El Gobierno nacional tuvo que convalidar una fuerte suba de la tasa de interés para colocar títulos por $ 9 billones, que representa el 61% de los $ 15 billones en vencimientos de deuda que debe pagar el viernes.
Este incremento de tasa fue necesario dentro de un mercado volátil que se desató desde que el Banco Central decidió eliminar las Lefi y quitarle una canal de rentabilidad a los bancos.
Los $ 15 billones que vencen el viernes son títulos públicos que los bancos tienen en su poder y que deben ser pagados por el Tesoro.
Como ese dinero el fisco no lo tiene, cada 15 días se realizan licitaciones para la renovación de esa deuda.
Pero en este caso, la operación se realizó en un marco de escasez de pesos que llevó a los bancos a restringir la oferta de pesos al Tesoro para tomar la liquidez que necesitan.
Por eso, la oferta fue de apenas $ 9,9 billones, lejos de los $ 15 billones que vencían. De ese total ofrecido, la Secretaría de Finanzas tomó $ 9,147 billones.
Ante el escenario descripto, los bancos además le pidieron al Tesoro Nacional una alta tasa de interés para prestarle dinero.
Por eso, la Lecap a un mes salió con una tasa de interés de 4,48%, muy por encima de la inflación esperada, lo cual le otorga a los bancos una sustantiva ganancia. En tanto, la Lecap a fin de septiembre cerró con un rendimiento de 4,2%, al 31 de octubre de 3,9%, al 11 de noviembre de 3,94%, al 16 de enero de 3,6% y al 13 de febrero de 3,68%. También hubo colocaciones a tasa Tamar (mayorista) +6% a mediado de noviembre y a Tamar +7,5% a mediados de enero.
Los analistas críticos del sistema sostienen que una tasa de interés en estos niveles es un alto premio para los bancos y un incentivo al “carry trade” en contra de las inversiones productivas.
El corte de la licitación también dejó como saldo que casi $ 6 billones quedarán en poder de los bancos cuando el Tesoro complete el pago del vencimiento con ahorros, lo que puede ayudar a distender la tasa de interés en los próximos días.
Origen de la crisis
La raíz del problema fue la eliminación de las Lefi, que trajo aparejada la decisión del gobierno de dejar de fijar la tasa de interés y de garantizarle a los bancos una rentabilidad para colocar sus excedentes diarios.
La eliminación de las Lefi a principios de julio volcó al mercado $ 10 billones, que Economía y el BCRA pretendían que los bancos colocaran en títulos a más largo plazo (las Lefi eran a un día) y aumentaran el crédito al sector privado. Al mismo tiempo, buscaban que la tasa de interés pase a fijarse por la competencia entre bancos. O sea, que los bancos interactuarán entre sí estableciendo una tasa de interés por prestarse dinero y al mismo tiempo manejen su necesidad de liquidez diaria a riesgo propio, sin la seguridad de colocar fondos seguros en el BCRA. Antes de esta decisión, los bancos en la noche de cada día le entregaban al BCRA su dinero excedente y en la mañana siguiente los tenían acreditados nuevamente en sus cuentas, con una ganancia que surgía del Estado.
Caputo y Bausili querían romper con ese circuito, pero el esquema no arrancó como esperaban de allí la frase: “Que los bancos trabajen de bancos”.
Pero con $ 10 billones en el mercado, se desplomó la tasa de interés y presionó sobre el tipo de cambio que así saltó hasta $ 1.380. En ese momento la conducción económica decidió retirar los pesos excedentes a través de una licitación fuera de calendario y una suba de encajes. La situación se dio vuelta, se pasó a una escasez de pesos, que empujó la tasa de interés a niveles inconvenientes. Por ejemplo, este miércoles entre los bancos la tasa llegó a 67% y la caución a un día salto a 73% para desplomarse a 40% al final de la rueda, justamente después que se supo que desde el lunes habrá $ 6 billones más en poder de los bancos que no entraron en la licitación.
Los bancos nunca se sintieron muy cómodos con el nuevo escenario que quería imponer el gobierno y finalmente la conducción económica tuvo que tomar una nueva medida para evitar el fracaso de licitación.
Esta mañana, antes que se abra la operación, el Banco Central emitió la Comunicación B 13.032 en la que informó que habilitaría una ventana de “pases activos” para los bancos que necesiten liquidez.
Esto implica que los bancos que al final del día estaban “en rojo” desde el lunes podrán pedirle dinero al BCRA para no sufrir problemas al día siguiente. A cambio, debían dejar como garantía un título comprado en emisión primaria –o sea una licitación- a un plazo no menor a 60 días. El BCRA por ese dinero que presta cobrará una tasa equivalente al promedio de la tasa entre bancos (Repo) + 2%.
De esta forma, fuerza a algunas instituciones a tener que comprar títulos a más largo plazo y al mismo tiempo se queda con una ganancia por ese crédito otorgado.
La medida entrará en vigencia el próximo lunes, pero con este horizonte se buscó aceitar la licitación de hoy.
La consecuencia de esta decisión es que la tasa ya no será endógena (fijada por la competencia de los bancos) sino que habrá un límite porque una institución que esté con complicaciones no se verá obligada a pagar cualquier tasa por fondos, sino que puede acceder a una ventanilla del BCRA a un costo menor.
Así, el equipo económico arreó momentáneamente la bandera de la “tasa endógena”.
Este nivel de tasa de interés le pone un techo a la suba del dólar. El oficial en el Banco Nación quedó en $ 1.285 y $ 1.325 para compra y venta, respectivamente. El mayorista cerró en $ 1.304 y $ 1.313 y para los minoristas en $ 1.292 y $ 1.333. El “blue” finalizó el miércoles en $ 1.320 y $ 1.340; en Córdoba pasó a $ 1.354.