de los recursos que necesitamos para salir adelante. Todos los días nos hacemos cargo de la seguridad, de la salud, de la educación y de la infraestructura. El Gobierno nacional tendría que sentirnos a la provincias como aliados, porque hemos hecho muchos esfuerzos para tener equilibrio fiscal. Bajamos el costo de la política de manera considerable. En mi caso, bajé el costo de todos los ministerios en un 40% respecto del año pasado; tengo 5.000 empleados públicos menos; bajé el costo de la obra pública entre un 40% y un 70%. Y además, estamos invirtiendo en obra pública cinco veces más que la gestión anterior. ¿Por qué? Porque fuimos ordenados y equilibrados. Por eso, a quienes hicimos el esfuerzo para ordenar nuestras cuentas y poner nuestras provincias en marcha, y que gozamos de buena salud financiera, tendrían que vernos como aliados y no como adversarios.
Mercado Libre
–Córdoba vivió algo similar a Santa Fe en relación con Mercado Libre, por la queja por el costo de impuestos y tasas. ¿Cómo se le da pelea a una empresa de este tamaño?
–Mercado Libre es una empresa importante en Argentina y en nuestra provincia; pero Santa Fe es mucho más importante que Mercado Libre. A mí no me va a venir a poner las reglas de juego ni ellos ni ninguna empresa por más grande o importante que sea. Vamos a ser justos con todos los contribuyentes, los grandes y los chicos. En este caso, si Mercado Libre lleva adelante una actividad financiera y gana por eso, le vamos a cobrar como le cobramos a ese sector. Aquí no se ha discriminado a nadie. Lo que sucede es que tenían diferentes actividades y quería pagar la alícuota de Ingresos Brutos más baja por la misma actividad que otras entidades. No entramos en una confrontación, pero lo que no nos vamos a dejar que nadie nos lleve puestos. Somos Santa Fe y me siento orgulloso de lo que representamos.

–Los políticos miran encuestas, y Mercado Libre es una de las empresas con mejor imagen del país. ¿No le dio temor eso?
–Tengo respaldo del pueblo y la verdad es que si tuviera que mirar encuestas no podría haber tomado muchas decisiones. Y eso no hubiese sido lo mejor para Santa Fe. En este lugar en el que estoy sentado, tengo que evaluar qué es lo mejor para mi provincia, no lo mejor para mí en cuestión de imagen. Creo mucho en la coherencia, y cuando uno toma medidas con coherencia, marcando un norte, y las va explicando, la sociedad, tal vez en algún momento se puede molestar y tu imagen puede bajar, pero más temprano que tarde lo va a entender. Porque cuando uno explica una política pública, la gente presta atención y puede comprenderla. Lo que hicimos fue explicarle a la sociedad santafesina qué modelo vamos a defender: al campo, a la industria, al comercio, y a los sectores del trabajo. Y esos recursos que sacamos, en muchos casos de la actividad financiera, que no está mal y que a veces sirve para potenciar al sector productivo, los volcamos a la baja de la tasa de interés. Por eso Santa Fe fue la tercera provincia que menos cayó en empleo privado. Estuvimos por debajo de Salta, que es litio, y de Neuquén, que es Vaca Muerta. ¿Por qué? Porque a los recursos de un Estado equilibrado los volcamos al subsidio de tasas, y así la industria no tiene que parar, y el campo puede seguir adelante comprando maquinaria. Nos afecte la imagen o no... A mí tal vez me convendría volar bajo y basarme solamente en muchos logros de la gestión, como el de la seguridad, que son palpables.
Inseguridad
–Hace tres semanas, en Frontera, en el límite con San Francisco, ocurrió el crimen de un niño de 4 años, en un ajuste de cuentas. ¿Santa Fe está trabajando coordinadamente en prevención del delito para que el narco no desborde? Córdoba está atenta a eso.
–Y está muy bien que estén atentos, porque a veces las cosas suceden de manera subterránea y cuando explotan es tarde. Eso pasó en Santa Fe que, por diferentes razones, que tuvo una mirada que no le permitió un combate frontal contra las bandas criminales. Llegué a la gobernación en el peor momento de Rosario, con 290 homicidios el año anterior. Pero el año pasado, solo tuvimos alrededor de 90. Bajó casi el 65,70%. Además, el delito contra la propiedad cayó mucho más, el 25%. Hubo un plan, un método, una forma de llevar adelante el trabajo de nuestra Policía y de nuestro servicio penitenciario. Pero además tuvimos leyes que nos permitieron ser muy duros con aquellos que se sentían dueños de la vida y de la muerte en Rosario. Hoy, estamos conteniendo la situación, aunque lo de Rosario no está terminado y no es que no va a volver. Aquí, el plan de seguridad va a seguir avanzando con el mismo método de gestión, en lo que tiene que ver con inversión, con equipamiento, con inteligencia criminal, y con tomar decisiones objetivas en función de la probabilidad de comisión de delito. Estudiamos el tema en profundidad, con inteligencia, y luego esos datos se vuelcan a los diferentes sectores policiales y del servicio penitenciario. Por supuesto que ustedes tienen que estar muy atentos, no porque desde aquí se vaya a correr el delito hacia su provincia, y on Llaryora hablo mucho de esto, sino porque lo que nos pasó aquí fue porque, en algún momento, no leímos bien lo que estaba sucediendo. Hoy, Rosario es una ciudad que está renaciendo y con el delito contenido como lo tenemos, no terminado, estamos empezando a generar muchas herramientas para que la ciudad vuelva a liderar a la provincia y a la Argentina. Lo que sucedió en Frontera son coletazos de un sistema que se va ajustando permanentemente. En lo que va del año, en Frontera y Josefina, dos ciudades similares, hicimos 60 allanamientos por microtráfico, tuvimos detenciones y secuestros de armas de fuego. Indudablemente, hay situaciones que nadie puede controlar, porque es muy difícil frenar el impulso asesino de una persona. Lo que sí puedo asegurar es que no hay impunidad. En tres o cuatro días, detuvimos a tres de los responsables, los llevamos ante un juez y es probable que tengan una pena de prisión perpetua. Ese mensaje, de que rápidamente la Justicia y la Policía actúan, termina disuadiendo a los que creen que pueden cometer delitos y salirse con la suya.