Ante una realidad preocupante, “Política ficción” bien podría haber sido el título de esta columna. Quienes tienen responsabilidades de gestión suelen no mirar más allá de mañana en cuestiones económicas. Aunque, políticos al fin, no dejan de observar el calendario, por el año electoral que se avecina.
El presidente Javier Milei es quien más arriesgará en los comicios legislativos de 2025, pero todos jugarán por algo. De allí la inquietud que atraviesa a todos los sectores opositores, incluido el PJ cordobés.
Martín Llaryora emprendió una gira internacional que lo mantendrá fuera del escenario político por 10 días.
Su antecesor, Juan Schiaretti, se mantendrá con bajo perfil al menos hasta el 10 de agosto, en su campaña para instalarse en el escenario político nacional.
El gobernador y quien lo precedió en el cargo se mostraron juntos en el acto por el 30º aniversario del atentado contra la Amia, el 16 de julio pasado. Entre ellos hay diálogo, pero desde sus entornos difunden versiones de estrategias electorales contradictorias de los dos referentes del PJ cordobés.
Antes de partir hacia Medio Oriente, entre sus íntimos, Llaryora habría insistido con un plan político-electoral audaz, que no deja de sorprender: que Schiaretti sea candidato a diputado nacional en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba). Legalmente, el exgobernador podría hacerlo, porque tiene en ese distrito una propiedad desde hace dos décadas.
“Si queremos proyección nacional, hay que jugar en Buenos Aires”, dicen que opina Llaryora en privado. No hay certezas de que haya hablado del tema con Schiaretti.
Ya se dijo en esta columna que el exgobernador sonrió cuando se enteró por los medios de esta versión. “La lanzan algunos traviesos”, habría tratado de desacreditarla. ¿Sabrá que la impulsa el propio Llaryora?
El gobernador está convencido de que el “partido cordobés” que está construyendo en Córdoba debe tener una expresión nacional en los comicios del año que viene.
Llaryora habla del “partido argentino”, en referencia a una eventual proyección nacional del espacio cordobés.
Según los llaryoristas, esta llamativa estrategia electoral podría tener reflejo en Caba, con el liderazgo de Schiaretti pero en alianza con otros sectores opositores a los libertarios y al kirchnerismo.
Uno de los posibles aliados sería el radical Martín Lousteau, quien buscará su reelección como senador. De allí que en el Centro Cívico se habla de Schiaretti como candidato a diputado nacional porteño.
Los schiarettistas puros aseguran que “por ahora” el exgobernador tiene decidido no ser candidato el año que viene.
“Está concentrado en armar un partido nacional, que será parte de un nuevo espacio moderado de centro. Si trabajás en ese sentido con otros dirigentes, es incompatible competir electoralmente el año que viene. Hoy no es candidato, pero en política la palabra ‘nunca’ no existe”, razonó uno de los dirigentes que acompaña habitualmente a Schiaretti.
Otro schiarettista aportó un dato que puede parecer anecdótico, pero no lo es. “‘El Gringo’ suele decir que es cordobés hasta el caracú. ¿Te lo imaginas haciendo campaña en Capital Federal con esa tonada cordobesa? Además, mientras era gobernador siempre criticó el centralismo porteño. ¿Cómo lo recibirían los porteños? Olvidate, ninguna chance de una candidatura porteña”, agregó el experimentado peronista.
Quienes conocen bien a Llaryora se animan a concluir que esta versión es una estrategia del gobernador para instalar el nombre de Schiaretti en Buenos Aires. Algunos medios nacionales ya se hicieron eco de esta versión de un plan electoral tan audaz como difícil de concretar. Lo extraño es que, al parecer, el exgobernador no está al tanto ni aprueba el plan de instalación.
Nuevo partido
Schiaretti se viene reuniendo con dirigentes de distintas provincias para fundar el partido Hacemos en todas las provincias. El objetivo es tenerlo para septiembre oficializado en una decena de provincias.
La estrategia del exgobernador es crear un nuevo partido, para luego entablar alianzas con otras fuerzas en cada provincia, mirando a las elecciones legislativas del año próximo. Pero la meta principal es tener un espacio nacional consolidado para las presidenciales de 2027.
Schiaretti mantiene reuniones reservadas en dos lugares en la ciudad de Córdoba: la sede de la fundación Diseñando Ciudad, que conduce su esposa la senadora nacional Alejandra Vigo, en barrio Cofico, y en oficinas que alquiló en el complejo Capitalinas.
Allí recibe a dirigentes locales y de otras provincias, empresarios y gremialistas.
En esos encuentros, el exgobernador se muestra como un dirigente nacional, pero evita hablar de una eventual candidatura presidencial.
“Juan trabaja en construir una fuerza nacional alejada de los extremos que hoy representan Milei y Cristina (Kirchner), pero se cuida mucho de hablar como un candidato presidencial. La verdad es que no lo veo en ese rol; sí en liderar un armado que podría encabezar un dirigente joven del interior”, describió alguien que se reunió hace un par de semanas con Schiaretti.
No obstante, como ocurre en la política, el armado del esquema opositor siempre depende de la gestión del gobierno nacional de turno.
Un escenario político es con el presidente Javier Milei fortalecido porque derrotó a la inflación y la economía comenzó a crecer, y otro muy distinto es ante un fracaso del rígido plan de ajuste libertario.
Mientras tanto, la política ficción hace su juego. Y Córdoba no es la excepción.
