“Yo no tengo que dar explicaciones, yo tengo que dar respuestas. Este equipo tiene la obligación de dar respuestas”, sentenció el flamante ministro de Economía, Sergio Massa, quien hizo gala de su nueva posición de poder dentro del Frente de Todos al señalar que el gobierno nacional falló en la administración de la crisis.
Poco después del multitudinario acto en el que Alberto Fernández le tomó juramento, Massa encabezó una conferencia de prensa en las instalaciones de la cartera económica para presentar sus primeras medidas. Lo hizo solo y aprovechó para lanzar una serie de definiciones con las que delineó la nueva era en la Casa Rosada.
El jefe del Frente del Renovador, que desembarcó en Balcarce 50 con la bendición de la vicepresidenta Cristina Kirchner y que dejó un Presidente desdibujado, prometió “orden en materia fiscal” y “trabajo coordinado”. Tomó la iniciativa frente a una gestión nacional que quedó en stand by frente a una debacle económica y social creciente.
“Si uno mira la tasa de crecimiento, los niveles de empleo, podría decir que tenemos sectores de la economía que están funcionando bien, pero que tenemos un problema que tiene que ver con nuestra responsabilidad como administradores”, apuntó.
Seguido, completó: “La autocrítica en todo caso que tenemos que hacernos es por qué fallamos como administradores. Y en todo caso plantear orden en materia fiscal, orden y unificación de áreas en materia de trabajo coordinado desde el gobierno tiene que ver precisamente con reconocer esos errores, corregirlos y empezar a avanzar”.
Por ello, Massa dijo que su misión apunta a “resolver esta doble cara de la Argentina que crece al 6% anual y genera empleo, pero tiene una enorme falta de confianza en su moneda, desorden del gasto, brechas de inversión pública y una enorme injusticia en la distribución del ingreso”.
“Tenemos que enfrentar a la inflación con determinación porque es la mayor fábrica de pobreza que puede tener cualquier país”, completó.
Las medidas que anunció Sergio Massa
El tigrense enumeró los múltiples pasos que dará en una primera etapa de su plan de acción. Y se mostró activo en todos los frentes de ataque: dijo que ya mantuvo contactos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para darle continuidad a los compromisos asumidos; que ya gestionó medidas para sumar, en el corto plazo, unos u$s7.000 millones a las reservas del Central; y que involucrará a los gobernadores en la definición de las medidas de ajuste porque ratificó que la administración nacional “se va a arreglar” solamente con los recursos que logre recaudar.
“La riqueza la tenemos que construir entre todos, ese entre todos incluye a todos: gobierno y oposición, empresarios y trabajadores, campo e industria, organizaciones sociales y de la sociedad civil. Todos tenemos que pensar que ponemos en este momento para ayudar a la Argentina”, convocó.
Massa habló de un “desafío enorme” pero se mostró convencido en aprovechar el contexto global porque, apostó, “se puede transformar en una enorme oportunidad para la Argentina”.
Su hoja de ruta contempla una serie de “principios”, tales como “orden fiscal, superávit comercial, fortalecimiento de las reservas y desarrollo con inclusión”, y “motores”, entre los que mencionó la “inversión, la producción, las exportaciones y la defensa del mercado interno”.
El primer tramo de su plan incluirá respuestas inmediatas para tratar de recomponer los ingresos de los jubilados y de los trabajadores, así como un refuerzo de las acciones para reducir los subsidios energéticos y para dejar atrás el esquema de planes sociales.
Sobre esto último fue tajante, adelantó que el 15 de agosto el Ministerio de Desarrollo Social iniciará una auditoría y advirtió que “quien no cumpla (con los requisitos) recibirá la suspensión” de los beneficios.
Massa descartó una devaluación
El “superministro” descartó que su programa incluya una devaluación. “Los shocks devaluatorios lo único que producen es pobreza y una enorme transferencia de recursos”, rechazó.
También se encargó de desterrar especulaciones vinculadas con las retenciones al campo. “Si hubiese habido una decisión vinculada a la cuestión de derechos de exportación, la hubiese planteado como una de las medidas centrales ahora”, explicó.
Massa tomó distancia de las soluciones “mágicas” y usó la referencia para atacar, sin mencionarlo, al ex presidente Mauricio Macri. “Ya vimos alguna vez a alguien que dijo ‘resuelvo en dos días’ y se fue del gobierno con 55 puntos de inflación”, lanzó.
Pero sí se mostró decidido a tomar decisiones, a “usar la lapicera”, tal como Cristina Kirchner le reclamó a Fernández, quien ayer se limitó a ratificar su compromiso con la unidad del Frente de Todos. “Por eso voy a seguir trabajando”, señaló el Jefe de Estado al tomarle juramento a Massa, que conducirá un Ministerio de Economía ampliado con la fusión de Desarrollo Productivo y Agricultura.
“Empezamos una nueva etapa del gobierno que estoy convencido, lo conozco hace muchos años a Sergio, vamos a transitar exitosamente con todos y todas incluidos. A eso los convoco, para eso lo convoqué a Sergio, cuya capacidad y coraje me consta. Y estoy seguro que lo va a hacer muy bien y le doy las gracias”, expresó Fernández.
Por ahora, la reconfiguración del mapa de poder en el Frente de Todos cuenta con la silenciosa bendición de la Vicepresidenta, quien siguió de cerca el armado de Massa y formalizó su respaldo con la foto que difundió el lunes, tras un encuentro que ambos mantuvieron en el Senado.
Atento a los sensibles ánimos en el oficialismo, Massa buscó cuidar las formas. Por lo menos eso se observó durante un llamativo episodio que se produjo durante el multitudinario acto de jura en el Museo del Bicentenario: el ex presidente de la Cámara de Diputados interrumpió los abrazos con los presentes para alzar la voz y exigirle a un grupo de militantes, entre los que se encontraba su mujer Malena Galmarini, que evitará los cánticos para destacar la avanzada del Frente Renovador en la estructura de poder.
