Aunque el anuncio formal aún no se hizo, nadie duda de que Juan Schiaretti encabezará el cordobesismo en octubre. Ese dato reavivó una declaración que el senador Luis Juez había hecho en noviembre del año pasado, luego de una de sus cenas con el presidente Javier Milei, en la Quinta de Olivos: “La única posibilidad de que yo sea candidato a diputado nacional es que Schiaretti también compita”.
Ahora que la candidatura de Schiaretti es inminente, varios dirigentes le preguntaron a su jefe político si esa posibilidad seguía en pie. Sobre todo, después de su reciente reunión con Karina Milei, que maneja el armado electoral de La Libertad Avanza, y considerando su fluido vínculo con el Presidente. Pero Juez fue tajante en una reunión con su equipo más cercano. “No hay ninguna posibilidad de que encabece la lista libertaria. Lo hablé con Javier (Milei). Me necesita más en el Senado y en el Consejo de la Magistratura que en Diputados”, explicó.
Y agregó, con su estilo directo, luego de su voto a favor en el Senado para un aumento a los jubilados. “Mi relación con Javier va más allá de alguna disidencia. Somos amigos, y como buen amigo, siempre le digo lo que pienso, aunque no le guste. En política eso no se ve mucho, pero es algo que compartimos con ‘el Presi’”, dijo el exintendente.
Algunos de sus colaboradores más cercanos no ocultaron su sorpresa. Creen que si enfrentara a Schiaretti y lograra derrotarlo en octubre, Juez podría consolidar su camino hacia la gobernación en 2027. Pero el senador piensa distinto. Al menos es lo que difundió en los últimos días.

Un radical que vuelve para intentar disputar la Capital
Si no sucede nada raro, Juan Pablo Valdés, el hermano del gobernador correntino Gustavo Valdés, ganará el domingo 31 de agosto las elecciones provinciales en aquel distrito y sucederá al actual mandatario desde diciembre. El actual jefe provincial aparece como número puesto para sumarse al nuevo armado “federal” que lanzaron cinco gobernadores la semana pasada –entre ellos, el cordobés Martín Llaryora– y donde ya hay dos radicales: el santafesino Maximiliano Pullaro y el jujeño Carlos Sadir.
Entre los dirigentes que forman parte del riñón político de Gustavo Valdés se encuentra el cordobés Javier Bee Sellares, quien desde hace varios años es parte de la gestión correntina.
Bee Sellares ya les avisó a sus correligionarios en Córdoba que luego de que termine la gestión de Gustavo Valdés pegará la vuelta desde Corrientes para iniciar un proceso de reposicionamiento con vistas a ser una de las alternativas del radicalismo para el recambio de gobierno en el Palacio 6 de Julio. El regreso sería para los primeros meses de 2026.
Actualmente, Bee Sellares se desempeña como interventor en la Lotería de Corrientes y es alguien muy escuchado por el gobernador. En el plano doméstico, el exlegislador provincial mantiene diálogo con la conducción de la UCR cordobesa, comandada por Rodrigo de Loredo y Marcos Ferrer.
Agost Carreño expone al macrismo del PRO por el tema jubilados
Enfrentado con la conducción nacional del PRO, que volvió a intervenir al partido en Córdoba por orden del expresidente Mauricio Macri, el diputado nacional Oscar Agost Carreño parece decidido a darle batalla a los “amarillos”, a quienes lideró como presidente hasta que la intervención nacional lo despojó de ese lugar.
La semana pasada, la macrista María Eugenia Vidal anticipó en el streaming La Voz en Vivo cuál sería su posición respecto de los vetos del presidente Javier Milei: abstención, por ejemplo, en el caso de las subas a las jubilaciones.
Ahora, Agost Carreño salió a intentar dejar en claro qué representa concretamente abstenerse cuando la oposición intente resistir la decisión del jefe del Estado. A través de X, el diputado que trabaja dentro del bloque de los “cordobesistas” buscó exponer a quienes adopten una conducta parecida a la de Vidal.
“Si un diputado da cuórum pero se abstiene (implica lo siguiente): 1) Su presencia suma para el total de presentes. 2) Su voto no suma para alcanzar los 2/3. 3) Hace más difícil lograr la mayoría necesaria. En la práctica: favorece el veto, perjudica a los jubilados”, explicó el cordobés. Y siguió: “Entonces.. Votar afirmativo = defender la ley y a los jubilados. Votar en contra o abstenerse = defender al Gobierno. Abstenerse ayuda al veto, y por ende ayuda al Gobierno”.