El periodista Marcelo Longobardi vivió este martes una mañana de furia en Radio Rivadavia. Primero, se cruzó con Guillermo Francos, jefe de Gabinete de la Nación, y luego tuvo un fuerte intercambio con su colega Jonatan Viale.
La tensión comenzó en la entrevista que Longobardi le realizó al funcionario de Javier Milei. Sobre todo luego de la consulta por la vinculación entre el Gobierno nacional con la Fundación Faro, que el fin de semana lanzó “Las fuerzas del cielo”, una agrupación que se autodefinió como “la guardia pretoriana” del libertario.
“Y la parte de los insultos, ¿también la comparte el Gobierno?”, le dijo a Francos.
“¿De qué insultos?”, respondió el funcionario, a lo que Longobardi contestó: “Por ejemplo, los que me tocan a mí”.
Francos respondió que no había escuchado ningún insulto en la Fundación Faro y se desentendió del tema, pero Longobardi insistió. “Me refiero a los insultos de este señor (Agustín) Laje, un ideólogo del presidente Milei, que sigue insistiendo que soy un periodista ensobrado”.
El funcionario le aclaró que era “una opinión del señor Laje”. Pero Longobardi no paró. “Usted que me conoce hace 40 años, ¿supone que soy un periodista ensobrado?”, le dijo.
“No, Marcelo, te conozco hace muchísimos años. Por ahí no coincidimos en muchas de tus apreciaciones sobre el Gobierno, que creo que son equivocadas, y no por eso voy a decir que sos un periodista ensobrado”, aclaró Francos.
Siguió entonces este diálogo:
–Entonces, ¿por qué yo tengo que soportar que el Gobierno y la gente conectada me insulte todos los días?
–No creo que tenga que soportarlo, cada uno expresa sus opiniones.
–Eso no es una opinión, ministro, es una mentira...
–OK, entonces con decir que son una mentira o iniciar las acciones que hay que iniciar es suficiente.
–Este jefe de la guardia pretoriana, este señor Agustín Laje ha resuelto que él es capaz de identificar a las personas de bien y a las personas de mal. Y yo debo ser una persona de mal, vinculada con el demonio, póngale... pero la verdad que me cansé de que me insulten, se ha naturalizado el insulto cotidiano, sistemático y no hay por qué naturalizarlo ni tomarlo como algo normal y cotidiano; es insoportable.
–Yo no lo tomo de esa manera, supongo que del otro lado también deben entender que muchas de las críticas que expresa Longobardi son absolutamente injustificadas, lo que no quiere decir que sea contestable de una manera o de otra, por supuesto.
–Pasa que el Presidente piensa lo mismo que Laje y es agotador, en mi caso y en el de muchos colegas.
–Entiendo la posición, el Presidente se expresa de la manera que él piensa que son las cosas. Y también ha recibido numerosos cuestionamientos, mentiras...
–En el plano personal, no de mi parte...
–No estoy haciendo una personalización de esto, estoy hablando del plano general.
Con Viale
Pasada la entrevista, y llegado el fin del programa, se produjo el pase con Viale, quien conduce el siguiente programa de Rivadavia. Y Longobardi retomó el tema de los insultos, achacándole a sus compañeros que no habían sido solidarios con él ante los ataques de los libertarios.
“La gente me odia legítimamente según estas personas, bajo el argumento de que yo soy un ‘periodista ensobrado’. Me llama la atención que estas cosas pasen y se naturalicen, no solamente por mí; es por Luciana Geuna, por los ‘esbirros’ de La Nación, por TN… y te dicen: ‘Es una palabra’. Se ha naturalizado la violencia verbal, el insulto vulgar, el agravio, la mentira”, le dijo a Viale.
Viale, entonces, le dijo que lo del “brazo armado”, según el propio Laje, había sido en referencia a los teléfonos celulares. Pero Longobardi no le dio crédito.
“Se ha naturalizado la violencia verbal”, lo cortó Longobardi.
“Sí, a mí me llamó la atención. Igual después lo que aclararon es que las armas eran celulares; ese era el chiste...”, le repitió.
El clima volvió a ponerse tenso. Viale, entonces, intentó cerrar el tema. “Estaba viendo que hoy se cumple un año de la victoria de Milei sobre Sergio Massa…”, pero su colega lo cortó: “No me interesa”, y volvió: “Yo quiero saber por qué razón nadie habla de esto”.
Ariel Tarico, que también participa del programa, comenzó a imitar a Milei, pero a Longobardi no le gustó nada. “Piensa que la gente debe ser insultada, y efectivamente nunca trabajé en un medio de comunicación que no diga una palabra sobre el tema”, remarcó.
Y sumó enojo: “Ni mis compañeros ni el medio en el que trabajo dijeron una palabra, y eso me resulta inaceptable, porque yo no estoy dispuesto a que me insulten todos los días, no lo pienso naturalizar”.
Viale comentó que no le gustaba. “A mí no me gusta, ya sabés lo que opino, lo hablamos muchas veces…”, lo interrumpió.
“No sé lo que opinás, la verdad que no lo sé...”, lo desafió.
