La foto fue repetida, por los protagonistas, en la misma fecha y el mismo lugar. El gobernador Martín Llaryora, el intendente capitalino Daniel Passerini y la senadora nacional Alejandra Vigo compartieron hoy un locro con un grupo de dirigentes y militantes peronistas de la Capital, para celebrar el Día del Trabajador, una fecha emblemática para el PJ.
El año pasado, los tres encumbrados dirigentes peronistas habían celebrado esta icónica fecha para los peronistas, conun menú y escenario repetidos: un locro, en el Instituto de Planificación Estratégica de la ciudad de Córdoba, la sede de la Think tank (organización sin fines de lucro) que Vigo dirige en barrio Cofico.
Pasó un año y el contexto político es diferente en la interna del PJ capitalino. El intendente Passerini decidió dar un volantazo en su gestión municipal, que podría tener impacto en el peronismo.
La foto del gobernador Llaryora y la esposa del exgobernador Juan Schiaretti es una señal de respaldo a la decisión de Passerini, que apunta a recortar el 30% del gasto en la planta política del municipio capitalino, e una igual reducción en el número de becarios y monotributistas.
Aunque nadie lo va a admitir en el oficialismo municipal o provincial, las medidas de ajuste del intendente capitalino seguramente impactarán en la interna del PJ.
Muchos dirigentes peronistas se quedarían sin cargos en el municipio, y los empleados con puestos precarios, muchos de los cuales habían ingresado en la anterior gestión municipal llaryorista, en buena medida son militantes o fueron acercados por punteros peronistas.
Los tres referentes peronistas hablaron de la “importancia de la generación de empleo” para el peronismo. Passerini fue el primero en hablarles a los militancia presentes, luego le siguió la anfitriona, la senadora Vigo, y cerró el gobernador Llaryora.
Significado político
Más allá que desde los entornos de los protagonistas tratan de bajar los decibeles y hablan de una “foto cábala”, luego del triunfo provincial y municipal del año 2023, la imagen de los tres dirigentes peronistas tiene un alto significado político, por el nuevo contexto que se dio, diferente al del año pasado.
Passerini aún no habló en público de los cambios que introdujo en su equipo de colaboradores, pero sus voceros se esmeraron en remarcar que se trata de una decisión de gestión del intendente, sin influencia del gobernador Llaryora, ni del exgobernador Schiaretti.
Por su parte, desde el Centro Cívico, los funcionarios llaryoristas también trataron de despegar al gobernador de las medidas de ajuste que implementará el intendente capitalino.
“Martín (Llaryora) está para ayudar y apoyar a Passerini, pero a las decisiones las toma el intendente. Si hay algo que tiene claro el gobernador es que en política, y también en gestión, los dobles comandos siempre terminan mal”, argumentó uno de los funcionarios más cercanos a Llaryora, tratando de desligar al mandatario provincial de la gestión municipal capitalina, que dejó en el 10 de diciembre de 2023.
Por su parte, Alejandra Vigo no es una dirigente más en el oficialismo. Además de ser la esposa de Schiaretti, la senadora tiene su propio perfil político y sigue siendo una referencia política importante para el PJ Capital.
Hace varios años que Vigo no tiene la presidencia del partido en la Capital, que por ahora sigue en manos de Llaryora, aunque pronto le traspasará la conducción a Passerini, pero en el peronismo capitalino siempre se consideró a la senadora como “la jefa” en el territorio.

En la interna peronista habitualmente se comenta que Vigo tomó la conducción territorial del peronismo en la Capital, cuando Schiaretti llegó a la gobernación en 2007.
La senadora comenzó a construir su liderazgo partidario en la Capital, un par de años después del divorcio matrimonial y político, entre José Manuel de la Sota y Olga Riutort.
La entonces esposa del gobernador era la jefa del PJ Capital, responsabilidad que luego tomó la esposa de Schiaretti.
Luego del amplio triunfo en la ciudad de Córdoba, en los comicios municipales del año 2023, Llaryora consolidó su liderazgo político en la Capital, pero Vigo mantiene el control en la conducción en varias seccionales capitalinas, de la manos de dirigentes de su confianza.