En el arranque de la campaña, el candidato a gobernador Martín Llaryora defendió la decisión de abrir las listas del oficialismo a dirigentes radicales y del PRO. “Vamos a ir a buscar a los distintos sectores para gobernar porque esta es una alianza de unidos por Córdoba, no juntos y amontonados”, exclamó el intendente capitalino apuntando a la oposición. También fue una respuesta a las tibias críticas -por lo bajo- que generó en el PJ esta apertura política.
La alianza Hacemos Unidos por Córdoba lanzó anoche su campaña, en un acto para dirigentes de toda la provincia, sin militantes. En su discurso, fue evidente que el candidato a gobernador oficialista, más que adelantar propuestas, bajó un mensaje a los dirigentes peronistas y a los nuevos socios de la coalición.
“Con esta coalición estamos siguiendo el camino que nos marcaron José Manuel (De la Sota) y Juan (Schiaretti), pero con renovación, y con dirigentes con experiencia de gestión. Los que estamos acá tenemos hechos para mostrar, no palabras”, exclamó Llaryora.
Aunque sin nombrarlo, en varias de sus definiciones, el candidato oficialista se encargó de cuestionar a su principal rival: el senador Luis Juez.
El acto realizado en el salón de eventos del hotel Quorum, el lugar elegido por el PJ para realizar sus convocatorias políticas, fue cuidado hasta en los mínimos detalles. Faltó el fervor de la militancia. Pero, en este caso, el objetivo fue afianzar el mensaje a la dirigencia oficialista. Estuvieron los candidatos a legisladores e intendentes de todo el interior, y hubo presencia plena de los gabinetes provincial y municipal.
Antes de que Llaryora y su compañera de fórmula, la radical Myrian Prunotto, y el gobernador Juan Schiaretti subieran al estrado central, hablaron el riocuartense Juan Manuel Llamosas y la capitalina Claudia Martínez, los dos primeros de la lista sábana de candidato a legisladores provinciales.
En las horas previas, se había informado que Schiaretti iba a cerrar el acto. Cuando los protagonistas llegaron, una fuente del PJ difundió que el mandatario le dijo a Llaryora: “Este acto es tuyo y de Myrian. Voy a hablar antes que ustedes”.
El modelo cordobés
En 17 minutos, Schiaretti habló como precandidato presidencial. Se refirió al “modelo de gestión Córdoba” y se diferenció de las dos principales alianzas nacionales.
El gobernador también se involucró en la pulseada por el poder provincial, con algunos dardos al candidato opositor. “Córdoba necesita de alguien serio, que brinde certezas y que tenga sensibilidad social para los tiempos que vienen. No a alguien que cambie de opinión todos los días. El cambio no es el insulto, el cambio es seguir mejorando la vida a la gente”, expresó Schiaretti, sin nombrar a nadie. Todos los dirigentes oficialistas -la mayoría peronistas- entendieron que se refería a Juez.
Por su parte, Prunotto dedicó buena parte su mensaje de nueve minutos para agradecer. Schiaretti, Llaryora, Alejandra Vigo y su equipo de Estación Juárez Celman encabezaron esa lista.
La dirigente radical admitió que recibió “cachetadas” por su pase al oficialismo. “Hoy estoy feliz por esta decisión. Vamos a trabajar todos unidos, más allá de que algún bravucón nos pueda criticar”. Otra vez, todos entendieron a quién se refería la candidata a vicegobernadora oficialista.
Sin símbolos de la liturgia peronista, los tres protagonistas del acto hablaron de dirigentes peronistas, radicales, del PRO y vecinalistas. Una convocatoria no apta para peronistas nostálgicos.
Como lo viene haciendo en los últimos tiempos, Llaryora administró los tonos de su discurso. Prueba que se preparó especialmente para esta campaña provincial.
Levantó la voz, y una ovación, cuando aseguró: “Algunos nos critican porque hicimos muchas obras. Que sepan que esta es la Córdoba que habla poco y hace mucho; la que dice que mejor que prometer es hacer, y mejor que decir es cumplir. Nada de jarabe de pico. Vamos a seguir haciendo obras, porque el progreso no cansa. Córdoba para adelante, nunca para atrás”. Con esto, logró una respuesta empática de los dirigentes oficialistas.
Fuerte presencia del interior y algunos ausentes
El embotellamiento en la avenida La Voz del Interior, en las inmediaciones del hotel Quorum, el epicentro de las últimas convocatorias del oficialismo, se convierte en un dato político: fuerte presencia de intendentes y de dirigentes del interior.
El martes dijeron presentes los intendentes y candidatos del PJ, a los que se sumaron algunos radicales, del PRO y vecinalistas. Estuvo casi toda la dirigencia oficialista. Tal vez, por eso se notaron algunas ausencias, como la diputada nacional Natalia de la Sota (dicen que estaba en Buenos Aires por su actividad en el Congreso) y Esteban Avilés, candidato a intendente de Carlos Paz, uno de los socios de la coalición.
Hubo dirigentes de otros partidos, pero la inmensa mayoría fueron peronistas, que en la previa del acto, en el café del hotel, debatieron en voz baja sobre si al gobernador Juan Schiaretti y al candidato Martín Llaryora no se les había ido la mano con su estrategia de la apertura a otros espacios.
En esas charlas quedó claro que ese debate es más profundo en la Capital, por la candidatura a viceintendente del expresidente del PRO, Javier Pretto. En el PJ nadie amaga con irse. Para muchos peronistas, la ebullición de la interna en la oposición alimenta el optimismo triunfalista y ayuda pasar el mal trago por las candidaturas no peronistas.
