Se despidieron en la playa de estacionamiento de la parrilla sin advertir el fuerte valor simbólico que tenía el lugar donde habían almorzado. Luis Juez y Rodrigo de Loredo, con sus laderos de mayor confianza, almorzaron durante algo más de dos horas en un establecimiento gastronómico ubicado en el amplio predio del ex Batallón 141 de la capital cordobesa.
Años atrás, ese sector que originalmente perteneció al Ejército fue denunciado por el actual senador nacional como un símbolo de la corrupción delasotista.
El lugar es escenario frecuente de roscas políticas, tanto de oficialistas como de opositores, y fue el diputado nacional radical el que eligió el sitio, que estaba bastante concurrido al mediodía del caluroso jueves cordobés.
De Loredo estuvo acompañado por el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, y Juez llegó con su mellizo Daniel y su amigo Walter Nostrala.
Un corte de carne por persona, ensaladas, papás con huevo, una botella de tinto, varias aguas y gaseosas, un postre compartido y una ronda de café para llegar a la misma conclusión que ya sabían cuando se sentaron a la mesa: mantienen su sociedad política y su compromiso de unidad frente al proceso electoral provincial, pero sin resolución alguna de candidaturas y mecanismos de definición.
Los principales actores provinciales de Juntos por el Cambio esperan que la coalición gobernante peronista de Hacemos por Córdoba defina el cronograma y plazos electorales, mientras que los oficialistas prolongan esas decisiones para conocer cuáles serán las movidas opositoras. La política partidaria cordobesa lleva ya largos meses pareciéndose a un perro que se muerde la cola.
Lo único en lo que hubo acuerdo pleno mientras esperaban el asado es en que tienen chances concretas de ganar la elección y en que deberían hacer todo lo posible para no poner en riesgo tal posibilidad.
De ahí en más, casi todo fue discrepancia.
Reglamento, interna y encuestas
Juez quiere definir cuanto antes las principales nominaciones mientras que De Loredo insiste en que hay que esperar hasta que se determinen las fechas de elecciones, porque sigue convencido de que se desdoblarán los comicios provinciales de los capitalinos. Sostiene el diputado nacional que si Hacemos por Córdoba junta las elecciones, ellos podrían presentar la candidatura a gobernador y la de intendente de la ciudad de Córdoba como una especie de fórmula que los potenciaría.
Y cree también que se votará de fines de junio en adelante.
Los dos acuerdan en que debe ser candidato a gobernador el que esté en condiciones de ganar, pero siguen sin resolver el camino para acceder a esa potencial circunstancia.
Ya con la carne en los platos, Juez ratificó que no aceptará una interna y De Loredo le retrucó que él no le teme a un proceso de ese tipo. Le pidió que deje de hacer declaraciones como las que hizo el último día de 2022 a La Voz en las que descartó de plano una compulsa interna y el senador se largó a reír.
Volvieron a hablar de la posibilidad de resolver la candidatura por medio de una encuesta o de un conjunto de encuestas, pero la condición que le ponen a una respuesta por ese mecanismo parece de cumplimiento muy difícil. Es que hablan de que haya una ventaja de 10 puntos de uno sobre otro.
La variante de una fórmula compartida sigue estando presente en la hipótesis de un desdoblamiento electoral.
Y el tema del meneado reglamento para Juntos por el Cambio Córdoba parece cada vez más trabado. Es que Juez y De Loredo tienen respaldos cruzados en los otros integrantes de la coalición. La parte del PRO de Horacio Rodríguez Larreta respalda al líder del Frente Cívico mientras que los que simpatizan con Mauricio Macri o Patricia Bullrich cada vez están más cerca del radical. Los radicales no están todos con De Loredo ya que hay varios con avanzadas conversaciones con Juez.
Mientras tanto, ambos ocupan la centralidad del espacio y dicen que su relación política y personal está cada vez más consolidada. Pero ni adentro ni afuera les creen del todo.
Por caso, cada uno pagó su parte de la cuenta del almuerzo cuando en anteriores encuentros había uno que invitaba.
