En coincidencia con la reunión que la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio realizaba en La Matanza, un bastión de Cristina Kirchner, el expresidente Mauricio Macri recibía este viernes en sus oficinas de Olivos a Rodrigo de Loredo.
El encuentro parece un episodio más de la interna de la coalición: Macri mantuvo desencuentros con sus socios, en particular porque le cerraron la puerta a Javier Milei. Y De Loredo hizo trascender su malestar sobre la abundancia de comensales sentados alrededor de la mesa nacional, aunque evitaron dar nombres. “Están dirigentes sin votos ni bloque, pero no está Rodrigo”, se quejó un deloredista.
Cerca de De Loredo interpretan que a Macri el cónclave le sirvió para reforzar su malestar porque el “encorsetamiento del discurso de unidad” hace “menguar la identidad de lo nuevo y disruptivo”, algo que, entienden, tiene De Loredo.
En su cuenta de Twitter, el líder parlamentario de Evolución escribió que él y Macri “coincidieron en destacar la necesidad de reafirmar la identidad de cambio en Juntos”.
La interpretación en el núcleo de De Loredo es que el “acercamiento” es un “reconocimiento ante el ascendiente provincial”, con lo que parecen haber dado vuelta la página después del cortocircuito de las Paso, cuando apoyó a Gustavo Santos.
