Respecto de la situación del diputado y candidato libertario José Luis Espert, el gobernador Martín Llaryora mantiene la misma postura que exhibe cada vez que un funcionario es investigado por la Justicia: hay que esperar lo que esta resuelva.
Por ello, no quiere que los diputados cordobesistas respalden el intento kirchnerista por expulsarlo de la Cámara.
Aunque la postura institucional es coherente con otras anteriores de Llaryora, el caso Espert suma un interés político sustancial: quienes definen la estrategia de campaña de Provincias Unidas consideran que la presencia del controvertido dirigente en la agenda pública (este domingo renunció como candidato bonaerense) es un valiosísimo activo para todas las listas provinciales que se referencian en el exgobernador Juan Schiaretti.
Así, la embestida del cordobesismo contra Espert será controlada. Los diputados del oficialismo cordobés sí respaldarán el intento de desplazar a Espert de la presidencia de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Carlos Gutiérrez, Ignacio García Aresca, Alejandra Torres y Juan Brugge —quienes, tras el distanciamiento de Natalia de la Sota, actúan alineados con el Centro Cívico— votarán a favor de la remoción de Espert de esa comisión estratégica.
“Paso a paso. Hoy por hoy, es insostenible que Espert encabece la comisión que define el futuro presupuesto del país. Más adelante, si se acumulan elementos en la Justicia, se podrá avanzar con algo más grave”, confió uno de los diputados peronistas cordobeses.
En definitiva, habrá embestida, pero con moderación: un delicado equilibrio entre la presión política y la cautela institucional.
Legislatura: sumas y restas en el PJ cordobés
Aunque a simple vista parezca una elección estrictamente nacional, los comicios legislativos del próximo 26 de octubre podrían provocar un reacomodamiento significativo en la Legislatura provincial, en especial dentro del bloque oficialista de Hacemos por Córdoba.
Los dirigentes cercanos al gobernador Martín Llaryora se muestran optimistas: creen que sumarán un legislador más a sus filas. Se trata de Oscar Agost Carreño, actual diputado nacional cuyo mandato está a punto de expirar y con escasas chances de renovación.
Agost Carreño llegó al Congreso tras la renuncia de Gustavo Santos, pero su verdadera banca está en la Unicameral cordobesa, adonde accedió como parte de la lista de Juntos por el Cambio. Hoy, sin embargo, el presidente del PRO cordobés trabaja en abierta sintonía con el llaryorismo, y su salto al oficialismo provincial parece ser apenas una cuestión de tiempo.
Pero no todo es sumar para el oficialismo cordobés, que también podría sufrir una baja: la del legislador Bernardo Knipscheer, pareja de la diputada nacional Natalia de la Sota.
Con el vínculo entre De la Sota y el Centro Cívico completamente deteriorado, Knipscheer ya habría cerrado filas con Federico Alesandri para conformar un nuevo bloque dentro de la Legislatura. Incluso, según versiones que circulan desde el delasotismo, otros dos legisladores peronistas podrían sumarse a esta flamante bancada disidente.
Aunque los nombres todavía no trascendieron, en el oficialismo miran con atención -y preocupación- estos movimientos incipientes.
Carro quiere ser la voz de Kicillof en Córdoba
El diputado nacional Pablo Carro está en plena campaña para renovar su banca en las elecciones del 26 de octubre. El desafío no es menor para el gremialista docente universitario, que tiene a Cristina Fernández de Kirchner como principal faro político.
En el entorno del kirchnerismo cordobés reconocen que la irrupción de Natalia de la Sota con su espacio Defendamos Córdoba le resta votos y complica sus aspiraciones de reelección.
Sin embargo, Carro no baja los brazos. En las últimas imágenes de campaña, se lo ve buscando un nuevo lugar de referencia: el de principal interlocutor en Córdoba del gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien ya se perfila como candidato presidencial del peronismo para 2027.
Las postales de campaña no dejan dudas: Carro aparece junto a su compañera de lista, Constanza “Coti” San Pedro -una dirigente cercana a Juan Grabois-, pero el foco visual está en el fondo, donde la figura de Kicillof se impone como telón de fondo simbólico.
Aunque 2027 aún parece lejano en un país acostumbrado a la inestabilidad política y económica, ya hay varios peronistas cordobeses que quieren ser la voz de Kicillof en la provincia. Carro y De la Sota encabezan esa carrera silenciosa por el favor del gobernador bonaerense, cuya victoria arrolladora frente al libertarismo en las elecciones del 7 de septiembre le dio un renovado protagonismo a nivel nacional.
Pero no están solos. Otros dirigentes también se anotan en esta disputa, convencidos de que Córdoba será un territorio clave en el futuro tablero político del país.