“No tengan expectativas por el acto del sábado. De Loredo busca entretener y dormir al radicalismo, porque está firme su acuerdo con Juez”. Textual y contundente, a principios de esta semana, el intendente de la ciudad de Córdoba, Martín Llaryora, les bajó a sus íntimos su visión sobre la movida de este sábado del diputado nacional Rodrigo de Loredo, quien amaga con disputarle a Luis Juez la principal candidatura opositora.
El intendente capitalino está convencido de que sigue en pie el acuerdo de palabra, con sus esposas como únicas testigos, que De Loredo y Juez cerraron en diciembre del año pasado, cuando aún no se habían diluido las burbujas por el contundente triunfo de Juntos por el Cambio en las elecciones legislativas nacionales de medio término.
“Van a blanquear el acuerdo de que Juez vaya por la gobernación y De Loredo por la intendencia capitalina, cuando el radicalismo ya no tenga chances de reaccionar”, agregó, en el mismo sentido, una de las espadas políticas llaryoristas.
Al menos por lo que difunden sus colaboradores más cercanos, el intendente capitalino no se quiere comer el amague de pelea que, todo indica, De Loredo planteará este sábado, en el acto en el Comedor Universitario.
Un dato que no pasó inadvertido para los peronistas: Juez escuchará desde la primera fila de los invitados el mensaje del diputado de Evolución Radical.
En el Centro Cívico, piensan lo mismo que en el Palacio 6 de Julio. “Nadie plantea una pelea frontal si invita a su rival al acto de lanzamiento”, argumentó un integrante de la mesa chica del gobernador Juan Schiaretti.
En definitiva, los peronistas tratan de evitar correr detrás de una hipotética disputa “a cara de perro” en Juntos por el Cambio. Se preparan para enfrentar a una oposición unida y competitiva. No abandonaron las distintas estrategias para meter una cuña en la vereda de enfrente, pero admiten que hasta ahora ninguna funcionó.
Gestión
En este contexto, en el peronismo mantienen el plan de fortalecer las chances electorales de Llaryora con las gestiones provincial y municipal.
El PJ tiene una herramienta electoral poderosa que piensa usar en beneficio propio: la potestad de poner las fechas de las elecciones en la provincia y también en la Capital.
Falta mucho para las definiciones, pero hay matices en el oficialismo. Llaryora insiste en su postura de que se debe votar para gobernador y para intendente de la Capital en un mismo día.
Las versiones en el Centro Cívico indican que Schiaretti no está tan convencido de esta estrategia.
La certeza de Llaryora se alimentó con el resultado de las elecciones municipales en Marcos Juárez. “No hay que subestimar a la gente. Por qué va a cambiar si la gestión de (Pedro) Dellarossa tenía una aceptación de casi el 70%”, concluyó en su entorno.
Fue un argumento que el intendente capitalino hizo público la misma noche que se conoció la holgada victoria de Juntos por el Cambio en esa ciudad.
Fue, además, un modo directo que robustecer el plan que acordó con el gobernador: priorizar la gestión, llegar a fin de año con una alta imagen del Gobierno municipal, para luego trasladar ese modelo a la campaña provincial.
“Martín (Llaryora) cree que él hará ganar a cualquier candidato peronista a intendente. Por eso opina que hay que pegar las elecciones y nos pide que gestionemos, sin hacer campaña anticipada”, resumió uno de los precandidatos a intendente por el peronismo, que se cuida de hablar en público de sus aspiraciones políticas.
En cambio, según la versión de algunos funcionarios provinciales, Schiaretti y sus principales asesores electorales tienen algunos reparos sobre hacer coincidir ambos comicios.
Las encuestas que manejan en el Centro Cívico marcan que Juez y De Loredo se potencian haciendo campaña y, luego, con sus nombres encabezando las dos principales boletas en el cuarto oscuro.
En este escenario, como ya se dijo en esta columna, el gobernador es partidario de despegar las elecciones, con una ventana corta, de no más de 45 días, y con los comicios provinciales abriendo el cronograma electoral.
“Si Martín (Llaryora) confía en empujar hacia arriba al candidato a intendente peronista, ese impulso sería más gravitante si lo hace como flamante gobernador electo”, razonan cerca de Schiaretti, optimistas de que Llaryora derrotaría a Juez en una eventual pulseada por la sucesión del gobernador.
No obstante, lo único concreto es que el PJ decidirá el día de votación para gobernador e intendente capitalino cuando crea que más le convenga. El tema es que en el oficialismo aún no asomó cuál es esa conveniencia.
Algunos peronistas miran los movimientos de la oposición. No es el caso de Llaryora, quien está convencido de que disputará con Luis Juez la sucesión de Schiaretti.
