La inflación se despertó en marzo. El 3,7% que marcó el índice de precios al consumidor (IPC) nacional el mes pasado, el más alto desde agosto, encendió una luz de alerta entre los gremios, no sólo entre los que están negociando paritarias, sino también en los que ya han cerrado.
En las últimas semanas, las paritarias en la mayoría de los sectores se enrarecieron porque los representantes de los trabajadores entienden que las condiciones cambiaron y que la inflación no “tenderá a cero”, como aseguró el presidente Javier Milei hace algunos meses.
En el medio, la salida del cepo cambiario, decisión muy esperada por los mercados que dejó un escenario aún más complejo de descifrar para los gremios. El precio del dólar oficial no se disparó hasta el borde superior de la banda ($ 1.400) y, por el contrario, bajó hasta casi el punto de partida. Pero las expectativas previas y el repunte de la moneda estadounidense de los días siguientes impactó en remarcaciones en algunos sectores que advierten por una mayor inflación en abril.
“Más allá de los números que diga o no el Indec, la realidad dice que lo que tu sueldo compraba el mes pasado no lo puede comprar ahora”, ejemplificó Juan Chavarría, secretario general de la Uocra Córdoba.
El dirigente, que participó esta semana de un encuentro del sector en Buenos Aires, agregó otro problema que afecta a los pedidos de los gremios: los límites impuestos por la Nación. En efecto, para tratar de evitar un rebrote mayor de la inflación, el Ministerio de Capital Humano, Trabajo y Desarrollo Social está condicionando la homologación de aumentos salariales a porcentajes que no superen el 2% mensual.
“Estamos negociando y podemos llegar a acordar algún punto más sobre la inflación con las cámaras empresarias, el tema es que el Gobierno pone un techo, no homologa y nos obliga a seguir perdiendo poder adquisitivo”, agregó.

Pesos pesados
Un gremio de los considerados más “pesados” ya demostró su intención de reabrir su paritaria. Se trata de Camioneros, que de la mano de Hugo Moyano levantó una de las primeras banderas para buscar un reajuste mayor.
La semana pasada, la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros envió una comunicación a las cámaras empresariales del sector para que se reabra la paritaria de manera “urgente”. En el texto, advirtió que el alza inflacionaria de marzo podría replicarse en abril, dejando ”una brecha alarmante entre la evolución de los precios y la actualización salarial".
Con la firma de Moyano, la carta dice que si se mantiene la tendencia de la inflación de marzo y abril, en mayo “podría alcanzar niveles inaceptables” que no se podrían ajustar “hasta la revisión programada para junio”.
El acuerdo firmado por los choferes el 21 de marzo contempla aumentos del 1,2% en marzo, 1% en abril y 1% en mayo, además de un reajuste retroactivo del 1,9% de diciembre a febrero que se incorporará al básico este mes.
Con una inflación del 3,7% el mes pasado, el gremio calcula que perderán, sólo en abril, un 2,5% de poder de compra.
El propio Gobierno había destacado el acuerdo de Camioneros, diciendo que reflejaba “el compromiso del sector con la estabilidad económica” y “el acompañamiento al proceso de baja inflacionaria, garantizando la protección del poder adquisitivo de los trabajadores”.
Uno de los adjuntos de la CGT, el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, dijo que “las paritarias ya están quedando atrasadas”.
El “techo” del Gobierno
Los datos de la Secretaría de Trabajo de la Nación dicen que de las 23 paritarias rubricadas entre enero y marzo, casi todas (21) no compensaron la inflación de los primeros tres meses.
Esto hizo que, por ejemplo, la Confederación de Sindicatos de las Telecomunicaciones (Cositel) impulsara una corrección del acuerdo de incremento salarial con las tres grandes empresas del sector. Firmaron un 3,7% que se cobró la semana pasada para recomponer la diferencia de los meses anteriores.
Es un pago de carácter único y extraordinario para todos los convenios colectivos que pasaría al básico antes de finalizar el año paritario en junio. A esto lo van a negociar en mayo, cuando recomiencen las reuniones. A mediados de marzo, habían sellado un aumento bimestral para marzo y abril del 2,8% y 2,5%, respectivamente.
Como los 35 gremios telefónicos reunidos en Cositel, el camino de las sumas fijas o porcentajes que no van al básico de forma directa es uno de los que están tomando distintos gremios para evadir el techo oficial.
Para Chavarría, la consecuencia de esta estrategia es que los básicos se retrasan cada vez y “la caída del año pasado fue tan grande que no se puede seguir resignado poder de compra”. “El mes que viene esos 10 pesos desaparecen y perdemos todo, sobre todo estos acuerdos con bonos complican mucho a las pequeñas y medianas empresas”, agregó.
La industria, en problemas
Con la actividad industrial muy frenada, los trabajadores agrupados en la UOM decidieron la semana pasada una profundización del plan de lucha que tiene como objetivo de último plazo seis jornadas de paro en las fábricas siderúrgicas y metalúrgicas de todo el país.
Según confió un representante del gremio en Córdoba, el plan de lucha, decidido a mediados de abril en el último congreso, implica dos semanas de asambleas en las fábricas y un paro nacional por 24 horas. Después habrá otros de 48 horas y de 72 horas, respectivamente, y si no hay respuestas, la medida máxima de seis días.
“No se aguanta más. Nos están diciendo que no podemos discutir paritarias libres porque tenemos que tener responsabilidades frente a la apertura indiscriminada de importaciones, la amenaza china y todas estas tensiones comerciales a nivel global”, declaró tras aquel encuentro el secretario general de los metalúrgicos, Abel Furlán.
El dirigente también dijo que el “techo” de la homologación para no impactar en la inflación es una excusa asentada en la aparente necesidad de privilegiar el trabajo. “Nos estamos quedamos sin salario y sin trabajo, esto ya pasó en otras oportunidades”, señaló.